
Es una costumbre de todos los días el bloqueo de las principales autopistas y calles en la ciudad de Caracas. No son solo manifestaciones y protestas las que impiden el libre tránsito de vehículos y personas. Ahora se ha vuelto rutinario el que cualquier persona, que es escoltada por algún motorizado, tranque los ingresos a las autopistas o simplemente bloquee varios canales para que su “jefe” pueda avanzar más rápido.
Sin embargo, existen otras modalidades que se suman a estos bloqueos de nuestras principales arterias viales. El pasado miércoles 30 de marzo, a las 4 y 30 pm, una contratista procedió a paralizar la rampa de acceso a Santa Cecilia desde la autopista Fajardo en dirección al este. Sin contar con la señalización adecuada, ni la asistencia de la Policía de Circulación, simplemente apareció un motorizado con unos conos anaranjados fosforescentes, los colocó en medio de la vía, bloqueándose por más 45 minutos el ingreso a la rampa. Una rampa, que por cierto, conduce a la Clínica de Santa Cecilia. La congestión fue de pronóstico. Todo para que un contratista trabajara sobre la junta de la rampa, que había sido raspada por un operativo de reasfaltado.

La aparición casual de un policía motorizado de circulación, devolvió el flujo de vehículos, por cuanto los trabajadores podían realizar su tarea en un canal, mientras el tránsito proseguía por el otro.
Obviamente, cualquiera es dueño de las calles en una ciudad congestionada como es Caracas. Solo hace falta tener “chapa”, y una moto.
Fuente: Redacción