El Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó este miércoles por estrecho margen una enmienda que, para efectos prácticos, elimina parte de la ayuda exterior a los Gobiernos de Argentina, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia.
Con 23 votos a favor y 16 en contra, los legisladores aprobaron la enmienda presentada por el legislador republicano de Florida Connie Mack en el marco del debate sobre el proyecto de ley que autoriza la ayuda exterior de EE.UU. para el año fiscal 2012.
En claro desafío a la política exterior de la Administración Obama, los republicanos, que controlan la Cámara baja, buscan recortar un total de 6.400 millones de dólares del total de fondos por 51.000 millones de dólares para el Departamento de Estado y las operaciones exteriores.
El Comité, que ha debatido enmiendas durante todo el día, prevé continuar las discusiones mañana sobre el anteproyecto, que también recorta fondos para Pakistán, Egipto, el Líbano, Yemen y la Autoridad Nacional Palestina. También recorta en un 25 por ciento las contribuciones de EE.UU. a Naciones Unidas.
Mack presentó la enmienda como una forma de castigo a ciertas naciones de América Latina que, a su juicio, «interfieren» o «ponen resistencia» a los procesos democráticos.
«No apoyan los ideales de la libertad, la seguridad y la prosperidad» en la región, se quejó Mack.
Sin hacer mención de cantidades específicas, el texto de la enmienda reza: «Ninguno de los fondos autorizados para ser designados bajo esta ley estará disponible para ayudar a los Gobiernos de Argentina, Venezuela, Nicaragua, Ecuador y Bolivia».
Más adelante, una asesora del Comité, que pidió el anonimato por la sensibilidad del asunto, explicó a Efe que la enmienda de Mack no corta absolutamente «todos los fondos» y continúa la asistencia considerada «no gubernamental».
Es decir, se continuará, por ejemplo, el desembolso de fondos a las ONG que operan en esos países, agregó.
La votación fue mayormente sobre líneas partidistas, con los republicanos insistiendo en que Estados Unidos no puede continuar enviando ayuda a países que antagonizan con Washington.
«¿Por cuánto tiempo más deberá Estados Unidos subsidiar actividades que van en contra de sus intereses nacionales?», preguntó el republicano por Florida David Rivera.
Por su parte, los demócratas, entre ellos Eliot Engel y Gregory Meeks, ambos de Nueva York, replicaron que es un error «meter en el mismo saco» a todos los países y que, en vez de una política aislacionista, Estados Unidos debe continuar apoyando los programas para avanzar la democracia en la región.
Engel expresó su «decepción» por la decisión de Ecuador de expulsar al embajador de EE.UU., pero destacó que «no pondría a Ecuador en la misma categoría» que el resto de los países.
Eliminar la ayuda estadounidense lo único que consigue es acercar más a esos países al Gobierno del presidente venezolano, Hugo Chávez, argumentó Engel.
Citando el ejemplo del acercamiento de Colombia con Venezuela, Engel dijo que «hay que tener cuidado de no hacer generalizaciones».
Al advertir de las repercusiones de cortar parte de la ayuda a esos países, Gerry Connolly, demócrata por Virginia, calificó la enmienda como un «arma burda» que «vulnera los esfuerzos diplomáticos» de EE.UU. y, en todo caso, «debería ser un último recurso».
El demócrata de California Howard Berman insistió en que el texto de la enmienda de Mack no hacía una distinción entre la ayuda que EE.UU. otorga a los Gobiernos y la que, por ejemplo, entrega a organismos de localidades «en áreas que se oponen a las políticas del Gobierno central».
Horas antes, el Comité aprobó otra enmienda que bloquea los fondos por 48,5 millones de dólares destinados a la Organización de Estados Americanos-OEA.
La enmienda, también presentada por Mack, especifica que «ninguno de los fondos asignados será autorizado para las contribuciones a la Organización de Estados Americanos».
El congresista se mostró satisfecho de que el Comité aprobara la enmienda para «acabar con el gasto del dinero de los contribuyentes estadounidenses en una organización antiestadounidense», dijo en un mensaje a través de Twitter.
Para convertirse en ley, la iniciativa tendrá que ser aprobada en el pleno de la Cámara baja y posteriormente en el Senado, de mayoría demócrata, que podría rechazarla.
Fuente: AVN