Venezuela 2025: El barco hace aguas

Por Eduardo Martínez

El problema venezolano no radica en que quienes gobiernan se mantengan o no en el poder. El punto clave, o meollo, es que el barco hace aguas y no se dan cuenta de que la borrasca de los problemas ya ha llevado el agua más arriba de nuestros talones.

En las últimas semanas una mezcla de situaciones ha tenido como consecuencia la desestabilización de las variables macroeconómicas. Lo que a su vez arrastra indeteniblemente la microeconomía de los bolsillos de los venezolanos.

Pdvsa, incapaz de manejar la complejidades del negocio petrolero -en toda su extensión vertical y horizontal- ha debido recurrir a las muletas operacionales de la transnacional Chevron.

A pesar que el aporte gerencial de Chevron ha venido recuperando pozos e instalaciones, un beneficio nada despreciable dada la falta de mantenimiento, la intensificación de sanciones y la orden cancelar sus operaciones en Venezuela ha tenido como consecuencia inmediata un brutal caída de los ingresos de la Nación.

Luego de un siglo de venta directa del petróleo venezolano, hace menos de 10 años el gobierno se vio forzado a vender en el mercado spot. Trasvasando el crudo venezolano de tanquero a tanquero en aguas internacionales. Una operación que recuerda la manera en la que los piratas del Caribe vendían lo que saqueaban en las colonias españolas.

Este tipo de comercialización tiene como desventaja que los descuentos -sobre los precios de mercados- pueden llegar hasta un 40%.

Por otra parte, también se ha experimentado el trueque de petróleo por deuda a países como China. Opción que también obliga a precios con grandes descuentos. Y mientras más lejos están los destinos de ese petróleo, mayor son los descuentos para compensar los altos fletes.

Y al hablar de “compensar”, el término retrata a la perfección lo que el gobierno está compensando y logrando con ello: mantener el poder.

Y el Producto Interno Bruto (PIB) es proyecta que cierre en negativo en este año. Lo que significa que se reducirá el tamaño de la economía venezolana. Menos dinero para pagar, invertir y hacer circular.

Aguas abajo de estas compensaciones, se encuentra el pueblo venezolano. Que no paga la factura, pero si sufre directamente las consecuencias.

Diversas organizaciones no gubernamentales, que se dedican a las estimaciones macro y microeconómicas, proyectan para el 2025 el regreso a la hiperinflación.

Tal es el caso del Observatorio Venezolano de Finanzas, que proyecta una inflación anual de 170,8%, luego de revisar los resultados inflacionarios de los primeros cuatro meses del año.

El grave detalle de esta inflación al cierre de abril, es que los precios de los alimentos aumentaron en un 23%; y además, para las clases más necesitadas ese gasto en alimentos representa el 40% de sus ingresos mensuales.

Por otra parte, el salario mínimo sigue congelado en 130 bolívares. Y con la devaluación -solo en abril del 25% con respecto a marzo- se descubre que hace honor a su denominación: MINIMO. Si sigue así, cada mes perderá una cuarta parte del exiguo poder adquisitivo que tiene.

Y para no entrar en mayores lloriqueos, debemos por lo menos mencionar la “bonificación” del salario. Bonos que se decretan, y que no contarán para el cálculo de las prestaciones sociales ni para la pensión del seguro social. Lo que condena al hambre y a la miseria a los trabajadores al final de su ciclo laboral como personal activo.

Ya no es miseria y hambre. El barco se hunde y afectará a todos por igual. De un lado y del otro.

¿Y los salvavidas?

¿Cuáles? Si no los incluyeron en el presupuesto…

Fotografía: Petrolero Nabarima, hundiéndose en Golfo de Paria (2020).

editor@eastwebside.com

@ermartinezd

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*