Por Alberto Borregales
El escenario socio-político se torna cada vez más funesto, dislocado, las formas no tienen contenido, los rostros se ocultan, ya nadie quiere dejarse ver. La sumisión, lo que queda de «lealtad», desaparece. La noción edípica de una razón de Estado en crisis, llega a su patología más degradante, el gendarme ha consumado el acto más sádico-perverso de violentar a la Madre Patria, al tergiversar el funesto «deseo» de acostarse con ella y convertir la acción, en un inescrupuloso hecho incestuoso. Las virtudes políticas cesaron, para dar paso al lúgubre espacio de un Edipo Rey sin ojos, sin razón, usurpador, sin pudor, cuya patología deteriora el entorno social.
Lo del Catatumbo, recién, es una de esas formas desplegadas en los márgenes territoriales donde los acuerdos fecundan en hechos amorfos, sin contenido y de acción desmesurada de los habitantes del Cuerpo de una naturaleza-tierra que se ven obligados a huir o a ser asesinados por hordas delincuenciales cuyo objetivo es masacrar, para defender una máquina de guerra que está arrinconada en el «Poder». Se presentan afecciones terribles, en el Magdalena Medio. La población escapa despavorida.
Algo parecido ocurre con los soldados de Corea del Norte en su alianza reductiva Difusa asimétrica, con la Máquina de Guerra rusa y su confrontación con la activa en alianzas afirmativas del ejército que dirige, versatilmente, Zelenski.
Las Máquinas Deseantes, descritas en el primer capítulo de El Antiedipo, se ven fervientemente condenadas, cuando una falsa conciencia sin estrategias maquínicas positivas, trata infructuosamente de salvarse, ante su inminente destrucción, en una confrontación estéril con su vecino en «sociedad». El gendarme de Colombia, deberá explicar muchas cosas.
Hay tres tipos de Máquina Social:
1.- La máquina salvaje que está fundada sobre la tierra, sobre el cuerpo de la tierra. Es territorial. Sobre el cuerpo de la tierra inscribe sus insignias, que son la de la alianza y la filiación. Lo decisivo son las relaciones de parentesco, lo que no quiere decir que lo económico sea marginal, pero todas estas son alteradas y destruidas, por una máquina de guerra reductiva, asesina y tóxica.
2.- La máquina bárbara coincide con lo que Marx denominó el modo de producción asiático. Aparece el Estado, ya completo y en su forma general que fundamentalmente no cambiará, como lo es el socialismo chino y ruso, vieja herencia que se prolonga por milenios
3.- La máquina abstracta. Está recubre los viejos territorios fundados sobre el cuerpo de la tierra. Está máquina organiza un sistema de producción que unifica el sistema territorial (USA-Canadá-Puerto Rico), decodifica sus antiguos códigos y los re-codifica en el lenguaje estatal. Es decir, el capitalismo no puede proporcionar un único código que abarque el campo social, como lo trata, pésimamente, de llevar a cabo este Estado fallido y represivo actual.
Un código que está deslegitimado y no aplica a este nuevo Siglo XXI, ya que sus actuantes no poseen horizonte de conocimiento y en consecuencia, fallecen simbólicamente; al contrario, el capitalismo avanzado y ahora con el actual presidente elegido en EEUU, este post-capitalismo es descodificador. Pero en lugar de un código instaura una axiomática Abstracta de cantidades monetarias. La axiomática se caracteriza por sus axiomas de base. La axiomática capitalista se distingue porque puede agregar siempre nuevos axiomas. Una de las tantas es hacer la deuda infinita.
En consecuencia, el capitalismo decodifica los viejos códigos (FARC/ELN/NARCO/AMLO, Petro, Ortega, Cuba, Canadá, Panamá, Lula, Brics, OMS, UNRWA) y los territorializa a su favor, dentro de su poderosa axiomática. Actualmente inscribe un poderoso resultado de axiomas, puestos en relieve práctico, en la recién elección presidencial en EEUU.
De esta forma, el neurótico se queda con los códigos establecidos, los egos esquizoides cambian el tono de voz y le dan la bienvenida bajo un manto de incertidumbre de carencias y demandas «afectivas», el arbóreo bélico queda instalado en los viejos territorios, en los residuos que han quedado del salto de la máquina despótica (qué hacemos/qué viene ahora/para dónde nos vamos, cómo escondemos esto) a la máquina del Capital.
El perverso explota y crea territorios fantasmáticos en delirium tremens que se caracteriza por agitación, temblores, alucinaciones y confusión; el esquizo escucha voces, no confía en nadie, se hace paranoico, observa para todos lados, el significado se le hace trizas, tartamudea, oculta su apariencia, vocifera, ofende, se irrespeta, alza la voz, se convierte en un cuerpo histérico, crea escenarios fatídicos, miente y goza con la mentira, mezcla los códigos, no los conoce. La esquizofrenia es la producción deseante como límite de la producción social, es decir, qué hago con todo lo que me he robado ?
Este seudo «revolucionario» desconoce a Edipo, no reconoce padre, ni Dios. Se convierte en huérfano.
Qué hace el Capitalismo? Inscribe el deseo en la producción y transforma la producción en deseante. El mismo Che Guevara y los demás en sentido decreciente, usan Rolex, buen whiskey, llegan hasta el culo de alcohol fino a las «tomas de posesiones» usurpadas y demás cuentos marginales.
Todas las máquinas despóticas «desean» fluir como fluye la máquina abstracta.
La maquina abstracta
La máquina abstracta es un operador que organiza y conecta flujos de deseo, energía, información, intensidad, partículas continuas de sensación que aparecen y desaparecen infinitamente a nivel corporal en las máquinas Deseantes. No es una entidad concreta sino una dimensión de la realidad que organiza y conecta. La máquina abstracta no tiene sustancia ni esencia, sino que es pura función y operación.
Esta función tiene tres características:
1.- Organizar y conectar los flujos de deseo, energía, intensidad, sensación . 2.- Generar nuevas formas y estructuras.
3.- Transformar y reconfigurar las relaciones existentes.
Por ejemplo:
- El capitalismo como una máquina abstracta que organiza y conecta flujos, chorreos y torrentes de energía, dinero, bienestar, trabajo, disfrute, ideas, Arte, conocimiento, placer, goce.
- La Lengua como una máquina abstracta que organiza y conecta flujos de significado, competencia lectora, sonido, escritura, aunados en la Voluntad de Vivir afirmativamente.
El Deseo no es carencia, es Voluntad de Poder
El deseo es lo que define a las personas, ya que algunas siguen sus propios deseos y otras las de los demás.
Nietzsche
El Deseo es productivo, la producción es deseante. No la producción como productividad inducida por la sociedad de mercado, sino la producción como generación constante de lo nuevo. Es preciso, entonces, liberar la potencialidad del Deseo y la diferencia.
El Progress tiene una «idea» tergiversada del Deseo, ya que la interpreta como carencia, no como una idea inscrita en el pensamiento para romper con el mundo binario, sino para generar diferencia en la falta (Edipo), en la demanda de afectividad.
En este sentido, la diferencia no es la que se puede encontrar entre dos conceptos idénticos sino la que obliga al pensamiento a introducir diferencia en sus identidades, particularidad de sus representaciones generales, precisión en sus conceptos(Ver: Vicente Descombes.
Lo mismo y lo otro. 45 años de filosofía francesa. Edt. Cátedra. 1982:202)
En conclusión, cualquier intencionalidad de una máquina despótica en incidir socavar el devenir de flujos activos de una máquina abstracta, tendrá el sortilegio negativo de aquello que Nietzsche llamaba El espíritu de la pesadez.
* Filosofo, escritor y ensayista, disciplinas que combina con la musica: es percusionista. Editado por los Papeles del CREM a cargo de Raúl Ochoa Cuenca.
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