La inflación en Argentina cerró agosto en 12,4%, la más alta desde 1991, a medida que la gente hace malabares para llegar a fin de mes, informó el miércoles (13.09.2023) el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
El Indec informó el dato del Índice de Precios al Consumidor (IPC), que acumula 124,4% a 12 meses y 80,2% en lo que va del año. Se ubica entre los más altos del mundo.
La inflación mensual no había sido tan alta desde febrero de 1991 (27%), cuando adoptó un proceso de convertibilidad fija del peso con el dólar. La última vez que el IPC mensual llegó a los dos dígitos fue en abril de 2002 (10,4%), justamente después de que el país abandonó ese modelo de paridad fija de 1 a 1.
El rubro que más subió fue alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 15,6%, «producto de la suba en carnes y derivados y verduras, tubérculos y legumbres».
Carnes con alzas de más de 30%
La carne, fundamental en la dieta del argentino, experimentó alzas de más de 30%. La carne molida común, que es la más popular, subió 39,4% en agosto, según el informe. Otros cortes más finos también van por esa línea.
«No hay nada, no hay plata para ahorrar», dijo a la AFP Karina Sablich, una maestra de escuela, mientras hace la compra en un mercado abierto de Buenos Aires. «Vivimos al día, trabajo todo el día porque con un cargo solo no nos alcanza».
Massa culpa al FMI
El ministro de Economía, Sergio Massa, que busca el poder como candidato presidencial del oficialismo, dijo poco antes de conocerse el indicador que «agosto ha sido uno de los peores meses en el proceso económico de los últimos 30 años, producto de una imposición del Fondo Monetario Internacional».
Se refiere a la devaluación de 21% del 14 de agosto, acordada precisamente con el FMI para destrabar desembolsos del programa crediticio con el organismo por 44.000 millones de dólares.
Y le siguió un aluvión de remarcaciones de precios, a pocas semanas de las elecciones presidenciales del 22 de octubre, en las que los candidatos opositores prometen aplicar un fuerte ajuste fiscal para estabilizar la economía.
Argentina ya tuvo dos episodios de hiperinflación en 1989, de 3.079% anual, y 1990, de 2.314%. El país adoptó entonces el modelo de «convertibilidad», apoyado en privatizaciones, desregulaciones y una apertura total de la economía.
La inflación anual bajó a un dígito, pero el aumento de importaciones acrecentó la deuda en divisas, arruinó la industria y provocó una grave recesión que precipitó la crisis política de 2001 y la devaluación del peso en 2002.
Fuente: dw con informaciones del diario Clarín.