por Luis Bravo Jáuregui
¿Por fin, qué es lo que tiene el Presidente Chávez? Demasiadas oraciones, mucho bilongo y el país sin conocer un parte médico medianamente razonable. La incertidumbre que produce la información sobre la salud de la Presidencia de la República tiene a la sociedad toda desconcertada. El Gobierno tiende al despelote y en su seno se soltaron todos los demonios propios de una gestión sustantivamente autoritaria y continuista. Lo que era antes ineficiencia sectaria es ahora, además, descontrol generalizado.
PSUV realizará este miércoles cadena de oración por la salud del presidente Chávez.
Agencia Bolivariana de Noticias, http://www.avn.info.ve/21-09-11
Misa en Nueva York por la salud de Chávez. TERRA.COM
Chávez irrumpió en una misa de Nueva York: «Aló, are you hearing me?» INFOBAE.COM AMËRICA
Celebran bilongo religioso en Cuba por la sanación del presidente Chávez
Con danzas, rituales, cánticos, golpes de tambor y oraciones se desarrolló la ceremonia religiosa por la recuperación del mandatario
AVN-El Nacional.com 23-09-11
Iraníes elevan una oración por la sanación de Chávez. AVN 24-09-11
Comenzó el año escolar, en la Educación Básica y en muchas universidades. Dos tipos distintos de institucionalidad educativa, pero inmersos en el mismo clima de precariedad física y espiritual. Dos pedagogías perturbadas por la misma pretensión de convertir la educación formal en un inmenso aparato de agitación y propaganda. Pretensión que está de espaldas a los requerimientos más urgentes de la ciudadanía y del ambiento espiritual y físico que reclaman los ideales cívicos y educativos más nobles que el venezolano se ha planteado en su historia.
Luce más claro el factor Gobierno Educativo en la educación básica. Su problema es ganar las elecciones para que el Presidente siga siendo la fuente de todo el poder. Para eso están el Plan Canaima (canaimitas para todo el mundo), el reparto de los 12 millones de libros, la firma del contrato docente como una generosa dadiva de este Gobierno, la fiesta de apertura del año escolar y otras buenas intenciones muy publicitadas, dirigidas a estimular el gozo ilusiorio de las masas electoras. Claro está, las cosas han cambiado, ya no estamos en los tiempos en que a punta de gesticulación misionera se pudo revertir una matriz favorable al cambio político, como fue el caso de los años 2002 y 2003. Estamos a 12 meses del proceso electoral más incómodo que ha enfrentado la clase política hegemónica. En buena medida porque su timonel no es el que era y parece haber perdido la veleta. Además, están las inocultables evidencias que muestran el fracaso de lo intentado de prisa y sin conexión alguna con esfuerzos anteriores: 1- una gota de amor para mi escuela, 2- el Plan excepcional de culminación y continuación de obras educativas y 3- el REGISTRO ÚNICO NACIONAL ESCOLAR DIAGNOSTICARÁ CONDICIONES DE LAS ESCUELAS DEL PAÍS. Ojo, que no se objeta las intenciones de lo que hace el Gobierno Central para mejorar la infraestructura física de la escuela venezolana, se reprocha la inclinación a sustituir la realidad por anuncios y promesas de felicidad suprema.
La educación universitaria camina a pasos gigantescos a convertirse en la guinda del pastel educativo en que ha devenido la vida pedagógica del país. Desde el 2003 se convirtió en la prioridad absoluta del gobierno educativo, al lado de las misiones de corte pedagógico. Donde más se gastó y los objetivos resultaron más rocambolescos: universalizar una educación universitaria de religión política (el chavismo y el culto a la personalidad) por intermedio de un circuito académico precario y descontrolado. Pese a que la Constitución del 99 exigía la escolarización universal desde el maternal (o a 2 años de edad) hasta la media, sin que se dieran pasos firmes para hacer verdad el imperativo constitucional, se posicionó desde el verbo presidencial la idea de todos deberían asistir a la universidad roja rojita. Como resultado de tan descabellada pretensión, tenemos hoy un sistema universitario agotado en su crecimiento y desteñido académicamente. Con heridas profundas en el costado de la institucionalidad, esa que tanto costó construir desde que los venezolanos decidimos asumir el patrón occidental de educación laica y de calidad para todos.