Hoy recibimos la infausta noticia de la desaparición física del amigo Wolfgang Cardozo. Repentino y sin aviso, Wolfgang se despegó de la vida.
Pionero de los movimientos de consumidores en Venezuela, Wolfgang transitó el camino de las luchas de los derechos de la gente que no tenía como reclamar por sus derechos. Asumía con gran desinterés personal los problemas de la gente. Nunca defraudó la confianza que depositaban en él.
Bondadoso, cariñoso, buen amigo, Wolfgang dejó con su bonomía una legión de amigos que hoy lloran su viaje hacia lo eterno. No dudamos que desde donde esté, seguirá luchando por todos, como lo hizo cada día que compartió con nosotros.
Hacemos llegar a su esposa Milagros Santander y sus hijos, nuestro más hondo pesar y solidaridad en estos dolorosos momentos.
Caracas, 23 de agosto de 2010
Señor! hoy te llevas a mi amigo Wolfang Cardozo y nunca le pude agradecer por lo tanto que hizo en pro de nuestras familias y nuestros hogares… Te doy gracias por haberme permitido conocerle!
Un Gran Hombre, un amigo incondicional, un excelente Padre, buen esposo, excelente ciudadano, ejemplar y de conducta intachable en los 12 años que le pude conocer en vida.
Protagonista de una aventura que en principio nos dio muchas y largas noches de insomnio. Aventura porque nadie confiaba en el éxito de nuestra lucha, la cual fue para él, la disputa de los miles de deudores hipotecarios de créditos indexados que estuvimos a punto de perderlo todo, nuestras viviendas, nuestras familias y hasta nuestras vidas. De hecho, creo que el infarto que le produjo la muerte es daño colateral y costo de este éxito.
Wolfang Cardozo nació el 8 de agosto de 1958 y un violento infarto le quitó la vida la noche del domingo 22 de agosto de 2010. Pero es uno de los pocos seres que jamás podremos, ni debemos olvidar. No solo por la calidad de persona, también por haber creído y crecido en la solución de un problema generado por aquellos poderosos que, aún teniendo todo el dinero del mundo, engañaron y siguen engañando y acabando con la vida de los que solo queremos vivir en paz, con la tranquilidad de tener un hogar propio y en compañía de nuestra familia.
A su esposa Milagros Santander, quien con mucha paciencia dio amor, tranquilidad y fortaleza al «Gladiador», a sus hijos Daniel y Daysi que colmaron de amor a su excelente padre, y a todos sus familiares y amigos, mis más sentidas palabras de condolencia por tan irreparable pérdida…
Wolfang, tu recuerdo y ejemplo siempre llenará de aliento mi espíritu en la batalla!
Paz a tu alma