Cuando ciertas condiciones aplican

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Por Eduardo Martínez

Hay dos expresiones que dan pie para restringir las libertades. Una es: “la libertad de uno termina cuando comienza la libertad del otro”; y la segunda: “ciertas condiciones aplican”.

La libertad de uno y del otro
Esta expresión es una especie de trampa, que limita la libertad individual, al abrir esa libertad para otro. Impregna de una frontera entre las personas. En tanto la verdad es que en cuestión de libertades estamos ante un hecho colectivo, en el cual cada individuo debe ser libre.

La libertad debemos tenerla en conjunto. Debemos pensar en nuestras libertades. Y solo cuando todos las tenemos y disfrutamos, es que podemos hablar de la libertad del individuo. Lo que establece el principio de la igualdad: somos iguales y debemos sentirnos iguales.

Pensar diferente es dar a pie a la expresión de la Rebelión en la Granja, del escritor inglés George Orwell: “Todos los animales son iguales”, al que luego en el desarrollo de su historia añadirá: “Unos más iguales que otros”.

No somos unos más iguales que otros. Somos iguales.

El filósofo francés Gabriel Marcel, desde su pensamiento existencialista cristiano, acuñó una corta frase que resume esa especie de relación colectiva: Ser, es ser con (el otro).

Resultando que el individuo existe en su confrontación con “el otro”.

Es así, que la expresión atribuida a Jacques Rousseau es incompleta, y en mi opinión, mal desarrollada. Ha dado pie a que unos, muy pocos, se sientan más iguales que otros, y de esta manera, impongan su voluntad personal y total sobre otros. Lo que ha llevado a la restricción de las libertades, primero, y luego al ejercicio del poder total sobre los otros.

Ciertas condiciones que aplican

La expresión “ciertas condiciones aplican”, de uso más reciente, es la letra chiquita que va al final de las ofertas de servicios bancarios. Sin embargo, ha ido permeando -sin ser advertidas ni escritas- a otras esferas públicas.

Siendo utilizadas para restringir los derechos de los clientes bancarios, o comercialmente, para disminuir el impacto atrayente de la publicidad.

Así, esa idea prevalece sobre las decisiones del gobierno de turno o largo turno. Lo que vemos en los decretos, leyes y resoluciones. Como diciendo: eres libre, pero ciertas condiciones aplican.

La maldad va más allá. Porque a estas acciones de restricción se les da un barniz de protectora del “bien común”. Es decir, de lo que es de todos. Cuando en verdad, esconden la mano negra de usar el concepto del colectivo para limitar al individuo en el disfrute de sus derechos de ser libres, ser iguales, y sentirse como tales.

editor@eastwebside.com

 

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