El nuevo presidente de Fedecámaras de Venezuela, Jorge Botti, asegura que con una estrategia de alianzas aspiran a crear una realidad diferente a la situación actual del país, mientras se producen los cambios políticos
«Está montado un andamiaje legal para crear un Estado comunista»
Cuando de problemas económicos, escasez y alto costo de la vida se trata, los principales señalados por el Ejecutivo Nacional como responsables son los empresarios privados; esto sin mencionar que en las denuncias sobre supuestas «conspiraciones» contra el Primer Mandatario Nacional para derrocarlo, también terminan siendo «salpicados» los miembros de la principal cúpula empresarial del país, Fedecámaras.
No obstante, las más reconocidas encuestas señalan lo contrario, y es que el pueblo venezolano estaría reconociendo como culpable de los problemas económicos al Gobierno Nacional, por una mala planificación de las políticas al respecto.
Lo cierto es que cada dos años, con la elección de una nueva junta directiva, quienes quedan al frente de Fedecámaras asumen un importante reto frente a la realidad política del país que golpea a través del Ejecutivo con diferentes medidas y leyes, al sector privado y al colectivo venezolano en general, presuntamente en función de un nuevo sistema económico y de Estado para gobernar.
«Un decreto como éste divide el país entre todos los consumidores contra todos los empresarios»
El reto es asumido este año con nuevas expectativas por Jorge Botti, electo para la presidencia de la patronal venezolana, quien llega a este cargo en medio de la promulgación de una Ley de Costos y Precios Justos que pareciera atentar duramente contra el sector productivo, de acuerdo a lo que han señalado los expertos. Por ello, Notitarde invitó al nuevo presidente de Fedecámaras (período 2011-2013) a su acostumbrado Desayuno en la Redacción, donde conversó sobre éste y otros temas con quienes le recibieron, Ricardo J. Degwitz, presidente de esta casa editora; Laurentzi Odriozola Echegaray, director del diario; Margarita Jiménez Márquez, miembro de la junta directiva; María Inés Ferrero, gerente de Relaciones Institucionales; Alecia Rodríguez Del Valle, editora diurna de ciudad; Vanessa Carreño, redactora, y quien suscribe este trabajo.
Entre democracia y socialismo
Partiendo de la realidad actual con miras a los inminentes cambios que se producirán en el país, actualmente están planteados dos tipos de procesos que Botti ha denominado «transición». Uno de ellos que conduce hacia el llamado socialismo del siglo XXI y el otro que va dirigido a una refundación de la democracia.
«No es un secreto para nadie que en el escenario del socialismo los medios de producción estarán todos en manos del Estado y para nosotros es una catástrofe», explica.
El empresario agrega además que si hay alguien que no está «pintado» en este panorama, son los emprendedores y empresarios, de acuerdo a lo que plantea el Ejecutivo Nacional, desde donde se defiende esta ideología como proyecto de país que es en el que han venido trabajando.
«Pero hay otra transición -agrega- que no es el año que viene, sino un poco más allá, aunque no les podemos dar fecha a los cambios sociales y es este ambiente de refundación de la democracia que no necesariamente coincide con el proceso electoral de 2012, ya que hay una transición a un nuevo acuerdo social que pasa por grandes alianzas políticas similares a las de España después de la muerte de Francisco Franco o en Chile después de la caída de Augusto Pinochet, donde se ponen las bases de un nuevo fuero que generalmente dura una generación».
Botti recuerda que este gran pacto político, en el que se estaría trabajando desde un importante sector de la sociedad, ya había sido ejecutado años atrás y permitió un gran avance y crecimiento económico sin inflación en 1958, pero feneció en 1978.
«Esta sociedad no supo leer los grandes cambios que había que asumir ya iniciada la década de los 80; ahora vemos el fracaso de un modelo de desarrollo que ya daba señales de agotamiento», sostiene.
Ante esta situación y la realidad en la que se trabaja, planteados estos dos escenarios, el presidente de Fedecámaras apunta la necesidad de comprender los tiempos y «darles piso económico y social a grandes acuerdos políticos en marcha».
«Gobierno estructura legalmente un Estado comunista»
Cuatro acciones fundamentales a ejecutar desde la patronal han sido diseñadas por una nueva directiva cuya fortaleza, de acuerdo a Botti, está fundamentada en la alianza estratégica entre sus integrantes y la igualdad de conceptos.
Dos de éstas son de carácter externo, y una está estrechamente vinculada con la otra: recuperar influencias y desarrollar un plan de alianzas.
Pero, ¿qué obliga a la creación de una estrategia que, más que innovadora, rescata el objetivo fundamental de Fedecámaras?
Tras hacer referencias a varias de las más recientes y criticadas leyes, Jorge Botti explica que «el andamiaje legal con esta Ley de Costos y Precios Justos que permite hacer la regulación definitiva está hecho para el Estado comunista que ya está montado; eso implica que se está desmontando cada día más el concepto de propiedad».
Es por ello que trabajan para dar una batalla que, más que legal, se trata de discurso y la forma de hacer llegar a las masas que no es al empresariado al que se perjudica, sino al consumidor final que son todos los venezolanos.
«Se habla de devolverle o darle el poder al consumidor y no le dan nada. En las economías eficientes el soberano es el consumidor y acá al final somos una especie de esclavos agradecidos porque lo que vas a consumir es lo que hay, no puedes escoger ni calidad ni marca, no puedes elegir nada», detalla.
«Te pueden prohibir que seas taxista por 10 años solo porque a alguien le parece que cobras muy caro»
En la afirmación -tras indicar que no deja de lado el nuevo texto legal que regula el tema de los arrendamientos y haciendo referencia a ambas leyes- agrega que el Estado profundiza en una adjetivación de la propiedad y se está convirtiendo ésta en una concesión.
«Nos están llevando a un escenario de economía de guerra donde si tengo la última lata de aceite, te la cobro al precio que yo quiera», ejemplifica el empresario, quien lamentó además que en las más recientes alocuciones del primer mandatario nacional, Hugo Chávez, y del vicepresidente Elías Jaua, no se haya hablado sobre cómo detener la inflación ni cómo aumentar la oferta de bienes y servicios.
«Pareciera que la Ley llegó para quedarse porque no somos capaces de controlar la inflación, que si no la tuviésemos, no existiría ese texto legal», comenta.
Es por esto que reitera que la batalla jurídica no tiene mucho caso y advierte que hacerle frente «es muy complejo porque un decreto como éste no divide el país entre quienes están con el Gobierno o contra el Gobierno, sino entre todos los consumidores contra todos los empresarios», explica.
«Regulación no es para algunos, es para todos»
«Lo primero que hay que decir sobre el decreto, y eso lo tienen que saber todos los actores económicos, es que es la primera vez que estamos frente a un instrumento legal que pretende regular todas las transacciones para todos los actores económicos, incluidas personas naturales, jurídicas y hasta buhoneros, es decir, formales e informales».
Éstas son las primeras palabras de un presidente de Fedecámaras -quien reconoce que la diatriba estéril por la respuesta fácil no les ha ayudado-, al explicar sus impresiones sobre la Ley de Costos y Precios Justos.
Retoma la idea principal y en un lenguaje claro y directo, propio del utilizado para hacerse entender ante las comunidades, refiere que «hasta el señor que vende raspado en la esquina está sujeto a revisión del consejo comunal».
«En segundo lugar -continúa-, estamos sujetos a un control de precios, y es primera vez que se pretende controlar el margen y no se aclara qué es margen ni a cuál margen se refieren».
Para ejemplificar, explica que «es muy distinto un margen de comercialización a un margen de ganancia; tú puedes tener un margen de comercialización del 30%, pero el de ganancia puede ser 5%».
Tras presumir que efectivamente se trata de controlar la ganancia, insiste en que «esta ley pretende regular un viejo sueño comunistoide de regular márgenes de ganancia de toda una economía y obviamente las consecuencias de eso no las entiende quien redactó el decreto».
No obstante, señala como una de las consecuencias más graves el desregularizar las transacciones de la economía poniéndole un candado por completo al mercado.
«Lo entendemos como un instrumento de control político, no económico, porque además no depende de ningún ministerio, sino directamente de la Vicepresidencia», sostiene.
Una ley conflictiva con penas de inhabilitación casi políticas
De acuerdo a la interpretación que Botti ha dado al instrumento legal, revela que a su parecer esta ley es socialmente conflictiva, pese a que el Ejecutivo retrocedió en lo que estaba en el proyecto original que hablaba de la decisión que podían tomar los consejos comunales para expropiar a su antojo.
Sin embargo, lo que sí se dejó en el texto, que también preocupa al sector empresarial, es lo relacionado con las penalidades que se convierten casi en «perdonavidas».
«Son algo inaudito, por primera vez tenemos la figura de inhabilitación para el ejercicio por 10 años en caso de reincidencia», detalla Botti al señalar una de las penalidades, que más adelante ejemplifica al detallar que «te pueden prohibir que seas taxista por 10 años solo porque a alguien le parece que cobras muy caro».
«La mayor escasez no será de alimentos»
Más allá de la desaparición de productos como leche o aceite, que ya se evidencia desde hace varios meses en el mercado venezolano, producto de otras medidas, para la máxima autoridad de Fedecámaras la mayor escasez que provocará esta ley si se aplica de forma masiva es la del empleo.
«Habrá escasez de empleo formal y productivo, porque hay una dirección inmediata a dejar de hacer cualquier actividad productiva y se penaliza la producción, y sin duda, además, propicia la corrupción», advierte. Pero Botti va más allá del tema de la escasez e incluso adelanta que se estaría alejando la inversión privada.
«No podemos diseñar una estrategia empresarial que centre todo en 2012, hay que ver mucho más allá»
Además explica que existe otra arista relacionada conque el control prolongado del precio de un producto genera, a la larga, la desaparición de algunas empresas y marcas que son monoproductoras, ya que no tienen otra manera de «tapar» la deficiencia que les genera lo único que comercializan.
«Ley de Arrendamientos no es para los ricos»
Jorge Botti no dejó de lado el tema de la nueva Ley de Arrendamientos aprobada por la Asamblea Nacional y precisó que «tenemos que entender que todo instrumento legal hay que analizarlo en función de costos y beneficios para la sociedad completa».
Es decir, no se trata de pensar solo en una parte de la población, porque tiene incidencia sobre la colectividad, y por ello recordó que «el que crea que esto es para los apartamentos de los ricos no es así; hay miles que no tienen ni un título de propiedad que hacen anexos en su casa, en barriadas populares, y con esto lo que logran es que se informalice y haya escasez de sitios para vivir».
Califica además como «desastroso» lo referente al pago de los servicios públicos por parte del propietario. «El inquilino puede gastar el agua y luz que le dé la gana y el dueño es el que paga», explica.
Alianzas para el futuro
A pesar de las dificultades que se presentan desde el punto de vista jurídico para el sector empresarial y el pueblo en general, el lenguaje, mensaje y trabajo de Jorge Botti son de esperanza y aliento.
«Nosotros no podemos diseñar una estrategia empresarial que centre todo en 2012. Tenemos que ver más allá, y esta estrategia tiene que seguir adelante pase lo que pase», narra.
«Hay que ayudar a inspirar un cambio, pero esto no terminará el año que viene. Sabemos que las amenazas seguirán allí y la única forma de detenerlas es hacernos aliados de la sociedad, la única forma es cuando el costo político es alto para el Gobierno», agrega.
Partiendo de este punto, retoma y detalla las acciones que diseñan desde la patronal para atacar esta situación.
Recuperar influencias es una de ellas. «Fedecámaras tiene que recuperar la estatura que alguna vez tuvo como un gran centro de referencia nacional e influencia en los centros de decisión política. Para eso me parece trascendental que digamos hasta el cansancio que esta institución no está diseñada para el ejercicio del poder».
Agrega que «tenemos que poner una raya a los eventos de abril de 2002 que quebraron la confianza entre el mundo político y el empresarial, no solo con los actuales gobernantes».
Continúa afirmando que «es natural que el mundo político haya perdido confianza en el mundo empresarial porque asaltamos el poder en una noche y no solo se trata de Miraflores. Me disculpan si soy crudo, pero creo que es hora de decir algunas cosas; en buena parte del país muchas de las Cámaras de Comercio y Fedecámaras regionales también quisieron gobernar de la noche a la mañana, y esto no puede ser. Si no recuperamos la confianza, no podremos recuperar la influencia».
Esta confianza es consecuencia de la segunda estrategia que en paralelo aspiran a desarrollar y está vinculada con las alianzas y compromisos con la sociedad, específicamente con trabajadores, comunidades, la academia, el mundo del conocimiento y con los gobiernos.
Explica que la alianza con los trabajadores está relacionada conque cada empresa entienda que el factor trabajo no es nada marginal, sino el centro del negocio.
La segunda alianza con las comunidades es buscar que permanezcan las iniciativas de cada empresa. «Tienen que entender que su responsabilidad va más allá de cuatro paredes y que tienen algo de responsabilidad con el mundo que los rodea, aun cuando sea una unidad de negocios muy pequeñita».
Sobre las alianzas con las academias, recordó que existe un largo divorcio entre la empresa privada y el mundo académico, y anunció que «hay que comenzar a hablar de un nuevo desarrollo para el país porque el actual está agotado. No son tiempos de hacer proyectos de país en claustros académicos o asambleas de Fedecámaras; si no logramos que sea una gran discusión nacional, no tendremos una visión de país compartida por todos».
«El diálogo con los gobiernos -explicó- debe ser tanto con el nacional como con los regionales, ya que por mucho que avancemos en grandes acuerdos bilaterales con comunidades, academias y empresarios, si no tenemos un Gobierno que entienda lo que la sociedad quiere hacer, no vamos a salir para adelante, y con un 30% de inflación no hay ningún acuerdo que se sustente».
Botti concluye sus palabras afirmando que la idea general de todo este trabajo, que se ha propuesto estando en la presidencia de Fedecámaras, finalmente busca conseguir dos objetivos simultáneos: inspirar al país a un cambio mientras los cambios políticos suceden y generar un nuevo compromiso empresarial con el país, como ocurrió en los años 60 cuando se fundó el Dividendo Voluntario para la Comunidad.
«Queremos que la gente entienda que la mitad de lo gastado por este gobierno lo ponemos nosotros en impuestos, que no se nos olvide, ya llegamos al millón de millones de dólares gastados y la mitad es renta interna. Cada vez que un señor va a gastar 1 millón de bolívares en una ferretería para arreglar el rancho, deja 200 bolívares en impuesto. No me vengan con cuentos de Barrio Adentro porque la mitad la pagó usted», precisó.
«Aquí tiene que cambiar todo, la relación Estado-ciudadanos debe cambiar», finalizó Botti tras indicar que es de esta manera, aprendiendo a exigir lo que nos corresponde y trabajando juntos por el país, como Venezuela saldrá adelante.
Fuente: Prensa Fedecámaras
Buenas tardes, perdone mi ignorancia, si este pais fuera hacia un estado comunista, no se estaria estableciendo relaciones y convenios internacionescon con otros otros paises?????????????????