por Alberto Baumeister Toledo
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No podemos dejar de comentar con especial interés los pronunciamientos que en esta semana hicieron a todo el país las Corporaciones Académicas Nacionales, dentro del más respetuoso y severo lenguaje y ajeno a todo interés que no esté enmarcado dentro del bienestar de nuestro país.
Mas que un deber es algo consustancial a las funciones propias de las Academias, auspiciar, propiciar y llevar a cabo este tipo de pronunciamientos, cuando por cualquier causa detecten la inadecuada marcha de la nación, la asunción de responsabilidades que no corresponden a las actuaciones propias del Estado, las desviaciones en sus competencias por parte de los poderes públicos, y en fin aquello que a juicio de tan loables entidades debe ser el camino adecuado para lograr la mejor marcha de la Nación y la mayor felicidad para sus ciudadanos.
En esta oportunidad quiero referirme someramente a los pronunciamientos formulados por la Academia de Ciencias Políticas y Sociales, no solo por ser dicha entidad organismo del que me honro formar parte, sino por las particulares cuestiones que se examinaron por parte de la Corporación con miras a mejorar, enrumbar y en definitiva mejorar la marcha del país. Es cierto que nada nuevo quedó dicho con las observaciones mencionadas, pues todo lo comentado no es mas que el producto de la observación de la realidad nacional.
Mas sería inconsecuente la institución si ladinamente callara o eludiera su responsabilidad al denunciar y formular propuestas para procurar de manera urgente corregir los fallas que producen tan graves consecuencias como lo son la falta de seguridad en lo personal, así como la consecuente ausencia de ella en lo social, económico e institucional.
A nadie puede faltarle juicio suficiente para impedirle notar el desaguisado que venimos viviendo de un tiempo a esta fecha, entre otras causas por las crisis provocadas a su vez por la falta de una adecuada y diáfana administración de justicia, por la falta de sanción social y penal a la terrible corrupción que acosa el acontecer en todos los ramos de la actividad ciudadana, la disparatada trayectoria que viene asumiendo la economía del país de un tiempo a esta fecha con el cuento de que lo adecuado es propiciar el sistema neosocialista impuesto por el Gobierno.
El desatino en las medidas y políticas ponen de manifiesto cada vez mas la falta de criterio con la cual se enfocan las directivas de gobierno, las propuestas de modificación de ciertas estructuras y el logro final de la paz y seguridad social.
Este y los demás documentos producidos por la mayoría de las Academias de nuestro país, valen la pena ser leídos y analizarlos cuidadosa y detalladamente. Debe y tiene que insistirse en que el Gobierno cuando menos centre su atención en los llamados que seria y desinteresadamente son formulados, fuera de todo contexto político por dichas Corporaciones procurando el bien para la Nación y la paz ciudadana.
Cito algunos párrafos concretos contenidos en el pronunciamiento que dejó formulado la Academia de Ciencias Políticas, que se explican por si solos y donde se alerta la gravedad de dichas situaciones y sus posibles consecuencias por el desajuste social que se viene provocando:
…….” El modelo constitucional recoge las instituciones y los valores propios de las democracias sociales modernas, instituciones y valores consolidados y reconocidos universalmente, tales como la representación popular y la elección; la separación de los poderes públicos y el control jurisdiccional de los gobernantes. Sin embargo, en nuestra realidad política la separación de los poderes públicos, ha sido sustituida por un predominio prácticamente del Poder Ejecutivo, al mismo tiempo que se postula la inconveniencia de la separación de poderes. .De otra parte, constitucionalmente la representación popular y las elecciones deben asegurar los principios de la representación proporcional y el reconocimiento electoral de las minorías. No obstante, los resultados de las elecciones del 26 de septiembre de 2010, pusieron de manifiesto que el sistema que se estableció de circuitos electorales va en desmedro de la representación proporcional y de las minorías……”
Como acertada solución a los problemas que se denuncian , la Academia formula un llamado claro y preciso al país para que se logre y provoque por una parte su inmediata re-institucionalización, de otra parte para que se favorezcan y aupen conceptos de tanta importancia como lo son los de la verdadera supremacía de la Constitución, imposición de una clara política sobre Seguridad jurídica a todo trance, el que se propicie y auspicie el proceder ético, la responsabilidad y el control de la gestión pública y la lucha contra la corrupción, el que se establezca una clara redefinición de los conceptos económicos y sociales fundamentales, para evitar el desasosiego provocado por el inadecuado uso de conceptos y estructura básicas tales como lo son conceptos de propiedad privada, necesidad de proceder por vías expropiatorias, etc. y que se establezcan claras y definidas políticas sobre los conceptos de seguridad y defensa de la nación que impidan desvirtuar el respeto de otros derechos e instituciones bajo el ropaje de que se están propiciando aquellos, todo ello bajo un marco de la mas adecuada libertad y calidad de educación.
Quiera el destino que estos pronunciamientos y preocupaciones no terminen, como la mayoría de las cosas en éste querido pero olvidado país, en el cesto de la basura o el rincón de los olvidos. La situación de la patria no es nada esperanzadora, todavía tenemos tiempo para corregir y enmendar los caminos, luego será muy tarde y las consecuencias impredecibles.