Por Domingo González Villegas
Es interesante lo que precisa la Senadora Cabal, de Colombia, en relacion con la verdadera identidad de los indeseables comunistas, cuya misión es transformar la sociedad hasta convertirla, a sus miembros, en siervos sumisos de una supuesta mejora existencial.
Ella señala como ejemplo, lo acontecido con Cuba, que pasó de ser un país pujante a un recuerdo lejano de lo que fue, previo al arribo del fidelismo, que se apropió del SER de esa sociedad hasta convertirla en un remedo de lo que pretendía ser.
Sí, Cuba fue un país ejemplar que miraba más allá de sus pestañas: primer puesto en respuestas a muchos retos del desarrollo como sistema de vida, cómo argumento válido en la oración del vivir para SER, sin pretensiones hegemónicas, sino como un eslabón más de la comunidad de naciones de nuestra patria común, la América toda.
Pero llegaron los resentidos, encabezados por un supuesto médico y por otro adalid de la verdadera democracia como pretendió hacernos creer el sátrapa mayor, Fidel Castro.
Pero hasta ahí llegó el juego para la isla hermana. Y, desde ese momento, se empezó a montar el andamiaje para reducir a las otras naciones del continente: pasó a paso, con dosis medidas, milimétricamente planeadas y aprovechando, por un lado la ingenuidad de algunos y por otro el tan manido populismo que tanto daño a causado a la región en su conjunto.
Ahí están los resultados, sin embargo pareciera que no vastan los mismos como para tomar previsiones al respecto. Prefiero creer en eso antes que tamizar el verdadero sentir del latinoámericano y tomarlo en otro sentido. Es increíble, cuando menos, lo que están haciendo desde el Foro de Sao Paulo, devenido en Grupo de Puebla, con los países nuestros. Increíble para aquellos que creemos en la humanidad de los seres humanos, cuyos principios primigenios son, a mi humilde manera de ver, humanista en el buen sentido del término.
Deberemos sentarnos a esperar los resultados postreros o, al revés, sacudirnos y gritar, a gañote tendido: alto, no más!!!