Por Eduardo Martínez
Es vergonzoso lo sucedido ayer, cuando 3 de los 4 partidos que conforman la Plataforma Unitaria retiraron el apoyo al gobierno de transición, al anunciar que no apoyarán en la Asamblea Nacional (2015) la prórroga para el año 2023 en la sesión parlamentaria de este jueves.
Como dijo el presidente Franklin Delano Roosevelt, ante el Congreso de los EEUU al día siguiente del ataque a traición a Pearl Harbour en diciembre de 1941: “Es un día que quedará en la infamia”.
Para apreciar el hecho en toda su dimensión, vamos a presentarlo como hacen los abogados.
Antecedentes
En diciembre del 2015, una alianza opositora logró obtener en elecciones parlamentarias los dos tercios de los diputados. Una mayoría calificada que le permitiría -por mandato del pueblo- lograr los grandes cambios que Venezuela necesitaba y exigía.
El régimen nunca aceptó los resultados y las consecuencias de esta mayoría, como era de esperar por el talante exhibida por el gobierno.
Desde el día después, en un parlamento agónico comenzaron las maniobras para tasajear esa mayoría. Montaron un circo con los diputados del estado Amazonas. El TSJ, también agónico congeló esa elección. Luego procedieron a nombrar magistrados “express” con la idea de evitar cualquier recurso legal ante el TSJ.
En base a una estrategia que nunca explicaron, y por lo tanto no se entendió, quienes controlaron la Asamblea Nacional transitaron 3 años en discursos y en decisiones rimbombantes. Sobrevivieron como parlamentarios. Pero no sobrevivió el mandato popular.
Maduro en el 2018 cometió una ilegalidad constitucional que llevó al mundo democrático a rechazar su re elección. Había adelantado las elecciones y su asunción nuevamente de la presidencia antes de tiempo. Había puesto en bandeja de plata su falta de legitimidad.
Sin embargo, tras bastidores la oposición fue tejiendo una estrategia -probablemente la primera gran estrategia- que dio a luz en enero del 2019 un gobierno de transición que declaró la usurpación, asumió la transición y propuso la realización de unas elecciones libres. La re elección adelantada de Maduro fue el detonante que puso en marcha la estrategia.
El éxito fue inmediato. Más de 60 gobiernos llegarían a reconocer al gobierno interino de Juan Guaidó. El cerco internacional comenzó a presionar a Nicolás Maduro para la realización de unas elecciones libres. Sin embargo, se cometieron errores que fueron perturbando la estrategia trazada.
Los Hechos
Dejando de lado el tortuoso camino de insistir sobre todos los errores, vamos a citar los dos últimos: el acuerdo firmado el 26 de noviembre en México, y ahora el de eliminar el gobierno de transición. Este último, que estamos obligados a analizar por ser probablemente el más grande error. No se puede simplemente pasar la página, como si no fuera importante.
Es así como llegamos al fin del gobierno interino en las vísperas de la Navidad del 2022, cuando tres de los cuatro partidos decidieron acabar con el gobierno interino. Tres partidos, que no pasan conjuntamente -entre los tres- del favoritismo que obtiene el PSUV -partido del régimen con un 12% solamente. Es más, que no llegan siquiera al 50% de esa alicaída popularidad gubernamental del 12%.
Frente a esta gente, está la opinión mayoritariamente aplastante de millones de venezolanos que rechazan la actitud de esos partidos.
Análisis
Ante este último hecho, que hoy será materializado en la sesión virtual de la Asamblea (2015), es propicio hacerse varias preguntas: ¿Cuál es la nueva estrategia de estos partidos? ¿Qué reemplazará la anterior? ¿Porqué no han explicado a sus mandantes -militantes y venezolanos en general- cuál ha sido el negociado? ¿Qué tajada personal sacarán -si es que la hay? Y tantos etcéteras como sea posible imaginarnos.
Todo dicho, en cuanto hasta el momento permanecen y actúan de espaldas a los venezolanos. Sin dar explicaciones ni rendir cuentas.
Petitorio
En los documentos leguléyicos, al final, siempre hay un Petitorio. En este caso, no sabemos en cuál calidad, debemos dirigirnos a estos políticos. Porque no sabemos, si a estas horas, tienen todavía alguna cualidad para recibir petitorios.
Por otra parte, y por lo tanto, no tenemos ya que más pedirles.
Conclusión
Finalmente, la conclusión posible cuando vemos estas situaciones es que más que ser “Abogado del Diablo”, lo que provoca es ser el Diablo mismo y actuar en consecuencia.
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