por Rodolfo Dasilva
Así como la inseguridad, el desempleo, los apagones, las expropiaciones, la viajadera inútil al exterior y la entrega de la soberanía de la patria, la escasez tiene su candidato… calvo y en campaña.
El asunto de la escasez, no es cuento. En los anaqueles no se encuentra leche, azúcar, aceite, papel higiénico, sardina, queso duro, carne, salsa de tomate, café molido, harina de maíz precocida, mantequilla, mayonesa, margarina, pollo, atún, remedios. Así el gobierno ponga en marcha su habitual campaña publicitaria para hacernos ver que existe abastecimiento, cuando un consumidor sale de compra, se enfrenta a esta dura y desesperante realidad. Según los diferentes estudios sobre la materia, los índices de desabastecimientos no bajan en ningún caso del 30%. La característica fundamentar del crecimiento de una economía, es que haya cantidad y variedad de productos, ¿ese es el caso nuestro?
El consumidor se enfrenta ahora ante una realidad amarga. Por una parte no consigue los productos que busca. Por otra parte, tiene que conformarse con unos bienes sustitutos que no le son de su total agrado. Y lo peor, tiene que comprarlos a un precio, cada vez mayor. Para adquirir la cesta básica, los venezolanos tenemos que hacer un peregrinaje por varios locales comerciales. Estos es hecho en socialismo. Por cierto, la escasez se acentúa más en los Mercales y en los Pdvales, que en las cadenas de supermercados privados. Una demostración más de la capacidad de este gobierno.
Las causas de esta rojilla escasez, todos las sabemos: el nefasto manejo de la economía, por parte de las lumbreras encargadas de su conducción. Uno: Para nadie es un secreto que los controles de precio generan escasez. Ninguna empresa puede producir a pérdida a mediano plazo, y menos si es pequeña o mediana. Los precios fijados por el gobierno no se han revisado oportunamente, pese a las devaluaciones de la moneda. Dos: el gobierno, además de sabotear al sector privado, se ha metido a competidor, no sólo de manera ventajista, sino también ineficientemente. Tres: en virtud de lo anterior la producción nacional ha caído, pero además las importaciones cada vez se tornan más caras o difíciles. Caras por el aumento de los precios internacionales y difíciles por los trámites para lograr los dólares Cadivi o dólares Sitme. Cuarto: el ataque a la iniciativa privada aunada a un control de cambio, han hecho que no exista ni reinversión en las industrias establecidas, ni inversiones nuevas en al país. La seguridad jurídica es realmente endeble, por decir lo menos. Así nadie se anima a invertir y menos los extranjeros.
La escasez si es verdad que es un fantasma que recorre al país, y no aquel que amenazaba recorrer el mundo. Así como los consumidores han tenido que sacrificar su fidelidad a las marcas, esperemos que sepamos quebrarles la fidelidad a los rojitos en el 2012.