Entre balas, elecciones y redes sociales

Por Eduardo Martínez

La designación de los nuevos rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE) ha despertado muchas agrias discusiones y pronunciamientos en contra, y muy pocas a favor. Sin embargo, la oportunidad es propicia para mencionar varios aspectos resaltantes.

1)Como siempre ha ocurrido en los últimos 21 años, el régimen no escondió en esta designación su talante autoritario y hegemónico, como le gusta ser reconocido. Algo que comenzó con el tema de la “hegemonía comunicacional”, y que por razones obvias es aplicable a la totalidad de las instituciones republicanas. En este sentido, la oposición no ha tenido que hacer mucho esfuerzo para tener que provocar al régimen.

Sin embargo, los opositores que se sientan en la Asamblea Nacional, no lograron más de 2 rectores de 5, más por la abstención de sectores de la oposición, que por las trampas del régimen. Algo que pudiéramos llamar el “Legado Lucena”.

2) La oposición, que también pudiéramos llamar hegemónica, parece continuar con su política de la abstención. Niegan cualquier posibilidad de que los actores –de la oposición que están en el país- se sienten con representantes del régimen a negociar decisiones importantes como la designación de los rectores.

En este sentido, cuando esa oposición nacional se sienta con el gobierno, los de afuera los llaman “alacranes”. Con lo que pudiéramos inferir que ya tenemos dos tipos de alacranes, los de aquí, y los de allá, el día que estos últimos negocien con el régimen. Algo así como alacranes en bolívares y alacranes en dólares, para diferenciarlos.

3) Estando a las puertas de unas elecciones locales, de continuarse con la perorata abstencionista, los ciudadanos corremos el riesgo de que se entregue los gobiernos municipales a la hegemonía del régimen. De nuevo, más por el llamado a la abstención que por la falta de votos o por las trampas.

Esta política, de desmotivar a los electores de la oposición, parece más bien diseñada por estrategas del régimen. Por lo visto les ha dado resultado. El régimen, con casi un 80% en contra, obtiene el casi el 80% de los cargos de elección. VerbiGratia, las pasadas elecciones parlamentarias.

4) Con todo lo dicho anteriormente, aunque se base en hechos y cifras irrefutables, corremos el riesgo que nos fusilen en los tribunales populares de las redes sociales, por una seudo democracia que incita a no votar, a la vez que es incapaz de salirle al paso a las trampas y los chanchullos electorales.

Estamos entre las balas y las redes sociales, en medio de unas elecciones.

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