De acuerdo con datos de este jueves (25.05.2023), la economía germana se contrajo ligeramente en el primer trimestre de 2023, comparado con los tres meses anteriores, entrando en una recesión técnica.
En marzo, la producción industrial alemana cayó más de lo esperado, afectada sobre todo por el bajo desempeño del sector automotriz clave.
«El invierno cálido, un repunte de la actividad industrial, impulsado por la reapertura china y un relajamiento de la presión de las cadenas de suministro no fueron suficientes para sacar a la economía de la zona de peligro de la recesión«, escribió Carsten Brzeski, economista del banco ING, en una comunicación a sus clientes.
¿Qué mostraron los datos?
El Producto Interno Bruto (PIB) alemán cayó un 0,3 por ciento en el primer trimestre tras el ajuste de los precios y efectos estacionales, según datos de la Oficina Federal de Estadística Destatis. «La economía alemana ha registrado dos trimestres de crecimiento negativo consecutivos», señaló la presidente de Destatis, Ruth Brand.
En el último trimestre de 2022, los números arrojaron una contracción del 0,5 por ciento. Por lo general, una recesión se define como dos trimestres consecutivos de contracción.
De acuerdo con la oficina, el impacto de la inflación sobre la economía se reflejó en el consumo por hogar, que cayó un 1,2 por ciento de un trimestre al otro tras los ajustes estacionales y de precio. Si bien la tendencia al alza de los precios se ha relajado, la tasa anual de inflación del 7,2 por ciento, registrada en abril, sigue siendo relativamente alta.
Los hogares privados gastaron menos en comida, bebidas, ropa, zapatos y muebles que en el trimestre previo. Asimismo, compraron menos automóviles nuevos, lo cual posiblemente tenga que ver con el hecho de que el gobierno pusiera fin a los respectivos subsidios a finales de 2022.
Las inversiones, que crecieron en los tres primeros meses del año, después de una débil segunda mitad de 2022, fueron un rayo de esperanza.
Alemania, afectada por guerra en Ucrania
Como consecuencia de su fuerte dependencia de las importaciones de gas de Rusia, Alemania se vio especialmente afectada tras la invasión rusa en Ucrania, en febrero de 2022. Sin embargo, gracias a un invierno inusualmente cálido, se pudieron evitar los escenarios más sombríos, como la escasez de gas.
Alemania vivió su última recesión a comienzos de 2020, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a los gobiernos a cerrar sectores completos de la economía.
Las cifras más recientes del PIB son las últimas de una serie de datos que subrayan los problemas económicos germanos. El sector manufacturero, de crucial importancia para el país, sufre las consecuencias de la baja demanda.
Además, un indicador del clima de negocios, publicado por el instituto Ifo, cayó más de lo esperado en mayo, marcando el primer descenso tras seis aumentos consecutivos. Asimismo, los pronósticos de exportación de Ifo cayeron a su nivel más bajo desde noviembre de 2022.
¿Qué significa la recesión alemana para la eurozona?
La contracción económica y las perspectivas sombrías para la mayor economía de Europa son una mala noticia para toda la eurozona, y podrían llevar a una revisión a la baja del PIB de la unión monetaria en su primer trimestre.
Expertos calculan que el PIB de la eurozona se revisará a la baja, de un 0,1 por ciento a un 0,0 por ciento, evitando apenas una recesión técnica.
También la eurozona se ha visto afectada por la alta inflación y la subida de las tasas de interés. El sector manufacturero lucha por mantenerse a flote, pese a la fuerte caída de la demanda. No obstante, el sector de servicios sigue creciendo, puesto que las familias prefieren gastar su dinero en viajes y actividades de ocio que en productos de consumo.
Fuente: DW con información de dpa, AFP, Reuters