Editorial: El día en la infamia de FEDECÁMARAS

El presidente de EEUU Franklin D. Roosevelt, ante el ataque sorpresivo de Japón en 1941, pronunció un histórico discurso ante el Congreso. Roosevelt pudo haber insultado. Pudo haber calificado a los gobernantes de ese país asiático. Sin embargo, teniendo su vista puesta en el futuro, escogió muy bien sus palabras al dar inicio a su discurso: “Ayer, 7 de diciembre de 1941 -una fecha que vivirá en la infamia-”

Este 20 de julio, en la instalación de la 77 Asamblea Anual de FEDECÁMARAS, se dieron situaciones y se pronunciaron palabras que nunca debieron darse. Fue un episodio vergonzoso, de tal magnitud, que para reseñarlo no provoca en quien lo escribe otra cosa que sentir vergüenza.

El presidente de la cúpula empresarial, Ricardo Cussano, olvidando la historia de las dos últimas décadas invitó a la señora Delcy Rodríguez a hablar en el acto de instalación de la Asamblea. Olvidando las más elementales normas de protocolo -en un acto de esta magnitud y significancia- le ofreció la tribuna a la señora antes mencionada. Oportunidad, en que haciéndole honor a lo que ha sido su proceder, la señora utilizó para contestar –nada más y nada menos- a una carta enviada por el Cardenal Pietro Parolín, secretario de Estado del Vaticano. Carta que fue leída por uno de los pastores de la Iglesia venezolana, el obispo Ricardo Barreto.

Está demás decir, que el Cardenal Parolín, cada vez que emite opiniones en público lo hace en su condición de secretario de Estado. En este sentido, expone la opinión del Papa.

La respuesta, fuera de protocolo y fuera de la cortesía debida por ser invitada, sirvió para increpar al obispo y mandarle a quitar la sotana. Un irrespeto que ha disgustado a la feligresía venezolana.

Ese comportamiento de la señora Delcy era previsible. Ratifica el concepto que de ella se tiene. Lo que no se tenía conocimiento era de la naturaleza propia del presidente de FEDECÁMARAS que con su actitud permitió que ello ocurriera. Algo que siembra grandes interrogantes sobre el negociado previo a la invitación. Algo que no conocemos.

A Cusanno se le olvidó, que por las políticas del actual régimen, más de 8 mil industrias cerraron sus puertas en Venezuela; todas las plantas ensambladoras de vehículos automotores están cerradas, provocando el cierre de industrias y talleres de repuestos, partes y piezas; Sidor no produce el acero, que miles de talleres e industrias medianas necesitan para fabricar productos, entre ellas urnas de metal que ya no existen; asimismo, el aluminio que ya no se entrega a los miles de talleres que trabajan con los perfiles. Además de las miles de hectáreas de siembra que solo producen maleza.

Pero la falla de memoria, con o sin desconocimiento, abarca también nombres importantes del empresariado venezolano. Un ex presidente de FEDECÁMARAS vive un exilio miserable y no puede regresar al país. Algunos presidentes de cámaras regionales o locales, han sido detenidos o están detenidos, como el caso del presidente de la Asociación de Comerciantes de Chacao.

En el caso de esa sesión inicial de la 77 Asamblea, la forma y el orden tenían importancia. La manera en que se permitió, no fue de ninguna manera una oportunidad para hacer las paces. Simplemente sirvió -de la manera más barata- para insultar y amedrentar al empresariado, recordándole que si se metieron con el Papa y el Vaticano, a los empresarios no les va a ser diferente.

De esta manera, FEDECÁMARAS vivirá en la infamia.

Eduardo Martínez, Editor

www.economiavenezolana.com

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