El comunismo asintomático

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Por Eduardo Martínez

Nos trajo una serie de nuevos términos la pandemia que irrumpió en el mundo a finales del 2019: Covid 19, asintomático, entre otros términos. Tal vez no serían nuevas palabras, pero si nuevas para el común de los mortales. Sin embargo en estos tiempos, países como el nuestro vienen siendo afectados por una especie de virus político que tiene consecuencias devastadoras como el virus en boga. Se ha extendido por toda la región.

Señalan los expertos, que el Covid 19 es un virus que contagia a través del aire. Quienes están afectado lo transmiten a través del aire. Y ese contagio es voraz, porque se puede padecer pero no mostrar síntomas. Lo que se denomina “asintomático”.

En la política, desde la época de la Gripe Española de 1918, por el mundo se expandió el comunismo. El contagio que sería prácticamente viral, comenzaría a extinguirse a finales de la caída del Muro de Berlín. Así, los otroras países “socialistas” se fueron reconvirtiendo en democracias.

El comunismo, que aparentemente empezó a desaparecer, ha resurgido en países en donde nunca germinó. Tal es el caso de Venezuela. Es llevado de la mano por nuevos personajes que han desplazados a los viejos dirigentes de los partidos comunistas tradicionales.

El problema para los analistas, es que el lenguaje puede parecernos democráticos, pero que en la práctica adquiere razgos comunistas, y hasta cierto punto stalinistas, cuando ya es muy tarde.

Esos neo comunistas es fácil distinguirlos. Solo con verlos en países empobrecidos, se destacan al punto de ser detectados a simple vista.

Visten trajes de caras marcas o de sastres, camisas de seda o finos algodones, cobartas italianas, zapatos de cuero hechos a mano, o deportivos de alto “rendimiento”, y por altos precios, que nunca bajan de los 100 dólares.

Adicionalmente, se adornan con relojes de varios miles de dólares, donde resaltan marcas como Cartier, entre otros.

Su entrada a un lugar público es apoteósica: las telas destacan por lo nuevo, y los accesorios envían destellos por el oro. En todo caso, solo faltaría haber “olvidado” las etiquetas con el precio. Vieja modalidad de los pobres que se volvieron súbitamente ricos, que haciéndose los pendejos dejaban la etiqueta con el precio para que se le reconociera su nueva riqueza.

A pesar de todo ese lujo externo, en lo interno todavía conservan su espíritu comunista. Son los comunistas asintomáticos, o ¿quise decir “facistas”?.

editor@eastwebside.com

 

 

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