Las recientes medidas cambiarias tomadas por el régimen venezolano que preside Nicolás Maduro, ponen en evidencia el fracaso del modelo económico y la más burda burla al pueblo venezolano; en especial, con las esperanzas y oportunidades de las nuevas generaciones.
La cacareada revolución no es sostenible. En 1999, Hugo Chávez recibió el gobierno de un país, con estándares de vida superiores, a los que sufrimos en enero del 2014. Esa es una irrefutable realidad.
Prometer el 10 de enero que no se va a devaluar, y pocos días después pasar la tasa de cambio de 6,30 a 11,36 bolívares, es una devaluación en cualquier idioma.
La disminución de la cantidad de dólares que un venezolano puede comprar a esa tasa (viajes y compras por internet), bajo la excusa de que son los compradores de esos dólares los culpables del déficit de divisas, es responsabilizar a otros de las culpas propias.
La revisión de los montos en dólares, gastados por el gobierno de Chávez y Maduro, destinados a regalos y ayudas a otros países y en armamento militar, excede con creces lo comprado por los ciudadanos comunes y corrientes. Lo que evidencia que el gobierno, lejos de tomar medidas para favorecer a los venezolanos, invierte para mantener su poder a expensas de las necesidades y aspiraciones de esos venezolanos.
Revisemos las compras por internet, y preguntémonos qué compran los venezolanos. En su gran mayoría, compran libros, computadoras, accesorios, música, suscripciones, pagos de seguro, entre otras cosas. Compras realizadas, en una gran proporción, al portal Amazon y cargadas a tarjetas créditos autorizadas por Cadivi.
En cuanto a los viajes, la brutal disminución de la cantidad permitida para viajes al estado de la Florida en los Estados Unidos, asoma la verdadera intención. Es el estado donde vive la mayor cantidad de venezolanos viven en el exterior. Por supuesto, es el principal destino de turistas venezolanos que viajan para visitar a sus familiares.
La medida de disminuir en tres veces y media, al pasar de 2.500 a 700 dólares, adquiere otra dimensión cuando tomamos en cuenta la eliminación del consulado en Miami, y el que se haya mantenido en 2.500 dólares el monto permitido para visitar la isla de Cuba, que queda a tan solo unas millas de los EEUU. La medida fue tomada, por una parte como castigo y, por otra como estrategia de favorecer, al reducido club de funcionarios y amigos del régimen.
Las explicaciones dadas por el ministro Rafael Ramírez, en cuanto de que estas medidas persigue disminuir la tasa de cambio paralelo, demostrarían poco conocimiento de la materia, o la descarada intención de mentir para evitar hablar de las verdaderas razones.
Para un venezolano, los 700 dólares son insuficientes para viajar al estado de la Florida. Lo que le obligará a buscar dólares en el mercado paralelo, aunque este sea ilegal. Lo que indudablemente presionará al alza la tasa de cambio, que es lo que el gobierno desearía contener.
Las excusas esgrimidas por el gobierno, para justificar la últimas medidas cambiarias, no sobreviven al análisis del común de la gente. No se necesita tener el dominio de las variables y leyes de la economía para darse cuenta. Por ello es el calificativo de “burda burla” con el pueblo venezolano.