Maduro frente al espejo de la incompetencia

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Desde el miércoles 12 de febrero Venezuela se ha ido sumergiendo en la protesta y la represión. Los estudiantes protestan. El Gobierno reprime.

A medida que pasan los días, ha ido aflorando el descontento de los venezolanos que se han venido incorporando  a las jornadas  motorizadas por los estudiantes universitarios.

En estas circunstancias, los venezolanos debemos preguntarnos cuál es el origen de esta nueva crisis política que se extiende por nuestras calles y plazas.

Se enciende la mecha

En las últimas semanas se fueron incrementando los asaltos y secuestros a los estudiantes universitarios. No contentos con darles caza al ir y venir de los recintos universitarios, los delincuentes comenzaron a incursionar dentro de las propias aulas de clases.

En el estado Táchira, cansados los estudiantes de ser víctimas de la delincuencia, salieron a la calle. La protesta se extendió más allá de lo que los estudiantes se habían propuesto. La protesta se convirtió en una mecha que incendió el descontento de la población en general. Los descontentos se hicieron presentes frente a la residencia del gobernador, con las consecuencias que ya son del conocimiento de la opinión pública.

Las protestas estudiantiles de San Cristóbal, no solo se repitieron en los días siguientes, se fueron extendiendo a Mérida.

Como resultado de la represión, cuatro estudiantes fueron detenidos. Llevados a instalaciones militares, imputados y traslados a la cárcel de Coro. Lo que a su vez encendió el descontento estudiantil a nivel nacional.

Teniendo a la vista el 12 de Febrero, “Día de la Juventud”, la protesta adquirió otra dimensión cuando a la petición de mayor  seguridad, se le sumó la exigencia de liberar a los estudiantes presos.

12 de febrero

A pesar de las previsiones y expectativas, se realizó sin contratiempos la marcha organizada por los estudiantes para el 12 de febrero.

Recorrieron desde la Plaza Venezuela hasta la Plaza Carabobo. Lugar de destino, en el cual tenían el propósito de entregar un documento a la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz. Funcionaria que nunca apareció.

Vale la pena mencionar, que el apoyo que presuntamente prestarían los organismos policiales se dio a medias. En ninguna parte del recorrido, la fuerza pública detuvo a los vehículos para que pasaran los manifestantes. A pesar de ello, conductores y manifestantes se condujeron con paciencia. La marcha se abrió paso y los conductores tuvieron en general la paciencia necesaria.

Las horas de los sucesos

Los últimos manifestantes llegaron a Plaza Carabobo entre las 2 y las 2 y media de la tarde. A esa hora, las 2 y media o un poco después, a tres cuadras y media (esquina de Candilito) de donde se encontraban los estudiantes esperando que la fiscal Ortega Díaz los recibiera, se sucedió un confuso enfrentamiento entre colectivos y efectivos de la policía. Según los vecinos, de la Policía Nacional. Según Diosdado Cabello, colectivos Tupamaros. Allí cae herido de muerte el líder tupamaro Juan Montoya.

Media hora después del tiroteo de la esquina de Candilito, en el entorno de las 3 de la tarde, motorizados armados ingresaron a la zona donde se encontraban los estudiantes por las esquinas de Tracabordo a Monroy en dirección a la avenida México. Atacan a tiros a los manifestantes, y cae muerto Bassil Da Costa.

Videos tomados los vecinos, muestran como pasan estos motorizados frente a efectivos policiales que bloqueaban la calle.  Posteriormente, se mostrarían también fotos y videos, de funcionarios, presuntamente del Sebim, disparando hacia los estudiantes.

De ahí en adelante, el caos se apoderó del sector de la Candelaria, y las protestas se trasladaron hacia el este de la ciudad y al resto del país.

¿Cuáles son los problemas?

Para el gobierno, en la contradicción de sus declaraciones, sostiene que está en marcha un intento de golpe, y que los disturbios son las reminiscencias de intentos anteriores.

Con esa justificación, el gobierno apela a operativos de represión, utilizando la fuerza de militares, grupos comandos con armamento de alta potencia, gases prohibidos por los convenios internacionales, y ejecuta tratamientos inhumanos en contra de los estudiantes detenidos.

Adicionalmente, el gobierno apeló al terrorismo judicial y ordenó la captura de Leopoldo López. Un dirigente opositor a quien el régimen le tiene tanto miedo, por su popularidad, que le ha inhabilitado administrativamente para que no pueda ser candidato.

El argumento de los estudiantes es otro. Reclaman seguridad y la libertad de sus compañeros detenidos en las protestas.

Los colectivos

A la base de la tragedia del 12F se encuentran los colectivos. Grupos armados a la sombra del régimen que imponen su propia ley y que han terminado siendo un Estado dentro del Estado.

Estos grupos poseen armamento de guerra. Se desplazan por la ciudad en motos sin placas. Son escoltas de altos funcionarios, lo que les da una chapa policial. Y se les asocia presuntamente a una gran variedad de hechos delictivos.

Todas estas características otorgan a los colectivos “fueros” que usan a plenitud. No hay autoridad que los detenga.

Un ambiente explosivo

Sin embargo,  es explosivo el ambiente del país en el cual se desarrollan las protestas. Todo el mundo tiene algo porque protestar.

La escasez va en aumento. Los principales productos de la cesta básica, no se consiguen. Los precios de los alimentos, aumentaron un 70% en el último año, y los economistas proyectan un aumento mayor para el 2014.

En tanto, los aumentos salarios no compensan los decimales de los nuevos precios.

En lo que respecta  a la seguridad, en el 2013 fueron asesinados no menos de 24 mil personas.

El sector externo de la economía va en picada. No hay dólares para enfrentar las importaciones, que en cualquier producto, superan más de la mitad del consumo nacional.

La producción de cualquier producto va en caída. No hay ambiente para las inversiones. Los empresarios venezolanos, perseguidos por el gobierno, se ven obligados a irse a otros países a montar sus negocios. Y los extranjeros, cuando vienen a invertir, dan por perdida su inversión y se van al poco tiempo. Tal fue el caso de los vietnamitas con sus inversiones en la Faja Petrolera del Orinoco.

Adicionalmente, los espacios radiales y televisivos, y ahora la prensa escrita, es silenciada por el régimen. Para ello, se emplean las amenazas clásicas, la no entrega de divisas, las prohibiciones y restricciones, que si no son la censura abierta, terminan impulsando la autocensura. Lo que empieza a llegar a los medios y redes sociales.

¿Son los estudiantes el problema?

Estamos frente a una crisis política que en estos momentos se agrava. El gobierno está parado frente a su propia incompetencia. No soluciona ninguno de los problemas. Todo se va en retórica. Y la gente no come con eso, que al final, son simplemente palabras.

Por ello, a esta altura de los conflictos en Venezuela, las protestas estudiantiles son la mecha que enciende un conflicto mayor. El régimen no lo reconoce o no lo quiere reconocer. El riesgo será mayor para los gobernantes.

Fuente: redacción

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