Julio César Pineda, “el de la televisión”, embajador, analista internacional, profesor universitario, nos escribe sobre la integración regional y la importancia del Parlatino.
Por Julio César Pineda
Fue un error de la oposición venezolana no participar en las elecciones para elegir la Asamblea Nacional, el Parlamento Latinoamericano y el Parlamento Andino, el pasado 4 de diciembre de 2005. En esa oportunidad 167 parlamentarios nacionales, 12 representantes ante el Parlamento Latinoamericano y 5 ante el Parlamento Andino sólo expresaban una visión del país con el compromiso del proyecto de socialismo del siglo XXI y el seguimiento al líder único. El señor Presidente en estos 5 años se ha aprovechado de este Parlamento Nacional sumiso para avanzar en su modelo político-económico dentro de la síntesis del marxismo tropical propio de la Cuba fidelista y de una equivocada interpretación de la teología de la liberación. En cuanto al Parlamento Andino por la abrupta salida de Venezuela de la CAN sin consultar a los venezolanos, nuestro país quedó fuera, aunque los 5 diputados continuaron utilizando la titularidad y sus sueldos de manera ilegal, tendrán que rendir cuenta de esto porque no fueron convocados ni admitidos en ese Parlamento. La representación ante el Parlatino fue la única del continente unicolor y monopartidista.
Más allá de las elecciones al Congreso Nacional donde la pluralidad volverá para impedir el permanente golpe constitucional, está asegurada también la disidencia y la representación de diferentes fuerzas políticas en el Parlamento Latinoamericano. El presidente Chávez conoce la importancia de la presión internacional en la vigilancia por la democracia y esta consciente del giro de la política latinoamericana al alejarse en todas las últimas elecciones del eje Cuba-Nicaragua-Ecuador-Bolivia-Venezuela. El triunfo del presidente Piñera en Chile como el del señor Martinelli en Panamá ha llevado a presentar nuevas voces en el seno de la OEA y en el caso de Chile al cambio inesperado del propio secretario general Insulza. La izquierda chavista retrocedió en las elecciones parlamentarias de México y Argentina quedándose sola en las nuevas actitudes de los gobiernos de El Salvador y Uruguay. Tanto Santos como Mockus llegaron a la segunda vuelta diferenciándose del modelo venezolano, y Santos en la presidencia con la ratificación del éxito de Uribe constituirá seguramente una línea más dura en la política colombiana. En Brasil puede ocurrir lo de Chile donde a pesar del prestigio del Ejecutivo la oposición pueda llegar al poder, además en Brasil la candidata del partido verde Marina Silva con un gran apoyo rompió con el gobierno de Lula y ha aglutinado un importante porcentaje de votos. Honduras fue el comienzo del fin del ALBA que se quedará con sus socios sin la posibilidad de la anexión de las grandes democracias del continente; Honduras marcha hacia la normalización de sus relaciones diplomáticas, su fortalecimiento democrático con el presidente Lobo y su próximo reingreso a la OEA. Todo este cuadro adverso a Chávez en el continente lo ha obligado a dar la batalla en el Parlatino, con su embajador estrella. Roy Chaderton, compañero de tantos años en la diplomacia, ingresamos el mismo día y el mismo año en el servicio exterior en el primer gobierno del presidente Caldera, tendrá que dejar la Embajada en Washington para encabezar la plancha al Parlamento Latinoamericano.
Con Milos Alcalay, hemos presentado una alternativa al chavismo con el respaldo, entre otros, del Movimiento Ecológico de Venezuela (Partido Verde) y Fuerza Liberal. El equipo también lo integran también Juan Moreno Gómez; en representación de Fedecámaras y ex embajador en Chile, Uruguay y ALADI, el embajador Eleazar López Contreras; el especialista en Derechos Humanos, Gonzalo Himiob; el ex representante del Estado en Derechos Humanos, Jorge Dugarte; el profesor de Derecho Internacional, Simón Uzcanga; Haydee Deutsch en representación del sector de los trabajadores; el director de Relaciones Internacionales de la Alcaldía de Caracas, Pedro Paúl Betancourt; el ex representante de Venezuela ante la OPEP, Eli Habalian; además de una importante representación femenina especialistas en el derecho y las relaciones internacionales y varios candidatos jóvenes, y representantes de ONGs.
Estamos seguros de llegar al nuevo Parlamento Latinoamericano para dignificar ese organismo regional, permanente y unicameral donde el imperativo fundamental es la democracia y la integración regional, además de la exigencia de la representación de todas las tendencias ideológicas y políticas del continente.