La economía de Brasil se contrae un 3,6% en 2016

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Brasil sigue encallado en la peor recesión que se haya visto en décadas. Su ya de por sí mermada economía se ha vuelto a contraer por tercer año consecutivo, según los índices del Producto Interior Bruto (PIB) que el Instituto de Geografía y Estadística publicó el martes. La primera potencia latinoamericana cayó un 3,6% en 2016, un retroceso similar al de 2015, cuando bajó un 3,8%.

La caída ha sido generalizada, como lo temían los analistas, que leen los datos como un agobiante relato de causa y efecto: el sector agropecuario se ha reducido un 6,6%, la industria un 3,8% y el de los servicios un 2,7%. Esto mientras las familias brasileñas, las principales víctimas de estos datos y del paro que todavía asola a 12 millones de personas, intentan gastar cada vez menos. El consumo ha vuelto a bajar, como lleva haciéndolo los últimos ocho trimestres, un 4,2% esta vez, aún más que el 3,9% que ya había bajado entre 2014 y 2015. Con la demanda en vacas flacas, la oferta se ha desplomado, según el índice empleado para medir las inversiones: es un 10,2% menor que el año anterior.

Aun así, sumando todos los bienes y servicios facturados en el país, la economía brasileña sigue siendo un gigante de unos 6,26 billones de reales (dos mil billones de dólares). Un titán que intenta salir del fango con dos pesos en las piernas: una tasa de inversión más baja que el año pasado (del 16,4%) en una y unas exportaciones que crecieron solo un 1,9% en la otra.

«La caída es la mayor desde 1948», ha admitido en una rueda de prensa una representante del instituto que ha divulgado las cifras. Sí que ha habido años con retracciones mayores, pero sumar un 7,2% en dos años es algo prácticamente inédito. El instituto da seguimiento a la economía brasileña desde 1947.

Así y todo, hay motivos para la esperanza. Por ejemplo, en el cuarto trimestre todas las cifras son mejores: el sector agropecuario sube un 1% con respecto al último trimestre de 2015 y las caídas de la industria y los servicios se suavizan, a un 0,7 y un 0,8% respectivamente. Otros indicadores: la inflación está por debajo de lo esperado, el Banco Central ha reducido los tipos de interés, con lo cual las inversiones en Brasil son más atractivas que antes. El precio de las materias primas ha aumentado.

Varios economistas se han aferrado a estos datos para argumentar que la mejora es tangible y que, este trimestre, la economía dará positivo. El Banco Central estima que Brasil crecerá, de hecho, un 0,49% en 2017, en una encuesta hecha a más de cien instituciones financieras que también fue divulgada esta semana.

Mientras, en el mundo real, los brasileños esperan a que nada de esto tenga algo que ver con sus vidas, donde el mercado de trabajo está aún peor que en 2015 y que en 2017, donde el gobierno ha vuelto a subir los impuestos para salvar las cuentas públicas y el fin de la crisis es solo esa cosa que se les promete a veces en cuando y luego se les retrasa siempre.

Fuente: El País de Madrid.

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