Cayendo en el juego del régimen

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Por Eduardo Martínez

De una manera u otra, quienes no estamos de acuerdo con el régimen, caemos en su juego. Es lo que viene ocurriendo desde 1999. Por el contrario, las pocas veces que la oposición ha tenido una estrategia, que se ha traducido en un juego propio, ha salido victoriosa.

Si observamos con una lupa lo acontecido en los últimos años, encontraremos que la unidad de las fuerzas de oposición ha sido el punto de partida para que la oposición haya tenido éxito. Lo que ocurrió en dos elecciones (2007 y 2015); y en la decisión parlamentaria de declarar una presidencia interina (2019). Igualmente, cuando la Unidad ha precedido en la elección de gobiernos regionales y locales. Siendo la más reciente la repetición de elecciones para elegir gobernador en Barinas.

El resto de episodios en más de dos décadas, han estado signados por desunión, errores y malas decisiones.

Viendo por el espejo retrovisor hacia el pasado, nos encontramos con la actitud muchas veces simultáneas entre los dirigentes de la vieja escuela, y los aprendices de brujos sin experiencias.

Lo que ha debido ser una relación de sumar, las destrezas de unos con otros para salir adelante, logró volverse como una rémora para las esperanzas de cambio de los venezolanos. Lo que se ha materializado en zancadillas, exclusiones y negociados con el régimen en la oscuridad y penumbra existentes debajo de las mesas, fuera de la tierra patria y en una diversidad de hoteles, lugares sombríos, y hasta en los predios de la “banca suiza”: el hipódromo de la Rinconada.

Esto nos ha llevado, a que cuando se anuncia un acuerdo de la oposición con el régimen, a los venezolanos se le encoja el estómago, ya bastante reducido por la crisis económica que se ha profundizado desde el 2013.

Cuando la oposición se ha salido de los esquemas de una negociación, ha echado pa´lante.

Por eso no se debe entrar en el juego del régimen. Un juego que no tiene límites ni reglas que el régimen respete.

Hay que dedicar unas palabras a los episodios de éxitos: en más de una ocasión la oposición ha puesto al régimen contra la pared. Y por circunstacias que desconocemos, o no atinamos a ver, nada más pasó.

Tal vez para explicar lo sucedido, debamos ilustrarlo en términos taurinos.

La oposición ha logrado torear al régimen. Lo ha mareado con las vueltas por el ruedo. Lo ha agotado con la piqueta y los banderillazos. El toro no logra descifrar el arte del torero. Pero al final, cuando el toro ha estado a punto, y solo se espera la arremetida final, el torero no ha dado esa estocada final. No ha logrado alzarse ni con la pata, las orejas o el rabo. Simplemente, teniendo a la vista el toro cansado en el ruedo, el torero ha salido corriendo para aprovechar que el toro está desorientado, y salvarse de una hipotética cornada.

Frente al régimen, la oposición debe tener una estrategia propia, y no caer en los juegos de este régimen.

editor@eastwebside.com

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