Por Eduardo Martínez
Frente a frente se encontraron este jueves las dos caras de una Venezuela que naufraga en las profundidades de la corrupción y la incoherencia.
Coincidencialmente, ambos sucesos tuvieron lugar en Europa. El primero de estos hechos -que podemos calificar de vergonzoso- se suscitó en el seno del Parlamento Europeo.
Como reportó la periodista Carolina Alcalde: “El Parlamento Europeo celebró una sesión especial sobre Venezuela en la que las diferencias y la ausencia de una estrategia común quedaron en evidencia durante la intervención de varios de los líderes y dirigentes de la oposición”. El resumen no pudo ser más preciso y a la vez corto.
En otro suceso, en horas de la tarde de este jueves, se conoció que la que fuera enfermera de Hugo Chávez y ex Tesorera de Venezuela, Claudia Patricia Díaz Guillén, había sido entregada por España a la justicia de Estados Unidos, y se encontraba en un vuelo a la ciudad Miami. Lugar donde en una Corte Federal, deberá enfrentar cargos por corrupción, lavado de dinero, y otros crímenes conexos.
Ambos hechos, el del Europarlamento y el de Madrid, retratan la desvergüenza de venezolanos que no parecieran tener compasión con los millones de connacionales que sufren los embates de la peor crisis nacional que conozca la historia.
Frente a un régimen acorralado por sus propios errores -que han causado la crisis- la dirigencia opositora sigue sin articular estrategias, sin lograr ponerse de acuerdo entre ellos, y sin el “tabaco en la vejiga” para calzar los zapatos del liderazgo.
Por otra parte, la extraditada enfermera -que con un sueldito de enfermera logró amasar una fortuna millonaria- hasta el momento no ha logrado demostrar el origen decente de esos fondos. Lo cual nos muestra la cara de una presunta corrupción, que es evidencia innegable de porque el Estado no tiene los fondos necesarios para resolver los problemas más inmediatos de los venezolanos.
En la confusión entre ambos sucesos, el país sigue dando tumbos de inestabilidad y colapso.
editor@eastwebside.com