Luis Bravo: Todo Normal

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por Luis Bravo Jáuregui

Todo normal. La Educación Universitaria en Venezuela anegada de precariedad. El Gobierno educativo, se empeña en no hacer su trabajo. Más bien se esmera por insistir en todo lo que haga daño a las instituciones que medianamente intentan ser Universidad. Tres componentes tiene hoy esa saña politiquera con que se trata a la Universidad Nacional. La reconducción real del presupuesto universitario que supone su disminución también real. La ofensiva judicial y de los actores gubernamentales en el seno de las instituciones, contra los mecanismos de elección de autoridades universitarias. Y en estos días, la fea decisión del Tribunal Supremo de Justicia, que modifica de hecho y derecho los mecanismos de ingreso de profesores a la universidad y de paso se paralizan los concursos para unos docentes universitarios que luchan para no caer en el cielo ideal de la piratería que se impone desde el ejecutivo.

Cosa parecida puede decirse de la educación más básica, donde el Gobierno intenta ahogar la función educativa de las regiones donde la gente eligió autoridades que no son afectas al estatus quo que domina la política nacional.

Es que transcurren tiempos en que las señales del acontecer educativo, las que resaltamos y otras que se coleccionan en la Memoria Educativa Venezolana, se producen al son de una absurda escatología político religiosa. Estamos en un clima histórico dominado por la explotación de la religiosidad y la simbología de lo sobrenatural. Donde brilla, ahora, el nervio oficialista que produce el retorno al país de los restos mortales del polémico expresidente Pérez. El volvio, volvió acción democratista descompone el discurso presidencial, según el cual no hay espacio en el imaginario del país para quienes piensan que este gobierno es realmente peor que los anteriores. Las frases presidenciales: que los muertos entierren a sus muertos, y las exequias de CAP son un show jurásico, chocan con las más elementales normas de compasión por la enfermedad y la muerte que son tan tradicionales en la vida política nacional. Sobre todo cuando todos sospechamos que el Presidente reclama para si comprensión respecto a la terrible enfermedad que padece y que amenaza sus posibilidades de triunfo en los torneos electorales que se avecinan.

Todo lo cual se deriva de la imagen que muestra el proyecto educativo hegemónico en el contenido de los registros que pueden leerse, críticamente por supuesto, esta semana.

 

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