Cuando las “ies” vienen sin los puntos

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Por Eduardo Martínez

La colcha de comentarios, análisis – y en fin – de rumores que han desatado los desaliños y guisos del régimen, amerita poner puntos sobre las “ies”.

En primer lugar, y puede ser el más importante, es tener claro es de quién es la responsabilidad de la corrupción destapada por el escándalo de las criptomonedas, los bancos colapsados, y las consecuencias en Venezuela.

Si tenemos alguna duda, en la jurisprudencia venezolana de quién es el responsable del manejo de los dineros del Estado basta con recordar el antecedente del juicio y destitución del presidente Carlos Andrés Pérez. Un juicio que se convirtió en el “paradigma” del régimen iniciado por Hugo Chávez en 1999.

“El jefe es el jefe, aunque tenga cochocho’, se decía en esa etapa de la vida republicana. Algo que repetía con insistencia Joselo en sus programas humorísticos.

En base a lo sucedido, y dada la jurisprudencia, no hay duda alguna al respecto de quién es el responsables, si es verdad que la estructura de mando que ameritó la renuncia de El Aissami y la detención de más 20 funcionarios de PDVSA y del Superintendente Joselit Ramírez.

En segundo lugar, hay que aclarar que los bancos californianos -con intereses en las criptomonedas- que colapsaron en la última semana, no colapsaron por los desaliños venezolanos. Aunque todo apunta a creer que el “sacudón” desatado al rompe en Venezuela, si tiene que ver con el colapso de esos bancos.

En tercer lugar, ya se ve venir en este caso la estrategia escapista del régimen de huir hacia adelante. Algo que desde 1999 se viene practicando ante cada escollo que se encuentran los gobernantes, que tengamos claro, ellos mismos los horadaron.

Esta estrategia, que aparte de escapista es distractiva, tiene dos vertientes: la intra-chavista, de la cual estamos siendo testigos; y la de la acera de enfrente, en dónde se trata de convertir en una campaña en contra de la corrupción de propios y extraños, y que ahora comienza a ser dirigida en contra de legisladores, alcaldes y gobernadores de la oposición.

No podemos dejarnos encandilar por las razzias de pudor y decencia de una presunta persecución a la corrupción y los corruptos. Por cuanto los voceros del régimen vociferan que combatirán la corrupción “así estén involucrados los más niveles”. Claro que por supuesto no alcanzarán al pico más alto de la pirámide de poder, como si alcanzó en su momento a Carlos Andrés Pérez.

Por otra parte, lanzan al pajón a ejecutores de políticas y operaciones financieras con los dineros públicos. Funcionarios que tiene responsabilidad, y que como decían los mandos medios Nazis: “seguíamos órdenes”. Lo cual es verdad, pero no suficiente para desestimar las responsabilidades de quienes ejecutaron, ni de quienes ordenaron.

En cuanto a las persecuciones de opositores, que probablemente veremos en los próximos días, se completan los elementos que permiten dibujar una réplica de una vieja estrategia del comunismo soviético.

Esta estrategia estalinista, se iniciaba por lanzar purgas en el seno de la nomenclatura del partido comunista (Pcus), para luego avanzar sobre los mandos militares y culminar sobre los disidentes y opositores.

Al final, barrían en una operación que avanzaba -sin aflojar ni detenerse- sobre todo aquel que se atravesara en el camino del comunismo rumbo al socialismo.

En último lugar, no podemos ignorar en el análisis los montos de los dineros públicos que presuntamente se robaron, se perdieron, y que según la agencia Reuters “son irrecuperables”: 3.000 millones de dólares, 21 un mil millones de dólares, etc etc.

Si bien esta “i” por los montos debe ser mayúscula (I), y en español no se le coloca el punto, en este caso debemos ponérselo. No hay otra.

editor@eastwebside.com

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