Por Carlos Alaimo
Este 8 de noviembre, se conmemora el Día del Gaitero en Venezuela, una fecha que adquiere especial relevancia al recordar la figura emblemática de Ricardo Aguirre, “El Monumental» de la música zuliana.
Su legado, más allá de la innegable maestría musical, se erige como estandarte de una expresión cultural que ha trascendido las fronteras para convertirse en voz de protesta y reivindicación popular. Ahora, con millones de venezolanos en el exilio, sus cantos y su combativo mensaje suena lejos de la tierra donde nació.
Aguirre no fue simplemente un destacado intérprete y compositor; fue un soñador, un poeta y un cantor que consagró su arte al servicio de las necesidades, anhelos y sueños de su pueblo. Su terruño siempre sufrido por un centralismo devorador al que se le enfrentó desde un verbo musical rico y monolítico.
Sus versos, cargados de rebeldía y denuncia, reflejaban las angustias y las frustraciones de una región marginada por la corrupción que ha asfixiado históricamente al estado Zulia y hoy sigue castigando..
Composiciones como «Maracaibo marginada» y «La Grey Zuliana» se erigieron en himnos identitarios que siguen resonando con vigor entre los zulianos y los venezolanos.
Paradójicamente, a pesar de su reconocimiento como maestro, Aguirre sufrió la persecución y el hostigamiento político por mantener una postura contestataria.
Su militancia en el partido Copei lo convirtió en blanco de gobiernos, muy específicamente el de Raúl Leoni con Acción Democrática, que buscaron acallar su voz disidente. Incluso le ofrecieron renunciar a su partido y escribir una gaita para AD, propuesta que rechazó categóricamente: «Él ya había sido adeco y se decepcionó de ellos», recordaría su esposa Teresita en entrevistas ya pasadas.
Esta actitud de Aguirre, de preservar su independencia y su compromiso con el pueblo, es un reflejo del carácter indomable de la gaita zuliana.
Lejos de dejarse someter a los intereses políticos, esta expresión musical se ha erigido como un estandarte de resistencia cultural que se niega a ser domesticada.
Hemos visto cómo los gobernantes se resienten cuando hay canto protesta de verdad y entonces intentan cooptar y neutralizar el potencial reivindicativo de la gaita, ofreciendo dádivas y prebendas a cambio de su silencio. Lo han logrado, y no pocas veces.
Pero resulta que el legado primigenio es más poderoso. Los zulianos siempre respondemos ante las injusticias.
La esencia rebelde y contestataria de este género se resiste a ser apagada.
Ricardo Aguirre adquiere una renovada vigencia en un contexto en el que la cultura popular sigue siendo objeto de manipulación y control por parte de élites de poder y de la extrema sensibilidad del Miraflores alérgico y fácil para ordenar cárcel y persecución.
Su ejemplo nos recuerda que la grandeza de la gaita radica en su capacidad de ser voz de protesta, de reivindicar la identidad y la dignidad de un pueblo que se niega a ser silenciado.
Aguirre, con su potente y distintiva voz, un timbre inigualable por cierto, casi de crooner en el suave inicio de la Grey Zuliana, supo encarnar ese espíritu de lucha.
En este Día del Gaitero, honramos su memoria, a 55 años de su lamentable partida física con apenas 30 años, como un símbolo imperecedero de la cultura zuliana.
Su historia nos inspira a defender la autonomía y el desarrollo de nuestra región, a través del canto rebelde y la denuncia de las injusticias que la aquejan. Porque la gaita no es sólo música, sino también convicción y compromiso con la transformación de nuestra sociedad.
Que la voz de Aguirre siga guiando musicalmente en medio de la adversidad por un Zulia más justo y próspero.
* Medico y empresario. Editado por los Papeles del CREM. Responsable de la edición: Raúl Ochoa Cuenca.
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