Economía: Entre lo macro y lo micro

Por Eduardo Martínez

Para el estudio de la economía se han desarrollado dos áreas: la macroeconomía y la microeconomía. Sin embargo, muy desafortunadamente, quienes diseñan las políticas económicas de los gobiernos, se inclinan a considerar la macroeconomía, dejando de lado hasta cierto punto la microeconomía.

Para eso introduciremos las definiciones de ambos términos.

La macroeconomía está orientada al desempeño económico: producción, inflación, tasas de interés, tipos de cambio y balanza de pagos. Teniendo como característica que se consideran los valores agregados. Es decir, no una persona, sino todas las personas, así como el conjunto de la sociedad como un todo.

La microeconomía, por su parte, estudia el comportamiento de los consumidores y de las empresas, en su interacción en lo que se denomina el mercado. Teniendo que ver entonces con bienes y servicios, precios, y los agentes económicos. Con lo cual, entran en consideración las personas.

Señalamos en párafo anterior que, desafortunadamente, los diseñadores de políticas económicas públicas prefieren “en general” basarse en lo macro.

Es ya anecdótico la referencia a un presidente venezolano, cuando le fue presentado en tiempos de descontrol de la economía, un set de acciones que debían ser tomadas. Para ello, utilizaron tablas que reunían los principales indicadores económicos, y para su mejor comprensión trazaron gráficos para ilustrar como se podía llevar la economía a un “punto de equilibrio”.

En los gráficos, se consideraban las variables inflación, tasa de cambio, ingresos nacionales, precios del petróleo, entre otros. Todas variables válidas, para registrar la situación de la economía del país, pero no suficientes para valorar la situación de la gente.

La reunión prácticamente llegó a su fin, cuando el presidente señaló que tenía una sola pregunta: ¿en esos gráficos d[onde y cómo queda la gente?. No hubo respuesta. Solo se habían considerado las variables agregadas. En el punto de equilibrio, no había espacio para las personas.

(entre las medidas sugeridas, en momentos de una gran depresión, se debía aumentar las tasas de interés, no se debían aumentar los salarios -también deprimidos, había que liberar los precios de los bienes básicos, etc.)

Aparece el mercado

La microeconomía nos lleva a una palabra clave: el mercado. Esto en su definición más básica, elemental e histórica. El mercado es el lugar donde se encuentran los vendedores y los compradores. El lugar donde ocurre el intercambio. El comprador acepta el producto, lo paga al vendedor, y este lo entrega al comprador.

En una economía libre o libre mercado, no determinado por el Estado, los precios y las cantidades son establecidas de común acuerdo comprador-vendedor. Ambos tienen elección.

Pero eso ocurre en lo que los economistas denominan: un mercado perfecto. Lo que significa que hay muchos vendedores, y la producción de esos productos son suficientes.

Cuando el Estado fija el precio y las cantidades que se pueden comprar, suelen producirse distorsiones que apuntan a la escasez y al mercado “negro”.

Sin embargo, es bueno aclarar que cuando hay escasez de un producto, es aceptado que el Estado regule por vía excepcional la comercialización en cuanto a precios y cantidades a ser adquiridas por un solo comprador temporalmente hasta que se regularice la producción, distribución y oferta.

En el Mundo

Si observamos lo que ocurre en los distintos países, encontramos que se pueden clasificar en dos tipos: países que tienen libre mercado,y paísesque tienen un mercado controlado por el Estado.

En los países de mercado controlado, ha regido desde la segunda década del Siglo XX, lo que se ha llamado economía de “planificación centralizada”. En estos países, un burócrata que no produce nada, decide cuál es el precio y cuáles son los niveles de producción, para lo cual, el Estado asigna un presupuesto.

Sin embargo, en los países no desarrollados, los gobernantes han estado influenciados por las teorías de tener una economía de planificación centralizada.

Es así como, los países más pobres, se han atado a controles estatales que impiden el desarrollo del libre mercado. Lo que es la escasez lo que les encadena a la pobreza por una sucesión de políticas de origen ideológico y ejecución burocrática.

El eslabón pérdido de una economía de bienestar

Hay un eslabón perdido, que no es un secreto, del bienestar económico de los países: la ley de la oferta y la demanda.

En un país donde se establece un libre mercado, rige la oferta de la ley y la demanda. La definición, que se encuentra en los libros, señala que: “La ley de la oferta y la demanda refleja la relación que existe entre la demanda y la cantidad ofrecida de un producto y el precio”.

Esta ley es la conjunción de dos leyes económicas: la de la oferta y la de la demanda.

La ley de oferta es la cantidad de un producto o servicio que se ofrece depende del precio de mercado: “a mayor precio, mayor oferta”.

La ley de demanda, es la cantidad de un producto o servicio que demandan los consumidores depende del precio de mercado: “a mayor precio, menor demanda”.

Cuando en un mercado, el comprador se encuentra con el vendedor, se establece un equilibrio que determinará el equilibrio en cuanto a cantidad y precio de ese producto.

Pero hay otra consecuencia positiva: Se genera competencia. Lo que influye sobre los niveles de precio. A mayor competencia, mejores precios para los compradores.

Advertencia: los enemigos del libre mercado suelen rechazar y desconocer la “ley de oferta y la demanda”. Los reconoceremos porque siempre enarbolan dos términos: especulación y acaparadores, como las palabras claves para rechazar la existencia del libre mercado.

La regulación en un libre mercado

En una sociedad, donde existe el libre mercado, el Estado establece normas regulatorias para evitar y contener los desajustes que impidan que el intercambio sea justo para ambas partes: compradores y vendedores. Es decir, exista un equilibrio. Sobre todo cuando existen “monopolios” o conductas monopólicas, o no existan condiciones que garanticen las condiciones de libre mercado.

La regulación, no es control.

El factor sicológico

Quienes hemos estudiado la ley de la oferta y la demanda, encontramos que se puede decir que detrás de la enunciación de esta ley operan factores sicológicos de las personas. Pero, con la particularidad que se utilizan dichos factores en beneficio de ambas partes, y como consecuencia de toda la sociedad.

¿A quién no le gusta ganar dinero? La respuesta es unánime: a todas las personas. Lo que hace la ley es buscar un equilibrio entre el dinero que gana quién vende, con la disponibilidad de dinero de quién compra. Y el Estado, debe garantizar a través de la regulación las condiciones que permitan el equilibrio entre ambas partes.

Nota final: cuando los diseñadores de políticas económicas no se limitan a considerar “solamente” los valores macroeconómicos (agregados), sino que incorporan también a las personas, se dan las condiciones para una verdadera generación y distribución de la riqueza de un país. Algo que los gobernantes pregonan, y solo el libre mercado permite.

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@ermartinezd

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