Venezuela es una “Caja Negra” de la cual los venezolanos conocemos muy poco. Hace más de 21 años, ya en el siglo pasado, nos quejábamos que PDVSA era un caja negra que no rendía cuentas. Hoy, a pesar de las facilidades que brinda internet, y que en el gobierno utiliza con grandielocuentes adjetivos, desconocemos las cifras y, en consecuencia, lo sustantivo pareciera estar oculto en una caja negra. No solo de PDVSA, sino de todo aquello que tiene que ver con dinero y logros.
No vamos a citar el articulado de la Constitución, que nadie respeta, empezando por el régimen. Ello nos llevaría a un interminable toma y dame jurídico, que no nos serviría para visualizar el problema y su solución. Todo lo contrario, se enredaría para beneficio de quienes deben responder por el manejo de la cosa pública.
El tema pertenece a los ciudadanos. Personas de carne y hueso, nacidos y habitantes de Venezuela, que deben conocer “al día” las más variadas variables de la realidad venezolana.
Cuánto se produce de petróleo, a quién se vende, a cuanto se vende, dónde está depositado, cuánto nos deben, son algunas de las cosas que los venezolanos tenemos que conocer, entre otras cosas.
Todos tenemos las sospechosas que esta inmensa caja negra de cifras es cada vez más grande. Y no se pueden esconder sus números invocando su carácter “estratégico” o aludiendo a la «seguridad nacional», Ley contra el odio, o la Ley Resorte. Al venezolano se le debe respeto. Tiene el derecho de revisarlas. Por lo tanto se le deben entregar las cuentas.
Eduardo Martínez, Editor
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