Por Beatriz Pineda Sansone
En anterior artículo, expresé que la educación juega un papel fundamental en el desarrollo de un país, porque a través de ella, se pueden lograr cambios significativos en diversos aspectos de la sociedad, como el fortalecimiento de la democracia, la preservación de la cultura, la reducción de la pobreza, el crecimiento económico, la salud y el fomento de la paz.
Es importante tener en cuenta que la instrucción es una parte importante de la educación. Sin embargo, la educación es mucho más que solo instrucción. La educación es un proceso integral que busca formar personas completas que puedan contribuir con el desarrollo de la sociedad. El pensamiento constructivo es una forma de pensar que se caracteriza por ser optimista, proactiva y orientada a la búsqueda de soluciones. Se basa en la idea de que podemos afrontar los desafíos de la vida de forma positiva y eficaz si adoptamos una perspectiva flexible y abierta.
He consultado la obra del psicólogo Seymour Epstein, (1937. Brooklyn, Nueva York, Estados Unidos), porque, según él, la educación que puede desarrollar la capacidad de pensar de forma creativa se basa en cuatro pilares fundamentales:
- Autónoma: permitir que los estudiantes sean protagonistas de su propio aprendizaje.
- Relevante: conectar el aprendizaje con la vida real y los intereses de los estudiantes.
- Colaborativa: fomentar el trabajo en equipo y el aprendizaje entre pares.
- Reflexiva: brindar oportunidades para que los estudiantes reflexionen sobre su aprendizaje.
¿De qué forma se pueden implementar estos principios en el aula? Permitiendo que los estudiantes elijan sus propios temas de investigación.
Organizando debates y discusiones en clase. Realizando proyectos de aprendizaje en equipo.
Utilizando diferentes métodos de enseñanza, como el aprendizaje basado en problemas y el aprendizaje a través de proyectos.
Brindando a los estudiantes tiempo para reflexionar sobre su aprendizaje.
Al implementar estos principios, los educadores pueden ayudar a los estudiantes a desarrollar su potencial creativo y convertirse en pensadores independientes y críticos.
El pensamiento constructivo es el pensamiento de la inteligencia experiencial y en los estudios realizados por Epstein y sus colaboradores han visto que está relacionado con el éxito en el trabajo, la salud física, el ajuste emocional, el éxito en las relaciones personales y una mayor satisfacción en la vida en general.
Los buenos pensadores constructivos son más propensos a ser resilientes ante la adversidad, a tener relaciones sanas y satisfactorias, y a conseguir sus metas en la vida.
El trabajo de Epstein ha sido reconocido con numerosos premios, incluyendo el Premio Distinguished Scientific Award for Early Career Contribution to Psychology de la American Psychological Association.
* Editado por los Papeles del CREM. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca.
«Las opiniones aquí publicadas son responsabilidad absoluta de su autor».
