por Isabel Idárraga
Armando está contento. Está muy cerca de alcanzar un objetivo importante en su trayectoria profesional. Desde hace varios años ha estado buscando un grupo económico sólido que apoye su idea de un negocio gastronómico en las islas del caribe y, finalmente, lo ha conseguido. Piensa que este es un buen momento para hacer un balance de su situación financiera y así tener plena certeza del capital con el que cuenta para seguir adelante con su carrera profesional y sus propósitos personales.
Constantemente, las personas sueñan, desean y hacen planes y, en la medida en que alcanzan los objetivos se imponen otros. Un adolescente quiere ser artista y recorrer el mundo. A los cuarenta comercializa obras de arte y es el sostén de un hogar con dos hijos. A los sesenta se prepara para su retiro junto a su esposa, sin abandonar su galería de arte, mientras sus hijos empiezan sus carreras profesionales.
En cada una de las etapas de la vida, es fundamental conocer nuestra situación financiera, los recursos con los que contamos para hacer realidad nuestros sueños. Si queremos invertir en un negocio, debemos contar con un capital, producto de nuestros ahorros. Si el proyecto es hacer un una especialización en el exterior, además del dinero, probablemente necesitamos dominar otro idioma y cumplir con ciertos requisitos. Si el objetivo es tener un hijo, hay que prepararse para su manutención.
Los expertos financieros recomiendan a las personas que tengan una noción plena de su situación financiera personal. Esto va más allá de conocer el saldo de ahorros y deudas. Es estar al tanto del valor de mercado de los activos como vivienda, terrenos, inversiones. Es comprender la cobertura de las pólizas, tanto de salud, incapacidad y vida como de vehículo. Es identificar los valores de tu plan de retiro. Es tener idea de tu capacidad de endeudamiento. En fin, es saber cuánto vales en términos monetarios.
El reconocimiento de tu situación financiera es imprescindible a la hora de preparar una agenda en función de tus metas. Es la única forma de saber si tu nivel de ahorro es suficiente o el de gastos es el adecuado. Mientras más sepas de tu situación financiera, más oportunidades tendrás de aplicar correctivos para adecuarte al logro de tus objetivos. SI la deuda de tu empresa representa un alto porcentaje de los ingresos, probablemente no es el mejor momento para hacer una nueva inversión.
Armando se siente satisfecho por la forma en que ha usado el dinero, producto de su actividad profesional. Ha invertido en su educación y entrenamiento lo que le ha permitido tomar mejores decisiones. Ha sido recursivo con los gastos, disciplinado con los ahorros y tiene un excelente historial crediticio que le ha permitido acceder a financiamiento en cada nuevo emprendimiento. Con el paso de los años reconoce que el conocer su situación financiera le ha permitido aprovechar buenas oportunidades.
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