VP: SIMADI, más de lo mismo
“No podíamos esperarnos nada diferente a lo develado por el dúo Merentes / Torres sobre nuevo sistema cambiario el cual viene anunciándose de forma fragmentada y por cuenta gotas, siguiendo en forma fiel el guión del modelo comunicacional del régimen, desde el último día del mes de diciembre del año 2014, para culminar su divulgación a la opinión pública casi dos meses después”, así lo aseguró el economista Mario Cervellione, activista del movimiento Gremios de Voluntad Popular.
A pesar del deliberado intento de crear expectativas en torno al modelo cambiario, éste resultó ser más de lo mismo, lo que pone de manifiesto la incapacidad del régimen en cuanto al manejo de la delicada crisis económica y política que asola la nación.
Cervellione recordó que éste es el sexto convenio cambiario en los doce años que lleva implementado el control de cambios que sólo ha servido para introducir enormes distorsiones en la economía, que se manifiestan en las estructuras de costos y de precios del raquítico sector productivo nacional y en una desenfrenada corrupción ya que la discrecionalidad en el otorgamiento de divisas ha sido la norma, sobre todo si tomamos en cuenta que es la actividad petrolera la que provee el 95% de las divisas y que es el Estado venezolano el principal importador de bienes esenciales para el consumo de la población a través de sus propias redes de distribución, a las cuales hay que agregarles las pertenecientes a las recién confiscadas cadenas de distribución Farmatodo y Día Día.
“De este modo, el control de cambios es una medida de control político –no económica- mediante la cual se busca someter al sector productivo privado nacional. El nuevo convenio reafirma el carácter populista que tiene esta medida; pero sobre todo reafirma la nula disposición que tiene el gobierno de rectificar el rumbo económico, perdiéndose una nueva oportunidad para hacerlo y creando, a la vez, graves lagunas que afectan a diversos sectores de la población”.
El experto reduce el nuevo sistema expuesto, previos cambios cosméticos, a:
1. Una tasa preferencial de Bs.6,30$ para las importaciones prioritarias y esenciales para alimentación y salud. A este mercado se le asignará el 70% de las divisas disponibles. Cabe la pregunta: si no se pudo satisfacer esa demanda cuando el precio del barril de petróleo estaba en $98, ¿cómo la van a cubrir con el barril a menos de $60?
2. Un SICAD “nuevo” que es en esencia el SICAD I, a una tasa inicial de Bs.12:$ (tasa de la última subasta del SICAD I). Al fijar esta tasa baja, el Ejecutivo Nacional perdió una oportunidad de oro para llevar este tipo de cambio a Bs.25/$ o Bs.35/$, un nivel más razonable y sostenible.
3. Un Sistema Marginal de Divisas (Simadi), que según explicaron será “abierto y libre”, donde podrán participar personas naturales y jurídicas. En él, afirman, los oferentes no tendrán límite; estos son los que fijarán el precio; los bancos no ponen límite a los oferentes y todos deberán cumplir con lo establecido en el sistema cambiario número 20, que exige la apertura de una cuenta en dólares en bancos nacionales. El Simadi tendrá 3.792 puntos de atención en todo el país a través de la banca pública y privada y de operadores cambiarios autorizados. Hoy debería estar circulando la Gaceta Oficial con el convenio cambiario que normará este mercado, y donde se encontrarán más luces para entenderlo mejor. (Extracto tomado de VenEconomía Opina)
Asegura que un sistema cambiario desquiciante en su esencia, con diferentes bandas, sometido a subastas, impacta negativamente las estructuras de costos de las empresas que, al obtener divisas por distintas vías, tienen que ponderarlas para determinar sus costos y de consecuencia sus “precios justos”. Esto introduce un factor de competitividad perverso y agrava el fenómeno de la escasez presionando aún más la oferta de bienes con lo que favorece el fortalecimiento de la inflación, que se estima para este año por encima del 100%.
El sistema cambiario arriba descrito, deja en el limbo a los estudiantes; no se les menciona por ninguna parte.
El nuevo SIMADI tendrá como único oferente de dólares al gobierno nacional. Dudamos que personas naturales y jurídicas se atrevan a entrar al mercado y el precio del dólar estará determinado por el mismo gobierno. Podemos concluir que esta modalidad tiene muy poco de “libre”.
“Por otra parte qué duda cabe que PDVSA, al poder intervenir en todos los mercados podrá aliviar su dependencia con el BCV, su principal acreedor en Bs., a quien le debe la escandalosa suma de Bs.677 millardos. Pero su dependencia con el Banco Central de Venezuela será por el 30% de cada dólar que la petrolera estatal genere, ya que el 70% seguirá estando comprometido a un tipo de cambio de 6,30. De lo anterior se desprende que las intenciones del gobierno por lo que respecta a la contención del gasto fiscal está muy lejos de ser tal, y persigue continuar el irresponsable modelo expansivo del gasto público que contribuirá a la creación de mayor inflación con las consecuencias que ello conlleva, que tampoco ha servido para combatir la pobreza a través de la pretendida implementación de los programas sociales -las Misiones- ya que tenemos un índice de pobreza de 48%, a pesar de los enormes recursos financieros de los que dispuso el régimen a lo largo de 16 años”.
Continúa el activista: “El convenio cambiario así establecido es una forma de devaluación encubierta y todavía está por verse que pueda mantenerse por largo tiempo, puesto que los grandes desequilibrios que enfrenta nuestra Balanza de Pagos, debido a la caída de los ingresos petroleros, nos indican que la intención del gobierno es la de estirar las divisas que le quedan; de allí su racionamiento. Los compromisos financieros (deudas contraídas con el resto del mundo, sobre todo con China) son de tal magnitud, que para que esas divisas se estiren, no sólo debe racionarlas, sino que también debe racionar sus importaciones de bienes esenciales para el consumo de la población. En tal sentido es responsable anunciarle al país que estamos frente a un escenario de racionamiento de bienes, so pena de declarar un Default. En otras palabras: O comemos o pagamos”.
La gran “apuesta” del régimen, ante su incapacidad, es la de una recuperación de los precios petroleros, que le permita surfear esta ola que, en repetidas ocasiones advertimos, llegaría con fuerza. Ahora es tarde para producir más petróleo (no tenemos la capacidad; cuando podíamos, con un barril a 100, no lo hicimos) y sólo le queda esperar un cambio de ciclo que luce imposible de concretarse en el corto plazo, asegura Cervellione.
El gobierno está enfrentando las consecuencias de su irresponsable política económica enmarcada en el Proyecto Socialista del Siglo XXI que es la mayor estafa electoral que se le haya hecho al pueblo venezolano, al que se le está infligiendo un enorme sufrimiento, cuya cara visible está representada por enormes colas frente a los establecimientos de alimentación y por los estantes vacíos que denuncian la escasez de productos de todo género. “Nuestra sociedad tendrá que pagar un alto costo para poderse recuperar de este error histórico que ha representado la gestión de Maduro, cuyo gobierno populista y demagogo seguramente pasará a la historia como el peor gobierno que tuvo que soportar la nación”, sentenció el experto.
Fuente: Prensa VP