En los últimos años, los venezolanos nos venimos empobreciendo porque las cosas que compramos suben de precio mucho más de lo que aumenta nuestro ingreso
En los últimos años, los venezolanos nos venimos empobreciendo porque las cosas que compramos suben de precio mucho más de lo que aumenta nuestro ingreso. Eso es particularmente cierto en las familias de clase media y popular. El Gobierno decretó el viernes un aumento de 30% fraccionado para quienes ganan sueldo mínimo y para los pensionados, 20% a partir del 1° de mayo y el resto desde el 1° de julio.
Ese aumento se convierte en sal y agua cuando lo comparamos con el aumento de 99,9% que ha sufrido la canasta básica familiar desde marzo del año pasado al presente. Según el Cendas, el precio de la CBF es Bs 35.124,45, lo cual quiere decir que una familia de cinco miembros requiere 6,2 salarios mínimos para poder adquirirla. El aumento no compensa para nada la subida de los precios, sobre todo porque además no lo reciben ni los desempleados ni la mitad del país que trabaja en la economía informal.
El liderazgo nacional tiene la obligación moral de atender eso porque la situación que están viviendo las familias más pobres es desesperada.
Durante los años de “la Revolución”, gracias a la inmensa cantidad de recursos que entraron al país cuando el barril de petróleo se vendía a $100, el salario real tuvo momentos en que se incrementó por encima de la inflación, pero eso no era sostenible en el tiempo, ni con Chávez ni con Maduro.
El salario real de los trabajadores solo puede mejorar en el mediano y largo plazo si hay inversiones que generen empleos productivos, acompañados de un aumento en la productividad a través de una fuerte inversión social en la capacitación, educación y formación para el trabajo.
El gran obstáculo para eso sigue siendo el modelo económico fracasado que el gobierno se ha empeñado en imponer. Sustituir ese modelo por otro que genere confianza para que haya inversiones que generen empleos productivos tiene que ser la prioridad nacional. Al gobierno se le hace imposible generar esa confianza solo. A la oposición también porque para que se genere confianza es imprescindible que haya estabilidad política, y eso solo se puede lograr si construimos un amplio entendimiento nacional alrededor de un programa de ajuste económico y de reimpulso del aparato productivo que cuente con el apoyo de todos, empresarios y trabajadores, civiles y militares, sectores productivos, organizaciones sociales, universidades, academias y partidos políticos.
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@pedropabloFR