Nuevas tasas al dólar colocan al régimen a las puertas de mayores inestabilidades
Por Eduardo Martínez
Entre gallos y media noche, en la madrugada de este miércoles, fue anunciado un nuevo impuesto a las transacciones bancarias en dólares. Una medida presuntamente tendiente a detener la violenta devaluación del bolívar en las mesas de cambio bancarias.
No se conocen mayores detalles más allá de ese anuncio, y que será una tasa superior a la tasa establecida a las grandes transacciones financieras.
Hasta el martes, lo único que se oía y leía en la prensa, eran las reuniones e intenciones del régimen de establecer una mesa de compensación especial para los depósitos en dólares. La intención sospechada, ponerle la mano a las ingentes divisas con las cuales el venezolano viene cancelando sus compras en los comercios.
Analistas y consultores, como Ecoanálitica, han estimado que cerca del 60% del comercio al menudeo viene siendo transado en dólares en efectivo. Un dinero, que por las restricciones bancarias, viene siendo depositado «bajo los colchones». Una expresión utilizada cuando los consumidores atesoran el efectivo en sus casas.
El régimen, que ha visto paulatinamente disminuido su financiamiento petrolero, está escaso y ávido de los billetes estadounidenses. En efecto, en los últimos 7 años, la producción petrolera y sus exportaciones, han pasado de cerca de 3 millones de barriles diarios, a menos de 400 mil.
La adopción de esta nueva tasa, y de la cual no conocemos a plenitud su alcance, lleva a pensar que la situación financiera del régimen es más grave y profunda de la cual los más pesimistas podía estimar.
Sin embargo, de la aparente apertura cambiaria de los últimos tiempos, se pasaría a una medida de contracción que provocaría un cambio violento de dirección. Lo que demostraría contradicción, y probablemente una supina ignorancia del manejo de las variables económicas.
No sería una exageración intuir que el régimen se pone en posición de posibles puntillazos que alimenten su inestabilidad.