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Por Eduardo Martínez

El año 2021 se nos presenta en Venezuela con esperanzas e ilusiones. La sequía de ver cumplidas nuestras esperanzas, y unas ilusiones que cada vez nos parecen más lejanas, nos han llevado a ser moderados en nuestras expectativas.

Sin embargo, Venezuela es un problema que debemos solucionar. Y más que un problema, es una diversidad de problemas.

Si no supiéramos cuáles son los problemas, la solución sería más difícil. Conocidos los problemas, las soluciones las tenemos a la vista porque habremos identificados los problemas. Puede ser que no completamente, pero sabemos en este túnel oscuro hacia donde se encuentra la salida. Por lo tanto, sabemos hacia dónde deberíamos caminar.

En las últimas semanas del 2020, publicamos una serie de entrevistas (*) -en www.economiavenezolana.com- sobre las posibilidades de la recuperación económica de Venezuela.

No será fácil. El camino estará lleno de tropiezos y requerirá de grandes esfuerzos, pero la recuperación es posible. Así opinan los expertos. Esa opinión la compartimos plenamente.

En este sentido, los manuales de gerencia -esos que funcionan- nos recomiendan que ante un mal desempeño, lo primeros que debemos “hacer” es identificar a los problemas, por que cuando no se tienen identificados, nos enfrentamos a dos problemas: 1) saber cuál es, y 2) cómo solucionarlo.

Pero en esos manuales de recomendaciones, la palabra importante siempre es el verbo “hacer”. Un verbo que nos impulsa a que seamos activos. Porque no basta con identificar el problema y pensar en su solución, si no hacemos nada por aplicar esa solución.

Para los venezolanos en el 2021 la prioridad sigue siendo “hacer”. Y tener la actitud de “agarrar el toro por los cachos”. Mientras antes, será mejor.

Eduardo Martínez, Editor

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