Redescubriendo al Venerable que ya es Beato (3 de 5) – Por Yahvé Álvarez
Historia de la beatificación del cristiano ejemplar en tiempos del coronavirus o Covid-19.
“Redescubriendo al Venerable que ya es Beato” es un reportaje de investigación, que por su extensión debemos publicarlo en cinco partes. Los invitamos a leer a continuación la tercera parte.
Por Yahvé Álvarez
UNA LECTURA JESUITA SOBRE EL CONCEPTO DE LA GRACIA Y EL MILAGRO DESDE EL CASO DE JGH
Sobre el tema de la gracia, recogimos el testimonio del padre Numa Molina, sacerdote jesuita, ex párroco de la iglesia San Francisco de Caracas, y quien ahora ejerce el sacerdocio en la Ciudad Caribia, ubicado al norte de Caracas, además de ser Comunicador Social en pleno ejercicio de la profesión a través de Radio Nacional de Venezuela (RNV).
Molina comprende el concepto de la gracia como: “regalo o don, la gracia que Dios le entrega al santo para hacer posible el milagro, porque es Dios quien hace el milagro, los santos son intercesores ante Dios, y esa gracia es entregada para una persona que vivió el seguimiento de cristo”.
Debatiendo un poco sobre la interpretación teológica sobre la gracia, Molina aclara: “poco se habla del seguimiento de Cristo, a mí me gusta más comprenderlo desde la dimensión histórica, hombres que pasaron por la historia, procurando lo más parecido a Cristo, con sus debilidades y pecados, con sus falencias, pero procurando desde lo que somos parecernos a Cristo, a eso estamos llamados todos”
Sobre la figura del Dr. José Gregorio Hernández, el sacerdote Molina asienta que: “Para seguidores y no seguidores es un símbolo de identidad nacional, porque su vida estuvo insertada en el pueblo, es uno como el pueblo, que proviene de un pueblo perdido de los Andes, que tiene que esforzarse para llegar a ser alguien en la vida en un momento cuando estudiar en una universidad era muy difícil, él se viene, como decimos en criollo, a probar suerte a Caracas”.
“José Gregorio Hernández, no es un sacerdote ni es un hermano de una congregación; fue un laico, un médico que impartió clases en una Universidad y que trabajó en un Hospital, que vive al igual que muchos ciudadanos que tienen que arreglárselas con los problemas de casa y familia, como cualquier ciudadano” advirtió Molina.
En términos biográficos, el sacerdote jesuita, interpreta la vida del médico de los pobres a través de las siguientes ideas: “fue un profesional desde su oficio, que tenemos en los pueblos, esto hace que sea un símbolo nacional. Alguien que se hizo santo como laico, en medio del pueblo, sirviendo a ese pobre pueblo. La gente lo ve cercano porque lo ve como uno de los nuestros, éste no pertenece a la institución eclesial, es uno de pantalón y camisa, es un médico que además decidió ocuparse como cristiano a vivir el seguimiento de Cristo ayudando a los pobres”.
Para finalizar este capítulo del reportaje, Molina concluye abogando el siguiente criterio: “Las cosas no ocurren cuando uno quiere, sino cuando Dios quiere, y precisamente es este momento el más apropiado para celebrar con alegría la beatificación de José Gregorio Hernández, como un bálsamo para el pueblo venezolano, como una gota de agua fresca en el desierto, porque en el momento que vivimos de pandemia, bloqueo, asedio de países vecinos. En medio de todo esto aparece una buena noticia, es decir, Dios no abandona a su pueblo y lo importante es que tengamos una gran fe como la tuvo José Gregorio Hernández, que todos los problemas tienen solución”.
BUSTAMANTE Y HERNÁDEZ: PARTIICULAR RELATO DE UNA AMISTAD TRUNCADA POR LOS AVATARES DE LA VIDA
El párroco de Nuestra Señora de La Candelaria, (donde reposan los restos del médico de los pobres) y vicario para la santidad en la ciudad de Caracas, el sacerdote Gerardino Barracchini, desde el ejercicio del evangelio, propone las siguientes reflexiones de orden historiográfico como mecanismo metodológico para precisar algunos detalles en torno a la vida del Venerable. En este orden de ideas señaló que: “El Dr. José Gregorio Hernández falleció el 29 de junio de 1919, arrollado por un vehículo en la esquina de Amadores en la Parroquia la Pastora en la ciudad de Caracas. Esto ocurrió curiosamente cuando el médico de los pobres se dirigía a llevarle una medicina a una paciente. Después de ser atropellado es trasladado al hospital Vargas donde lo atiende el Dr. Luis Razzetti y fallece a los pocos minutos”.
Según los relatos históricos, el Dr. José Gregorio Hernández, ofreció su vida por la paz del mundo, y el mismo año que falleció se firmó el tratado de “Versalles”, documento que sella el fin de la primera guerra mundial en los años 1914-1919.
El relato con referencias documentales e historiográficas del párroco de Nuestra Señora de La Candelaria, en la ciudad de Caracas, nos permite comprender un poco más sobre la vida del Venerable, sobre todo la particular relación, como cruce de vida, que se generó entre el médico de los pobres y el señor Fernando Bustamante.
Es curioso señalar que el fallecimiento del Venerable, fue específicamente por un golpe que recibió su cráneo contra la acera donde cayó después de ser atropellado por el vehículo; no falleció producto del arrollamiento sino por el golpe en el cráneo al caer al suelo, así lo reseña la documentación forense post-mórten.
A través de los registros históricos de la época, se puede precisar que Fernando Bustamante, era el conductor del vehículo que arrolló al Dr. Hernández. De oficio mecánico dental – dato curioso del personaje, además vinculado al sector salud -, tenía 25 años de edad era originario del estado Mérida, estado civil casado con un hijo en la familia para aquel entonces; la licencia de conducir de Bustamante era de número 444, certificado por la Gobernación de Caracas.
El modelo del vehículo protagonista del suceso fue un Hudson Essex de 1918. En la ciudad de Caracas existía un promedio de 700 coches de ese modelo, esto desmiente que era el único vehículo de ese modelo en el país para esa época.
Un dato curioso es que Bustamante y Hernández fueron amigos y conocidos de la época, así lo evidencian los registros históricos, incluso se sabe que el Dr. Hernández en varias oportunidades asistió a la familia Bustamante con sus servicios como médico.
Los medios impresos más relevantes de la época como fueron “El Universal” y “El Nuevo Diario” no reflejaron el incidente del fallecimiento del Dr. Hernández en los titulares, se comenta de forma no oficial como parte del cotilleo de la época, que Bustamante era amigo de Alí Gómez, hijo del presidente Juan Vicente Gómez.
Según los registros documentales de la época, el domingo 29 de junio de 1919, día de los Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo, además del aniversario de graduación como médico del Dr. Hernández, a las 2:20 pm, salió de la botica Amadores, había sido requerido para atender un niño herido del vecindario. Estos datos se registran en el libro titulado: “José Gregorio Hernández de Isnotú” del doctor Antonio Sanabria, donde se recoge el siguiente relato: “En carta dirigida al señor Guillermo Schael, y publicada en el diario “El Universal”, el 27 de Octubre de 1964, la señora Rosalía Salazar de Rivas apunta que el día de su muerte, Hernández iba a la casa de la familia del niño apellidado Fagúndez, vivía de Cardones a Aurora. El padre de la señora Rivas, llamado Jacobo Salazar Sucre, al ver al niño herido se ofreció para buscar al doctor Hernández, en su camino el señor Salazar, vio entrar en la botica de Amadores al Dr. Hernández y estando allí, le informó el caso del niño herido”.
Para el año 1977, a los 84 años de edad, Fernando Bustamante habló por vez primera de forma pública del accidente en una entrevista que realizó el periodista Jesús Méndez Castellano, del diario “El Nacional”. “Con lágrimas en los ojos, contó sobre la muerte del “Venerable” José Gregorio Hernández. En medio de su relato comentó que estaba decidido que su hijo, que estaba por nacer, iba a ser ahijado del Doctor Hernández, en gratitud a las tantas veces que el médico atendió a los miembros de su familia de forma gratuita. A los pocos meses de la tragedia nació el niño, pero falleció poco después. Bustamante agregó que él fue la primera persona que le dio la santidad al médico de los pobres, cuando en medio del juicio, aseguró lamentar la muerte del “sabio y santo doctor”; por eso cuando enfermaba pedía a José Gregorio que le sanará de sus dolencias.
Sobre el caso del Dr. Hernández se recogieron 13 declaraciones de testigos presenciales del incidente, y al final en términos jurídicos se estableció de forma unánime que “se concluye en forma irrevocable, que lo acontecido fue un accidente”, dejando al señor Bustamante libre de culpas jurídicas y penales. El médico de los pobres falleció a la temprana edad de 54 años.
Es importante destacar, que los familiares del Dr. Hernández, solicitaron en el proceso de investigación sobre el fallecimiento del médico de los pobres, que el señor Bustamante no fuese condenado por un presunto delito no cometido, debido a que la desaparición física del Venerable fue producto de un accidente y no de una causa provocada con responsabilidad jurídica.
TESTIMONIO HISTÓRICO: ¿Y DESPUÉS DE LA PARTIDA FÍSICA DEL CRISTIANO EJEMPLAR?
El sacerdote Gerardino Barracchini, párroco de la iglesia de la Candelaria, en torno al tema del análisis biográfico del Dr. José Gregorio Hernández, nos ofrece su particular visión anecdótica sobre el velorio y posterior inhumación del médico de los pobres, dato crucial para comprender, el por qué los restos del venerable reposan en la iglesia de La Candelaria.
Barracchini, agregó que: “Ricos y pobres asistieron al sepelio, trasladando la urna desde la Capilla Ardiente en el Palacio de las Academias al Cementerio General del Sur hasta altas horas de la noche, donde al final fueron sepultados sus restos en el panteón familiar de los Hernández”.
En torno a la reflexión historiográfica, el párroco de La Candelaria, destacó que: “Los diarios de la época titularon, ha muerto un santo, por esta razón se puede afirmar que antes de la muerte del médico de los pobres, ya el Venerable tiene investidura de santidad”.
“El peregrinar a la tumba se inicia en el mismo momento de su fallecimiento, era un hombre de ciencias, pero con un espíritu de fe inquebrantable. Para el año 1939 sus restos fueron trasladados a otro panteón del mismo cementerio, decisión que tomó la familia, y es en este instante cuando se inicia la masiva devoción a sus restos”, destacó Barracchini.
“El cardenal José Alí Lebrúm, es quien decide exhumar los restos del Venerable, para trasladarlo a un lugar de mayor dignidad donde se pueda visitar. El 23 de octubre 1975 es sepultado el médico del pobre, en el antiguo bautisterio de Nuestra Señora de La Candelaria, por ser una zona fácil de llegar desde cualquier lugar de la ciudad de Caracas”, puntualizó en términos históricos Barracchini.
“La proclamación sobre la figura del Venerable, es una ilusión hecha realidad en muchos venezolanos. Es curioso, pero la figura del médico de los pobres ha pasado a ser parte de nuestro gentilicio cultural, para creyentes y no creyentes, y todo se debe al legado que dejó el Venerable como hombre de ciencia y fe católica”, precisó Barracchini.
“Los días que registran mayor cantidad de visitas a la iglesia de La Candelaria, donde reposan los restos del Venerable, son el 26 de octubre, fecha de su natalicio y el 29 de julio, fecha de su desaparición física; cientos de feligreses visitan nuestra capilla”, refirió a forma conclusiva Barracchini.
Ahora, después de la aprobación de la beatificación del Venerable, se espera que en la propia iglesia de La Candelaria, se realice la construcción de un nuevo pabellón póstumo para el primer beato del país.
RELATO INÉDITO DE UN MILAGRO Y UNA GRACIA A TRAVÉS DE LA DEVOCIÓN DE LA FELIGRESÍA HACIA EL VENERABLE
La venezolana Gradybel Almeida Noguera, residente del municipio Carrizal del estado Miranda , como devota del médico de los pobres, nos ofrece su sentido testimonio, de cómo ella pasó por la experiencia de recibir una gracia o un milagro del siervo ejemplar, cuando en noviembre del 2008 fue diagnosticada con cáncer en los senos, y relata su vivencia de la siguiente forma: “A los 28 años de edad fui diagnosticada con un cáncer de mama, desde ese momento siempre en familia oramos para solicitar la intercesión del Dr. José Gregorio Hernández, por mi pronta sanación.
Almeida nos confiesa que: “Mi madre tenía la costumbre de encender un velón todas las noches al lado de la estampita y oración del Dr. José Gregorio Hernández, tenía la costumbre de colocar cada noche nuestras ofrendas en el relicario familiar que le tenemos al Dr. Hernández. Es curioso que una noche, al finalizar nuestras oraciones, pudimos notar que al apagarse la llama del velón, se podía reconocer la semblanza del rostro del Dr. José Gregorio, lo negro de la llama apagada definía la forma del bigote acompañado de la forma y el color negro del sombrero, quedamos sorprendidas de esta imagen y el momento lo interpretamos como la enunciación del santo”.
Con voz quebrada, Gradybel Almeida, me confiesa a través de un mensaje de voz, que “ella recibió el milagro, que ella puede atestiguar haber recibido el milagro, porque después de haber pasado por el episodio del velón con la semblanza del Venerable, ella tenía que recibir una intervención quirúrgica, para realizarle una mastectomía radical de los senos o extirpación del tumor como el protocolo del tratamiento post quimio lo sugería, lo que en efecto se le realizó. Debo resaltar que la doctora que me realizó la operación, nos confesó a la familia que realmente la operación no era necesaria, debido a que los exámenes pre operatorios reflejaban que yo estaba curada”.
De esta manera, podemos recoger uno de los miles de testimonios sobre las gracias, los favores o milagros concedidos por Dios a través de la intercesión del médico de los pobres, el Venerable, el cristiano ejemplar.
Vale la pena destacar los siguientes datos, la fecha del diagnóstico fue en noviembre del 2008, con la siguiente definición: “Carcinoma Ducto-Lobulillar Infiltrante con células en anillo de sello, invasión vascular linfática presente” (…) “La historia médica 149876 del Instituto de Ontología Luis Razetti, médico tratante Dr. Carlos Paz y Dr. Gabriel Romero. Tratamiento pre-operatorio: Quimioterapia neo adyuvante con 4 ciclos de A.C.”
Igualmente recogemos el testimonio de un modesto habitante del estado Trujillo, de nombre Luis Nieto, al confesar que “los habitantes de esta localidad del país, en su gran mayoría son devotos del Venerable, ya que es parte de la cultura y el gentilicio local, todo esto como parte del folclor popular y ancestral de los pueblos”.
No obstante, afirma en forma categórica, que: “El médico de los pobres, por ser de Trujillo, nacido en Isnotú del municipio Rafael Rangel, no es solo un símbolo de nuestra localidad, es parte de la conjunción simbólica de todo un país, de la construcción antropológica y sociológica de toda una nación, que ahora en tiempos de pandemia, implora por su inmediata sanación”.
“El médico de los pobres, así como se conoce a este ilustre trujillano, nos muestra su intercesión todos los días a través de la gracia y el milagro de vivir, y de vivir en paz con el prójimo. En este pueblo de Trujillo, todos los días recogemos testimonios de gracias concedidas por el Venerable, ante la salud cotidiana de un vecino, ante la vida de un humilde campesino trabajador del campo, ante la vida de los estudiantes y el cumplimiento de sus constantes retos de vida, por esta razón confieso que el Dr. José Gregorio es el santo de todos los venezolanos”.
Sobre la realidad de devoción, Nieto relata “en Isnotú existe un santuario donde miles de personas le rinden culto a diario. Es un lugar emblemático para el estado Trujillo, y de visita fija para cualquier visitante, sea seguidor creyente de la fe cristiana o no” (…) “es tradición que todos los principios de año, los habitantes de la localidad realizan una caminata en la periferia del santuario desde Valera hasta Isnotú, en homenaje al doctor de los pobres. Nosotros los venezolanos en tiempos de pandemia o Covid-19, requerimos con humildad la alegría de recibir la noticia de que nuestro ilustre trujillano será Dios mediante, dentro de poco tiempo, el santo reconocido por las autoridades eclesiásticas del Vaticano, para así regalarle al pueblo venezolano una merecida alegría en tiempos de crisis sanitaria mundial”.
“Cabe destacar, que los pacientes se trasladaban a su humilde casa, y cuenta la gente de la época, que el médico de los pobres siempre los atendía, muchas de la veces sin cobrar sus honorarios profesionales, y en varias oportunidades él también colocaba de su bolsillo, para comprar en la botica del pueblo, el tratamiento que el paciente requería, por esta y muchas razones más, el Venerable es uno de nuestros mayores orgullos nacionales, como ejemplo de filantropía y entrega al pueblo en general”, esgrime de forma enfática el señor Nieto.
DESDE EL ESTADO TRUJILLO: ¿QUIÉN FUE Y QUIÉN ES EL Dr. JOSÉ GREGORIO HERNÁNDEZ, ANTES Y DESPUÉS DE SU BEATIFICACIÓN?
“Para el pueblo trujillano, es un orgullo de nuestra cultura y tradiciones regionales. Recibir la noticia de su beatificación es como un milagro para todo el pueblo venezolano, en tiempos de crisis tanto local como mundial, producto de la pandemia del coronavirus”, así lo reconoció, monseñor Oswaldo Azuaje, obispo de la diócesis de Trujillo. Desde su responsabilidad eclesiástica, nos ofrece una particular visión, sobre la tan anhelada noticia de la beatificación y canonización del médico de los pobres.
“Desde hace casi 8 años estoy como obispo de Trujillo, para mí ha sido una experiencia muy hermosa, sobre todo al compartir con los feligreses de esta región del país, recibimos con alegría la beatificación del Siervo de Dios, Venerable y ahora Beato”, de esta manera manifestó su emoción monseñor Azuaje.
Desde la dimensión regionalista, del acervo cultural popular, también se puede proponer que el médico de los pobres, según Azuaje es: “Un trujillano ejemplar, representa los valores más insignes del habitante de esta región del país: honesto, trabajador, sencillo, modesto, puntual, exigente con el sentido de la responsabilidad, respetuoso con el prójimo, desprendido por el tema material, virtuoso, y agradecido por los favores concedidos por Dios”.
“El estado Trujillo fue la patria chica del Venerable, de aquí salió muy joven para finalizar sus estudios de bachillerato en la capital del país, Caracas, que, por cierto, para llegar a la capital en esa época desde los Andes era muy complejo”, destacó monseñor Azuaje.
“Proveniente de una familia sencilla, ni pobre ni rica, pierde a su madre a los 8 años y yo creo que este capítulo de su vida lo marcó, el haber nacido en Trujillo, y el haber crecido hasta los 13 o 14 años al lado de su familia, le forjó como persona, lo que nos demuestra la dimensión tan característica del venezolano, un hombre laico, servidor a favor de la ciencia, pero también percibimos al hombre de profunda religiosidad popular, con una formación increíble, él procuró formarse bajo la devoción franciscana, muy religioso, teniendo estas dos dimensiones del hombre, podemos llegar a comprender la altura moral de su pensamiento”. Así lo subrayó Azuaje.
“Como hombre de ciencia era un servidor público, pero como hombre de fe, refleja un hombre consagrado a la fe cristiana, en él podemos encontrar una perfecta síntesis, de hombre de ciencia y profundamente religioso, es el ejemplo de un venezolano santo, por esto se le llama Venerable”, afirmó Azuaje.
Desde la concepción regionalista, podemos intentar comprender la visión multidimensional en la personalidad del Siervo de Dios, su formación inicial de origen rural y campesino, marcó notablemente su carácter como hombre de ciencia y de fe cristiana.
Es importante destacar, que el actual gobernador del estado Trujillo en la región de los Andes venezolanos, Henry Rangel Silva, en numerosas oportunidades ha manifestado de forma pública y notoria la importancia que reviste para el pueblo trujillano y el pueblo venezolana en general la ahora probada beatificación del Venerable.
En este mismo sentido de valor regionalista, también entrevistamos al párroco de la localidad originaria de Isnotú, rector del santuario del Divino Niño del Dr. José Gregorio Hernández, en el estado Trujillo, padre José Magdaleno Álvarez Briceño, quien en torno a la vida y obra del Venerable, acotó que: “La diócesis de Trujillo se llena de júbilo, por la positiva aprobación en el proceso de beatificación del Venerable. Nosotros representamos la voz de los trujillanos desde la dimensión de la fe cristiana, junto con la Arquidiócesis de Caracas, compartimos esta enorme alegría, es que la beatificación de nuestro venerable es ahora una realidad”.
Esta es una buena noticia para todos los venezolanos, la ahora beatificación del médico de los pobres, para Trujillo representa un valor de mayor alegría, porque el Venerable es un hijo de esta tierra, éste ha sido un lugar de referencia para los devotos de Venezuela y de muchas partes del mundo”, así lo consideró Álvarez.
“Isnotú es un lugar de peregrinación, aquí está el santuario dedicado al Niño Jesús del Dr. José Gregorio Hernández, una imagen que le regaló el arzobispo latino de Jerusalén, y esa es la imagen que tenemos aquí en Trujillo”, destacó el párroco Álvarez.
“Aparte de templo, también tenemos el lugar donde él nació, con los horcones originales, así mismo tenemos el museo, donde se guardan todos los objetos que usó en esta vida el Venerable; es importante destacar que era un hombre tan querido para la época, que tenemos en el museo el teléfono que él uso, con el dial número 1, esto representa la importancia de este hombre para la Venezuela de la época”, resaltó el padre Álvarez.
“Aquí reposan, su cama, el escaparate y una cantidad grande de objetos que él utilizó, así como también, tenemos las imágenes sagradas que él utilizaba para rezar en su infancia. Nuestros peregrinos por millones, vienen especialmente el 26 de octubre y el 29 de junio, es un paraje de presencia turística para nuestros visitantes y feligreses. En temporadas de vacaciones son miles de seguidores del Venerable los que visitan este recinto sagrado. Para nosotros el Venerable fue un médico ejemplar pero también fue un ciudadano ejemplar, invitamos a imitar todas sus virtudes”, puntualizó Álvarez.
“Este año 2020 no será la excepción para que los católicos trujillanos y todos aquellos que gusten sumarse conmemoramos un nuevo aniversario del fallecimiento del Dr. José Gregorio Hernández, a 101 de su partida física” indicó el presbítero José Magdaleno Álvarez, párroco de Isnotú y rector del santuario dedicado al Niño Jesús que perteneciera al Venerable.
Fin de la tercera parte de cinco entregas – Mañana continuará….
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