En medio de una gran tensión por la grave crisis económica, la violencia en las calles y el drama social que vive Venezuela, la rápida jornada electoral entra en la recta final, luego de la muerte de Hugo Chávez.
Mientras el opositor Henrique Capriles, cerró campaña en plaza pública en la Avenida Bolívar de Caracas, el oficialista y presidente encargado, Nicolás Maduro, denunció que la “derecha salvadoreña” conspira para asesinarlo y sabotear la red eléctrica.
En una multitudinaria manifestación como no se había visto en los pasados meses, los seguidores de Capriles abarrotaron la Avenida Bolívar.
«La avenida Bolívar se quedó pequeña para la multitud», se decía por los altoparlantes de la campaña opositora.
«Hoy las calles de Caracas se llenaron de alegría, de esperanzas, hoy las calles de Caracas confirman lo que va a pasar el próximo domingo. El 15 de abril será el día de la paz, del encuentro y la reconciliación de todos los venezolanos (…) Más nunca te dividirán Venezuela, mas nunca vendrá la división a este país», vociferó Capriles.
«Tenemos un pueblo que está clamando por soluciones a sus problemas y tenemos un gobierno que perdió su objetivo en el camino, que se llenó de corrupción, de maldad y de odio hacia los venezolanos. Yo voy a decir en esta avenida Bolívar, denme su voto de confianza porque yo quiero que este país que quiere cambio, pueda lograrlo. Yo vine aquí a decirles que luchen conmigo, no para hacerme presidente sino para levantar a Venezuela», exclamó.
Capriles se refirió a algunas encuestas que lo ponen de primero en la intención de voto.
«Estamos ganando y vamos a ganar el 14 de abril. Hoy les quiero decir con toda la firmeza, hoy estamos ganando este proceso. Pero hay que hacer la tarea, salir a votar», refirió con la mano en alto.
Y agregó: «Hace 20 días atrás, las personas pensaban que era imposible y yo les dije a los venezolanos, tenemos el poder en contra pero tenemos la esperanza de miles de personas. Activen esa esperanza y esa esperanza está activa hoy».
Entre tanto, el presidente encargado y heredero de Hugo Chávez, Nicolás Maduro, denunció que dos exembajadores estadounidenses y la derecha salvadoreña están detrás de una conspiración para asesinarlo y sabotear la red eléctrica del país.
“El objetivo es matarme a mí, ellos me quieren matar porque saben que no me pueden ganar unas elecciones libres. Detrás de esto están las manos de Roger Noriega y Otto Reich, y está la derecha salvadoreña que ha mandado unos sicarios pagados por ellos para asesinarme”, dijo Maduro.
Expresó que el “grupo de mercenarios han entrado al país” y pretenden aumentar los homicidios para “exacerbar el temor público” y “seguir saboteando” la red eléctrica del país.
La violencia en las calles de Venezuela no es de ahora, en 2012 se registraron 16 mil homicidios y la tendencia es al alza ante la impotencia de las autoridades venezolanas. La crisis de PDVSA, la petrolera estatal, es inmanejable debido a los pagos que ha incumplido a sus socios brasileños dentro de un proyecto conjunto de producción con los vecinos y el desabastecimiento de víveres cada vez cobra mayor repercusión en la cotidianidad del ciudadano de a pie. Adicionalmente la crisis eléctrica aumenta por los constantes apagones en varias ciudades capitales de la provincia.
Sobre las amenazas de conspiración de Maduro, Capriles manifestó que «este gobierno no ha hecho nada para controlar la violencia». «Cómico y ridículo» fueron los adjetivos de Capriles al presidente encargado sobre los supuestos intentos de saboteo.
Fuente: VOA