Por Oscar Meza
Director del CENDAS-FVM
Debe reconocerse que el gobierno ha tenido éxito en alcanzar sus objetivos. El más estratégico de ellos para poder imponer el comunismo es el empobrecimiento generalizado de la población, lo que han hecho deliberada y sistemáticamente como sustrato indispensable de tal régimen.
Como se ha constatado históricamente, el comunismo sólo es posible instrumentarlo o imponerlo en un ambiente permanente de escasez y miseria. Para alcanzar ese estado, una de las políticas más efectivas, leninista en esencia, es la erosión de la moneda a través de la inflación. Y como es relativamente fácil desatar una inflación como la que hoy nos agobia, los comunistas que gobiernan lo han logrado eficazmente.
El impacto de la inflación ha sido devastador en los alimentos, lo que todos sentimos cada día al tratar de adquirirlos. Entre las causas que están detrás de las cifras que indican la inflación, tanto las emitidas por el ente oficial como las que producimos los organismos independientes, está la merma de la producción nacional, como resultado del hostigamiento contumaz del gobierno a los productores nacionales, cuyo último acto ha sido la expropiación de la empresa Agroisleña y sus filiales.
Veámoslo en los datos de septiembre de este año. El costo de la Canasta Alimentaria Familiar (para una familia de cinco miembros) se ubicó en 2.616,97 bolívares, requiriéndose más de dos salarios mínimos para poder cubrirlo. El costo de los alimentos en este mes aumentó 1,1%, 28,36 bolívares; y en lo que va de año, 30,4%, 609,72 bolívares: 49,8% de un salario mínimo (1.223,89 bolívares) se esfumó como consecuencia del incremento de los precios. Y entre septiembre de 2009 y septiembre de 2010, los alimentos se han encarecido 41,2%, 763,78 bolívares, 62,4%, casi dos tercios de un salario mínimo perdidos como consecuencia del aumento sostenido de los precios. Con el agravante de la continua escasez de productos básicos y la inflación reprimida por el control de precios: 72,4% es la brecha entre los precios oficiales y los precios del mercado. Basta señalar algunos ejemplos para ver claramente esta situación de escasez y encarecimiento, como el caso de las sardinas enlatadas, con una diferencia entre los precios oficiales y los precios de mercado, de 177,4%, y además, no se consiguen. La carne de res molida y la de lagarto, con una diferencia de 101,7%. El queso blanco duro, 97,3%; el azúcar, 80,3%. Y como consecuencia del hostigamiento, las expropiaciones y confiscaciones a los productores nacionales, la disminuida oferta de frutas y hortalizas se ajusta en los precios.
Las disposiciones e imposiciones en materia de política cambiaria debido a la insuficiencia de divisas, se reflejan en la subida de precios de los artículos de higiene y aseo personal y limpieza del hogar, y en el costo de los medicamentos. Bastan algunos ejemplos para ilustrar lo que constatamos día a día los consumidores. Una afeitadora desechable cuesta en promedio 13,33 bolívares, 185,4% más que hace un año. Un desodorante vale 15,39 bolívares, 152,3% más que en septiembre del año pasado. Un jabón para bañarse aumentó 129,7%, cuesta 8,50 bolívares. Las toallas sanitarias aumentaron 125,8%. Tales precios han elevado el costo de la Canasta Básica Familiar en el mes de septiembre a 5.906,19 bolívares, requiriéndose 5 salarios mínimos para cubrir tal costo. De agosto a septiembre, la canasta básica se encareció en 4%; en nueve meses, 33,8% y en un año, 41,3%, 1.727,69 bolívares, 141,2% de un salario mínimo se lo ha comido el costo de la vida, y en esa misma medida nos hemos empobrecido.
El aumento creciente de los precios se nos hace cada vez más pesado y difícil de asumir para la mayoría de los venezolanos: trabajadores públicos y privados, maestros, profesores y estudiantes, médicos y enfermeras, amas de casa y pensionados, policías y militares. La situación es peor para los 6.5 millones de trabajadores excluidos del mercado laboral, pero igualmente azotados por la inflación y sin ninguna esperanza de conseguir un empleo estable que les permita tener alguna posibilidad de enfrentar esta cada vez más grave situación, generada por las políticas diseñadas y aplicadas por el gobierno en la persecución del comunismo.
Por ello decimos que esta situación de agobio y empobrecimiento de la población es un éxito claro y contundente del gobierno, que no debemos regatearle. ¡Felicitaciones: patria, socialismo o muerte! ¡Empobreceremos!