El mal sabor de las alocuciones presidenciales

Por Eduardo Martínez

Los anuncios de Nicolás Maduro, con motivo del Día Internacional del Trabajador, dejaron el mal sabor al que tiene acostumbrado a los venezolanos luego de cada alocución presidencial.

En esta ocasión, los malos sabores fueron tanto por omisión como por comisión. Es decir, por lo que no dijo, como por lo que dijo. Lo que al final frustró las esperanzas de los trabajadores de ver mejorados sus ingresos por la vía de un aumento del salario mínimo.

En este sentido, en las medidas anunciadas no se contempló ningún beneficio directo a los trabajadores activos. En cuanto a los jubilados, solo se anunció un bono compensatorio de 10.000 bolívares para los trabajadores jubilados entre el 2018 y el 2022. Lo que según la funcionaria Delcy Rodríguez, se estima en 120 mil pensionados.

En el detalle de este bono, Rodríguez señaló que el pago se realizará en tres tramos, en el término de un año (hasta el 2023).

En un país que viene con una trayectoria hiperinflacionaria, retrasar el pago en un año, significa que perderá su poder adquisitivo en forma apreciable. En un año, la última parte del bono se volverá poca sal en un agua que no llega a través de las tuberías.

En efecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó a finales de abril de este año, que Venezuela sufrirá una inflación del 500% anualizada.

En cuanto a los jubilados y pensionados que quedarán por fuera, poco menos de 5 millones no recibirán ningún beneficio. Lo cual es una gran injusticia, por cuanto los más afectados son aquellos de avanzada edad que tienen más de una década tratando de vivir de una pensión que no les alcanza.

Durante el año 2021, los pensionados del IVSS tuvieron que achicarse el cinturón a 1,5 dólares por mes, cuando la canasta alimentaria familiar llegó a costar no menos de 300 dólares mensuales según el CENDAS y otras ONGs.

Otro detalle de lo dicho por Maduro, pone en duda el respeto por un derecho adquirido por los trabajadores, como lo son las condiciones para jubilarse.

De acuerdo a las normas vigentes, los trabajadores tienen establecidos los requisitos de las edades, 55 años para las mujeres, y 60 años para los hombres. En un momento de su intervención, Maduro no señaló la edad, sino de 30 años “de servicio al país”.

La experiencia reciente nos advierte, que no son simples equivocaciones las equivocaciones de Maduro cuando habla. ¿Qué quiso decir? Pronto lo sabremos. No hay dudas.

En cuanto a los otros dos anuncios, en el caso de un nuevo Banco de Trabajadores, ningún experimento ejecutado por el régimen, han sobrevivido. Tales como los bancos de desarrollo, el banco de la mujer, etc.

Y en caso de la creación de la Superintendencia de los Consejos Productivos, los trabajadores desconocen para que sirven esos consejos.

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