Editorial: Caminando y mascando chicle

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A mediados de la década de los años 70, al presidente en los Estados Unidos Gerald Ford –quien sucediera a Richard Nixon a raíz del caso Watergate- se le acusaba de que no podía caminar y mascar chicle a la vez. Fue la primera vez que oímos esa expresión.

De ahí en adelante, el dicho sería utilizado para acuñárselo negativamente, a cuanto dirigente político, se quería catalogar, de incapaz de manejar más de una cosa a la vez.

Esta expresión puede ser empleada también en un sentido positivo. Si bien hay personas que no pueden hacer más de una cosa a la vez, es de ley pedirle a la dirigencia política que las haga.

El momento que vivimos en Venezuela, de profunda crisis en todos los sectores y niveles, requiere que exijamos de la dirigencia: que caminen y masquen chicle a la vez.

El régimen ha agotado todas las posibilidades y vías necesarias para resolver los problemas que han generado la crisis.

En este contexto, la solución de los problemas sociales, económicos y políticos, exigen un cambio de régimen y de gobierno. La gestión del actual régimen nos ha llevado a ello.

En un país democrático, la solución es electoral. En Venezuela parece no ser posible.

Sin embargo, los venezolanos requieren de ese esfuerzo civil y democrático.

Si bien el camino está sembrado de trampas-jaulas y amenazas –como las declaraciones del ministro para la defensa Padrino López del pasado domingo- la dirigencia debe arrancar de las manos del régimen el llamado a elecciones para el 6D.

La oposición no debe eliminar de plano las elecciones, como si no hacerlo fuera una cuestión de honor. Algo que obedecería más al hígado que al cerebro.

Para abstenerse, no debe hacerse nada. Ni siquiera levantarse temprano un domingo para ir a votar.

Asistir a las elecciones, que numéricamente se pueden ganar y fraudulentamente se pueden perder, requiere de esfuerzo, inteligencia y de la generación de escenarios. Esto con el fin de desarrollar planes alternos para cada posibilidad que se plantee, durante el proceso electoral , el día de las elecciones y el día después.

Por supuesto, requiere que la dirigencia política pueda caminar y mascar chicle a la vez.

Eduardo Martínez

Editor

www.eastwebside.com

 

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