La Siderúrgica del Orinoco Alfredo Maneiro (Sidor), que se posiciona como la primera empresa procesadora de acero del país y la cuarta de América Latina, cumple este lunes 50 años de haber efectuado la primera colada de acero, el 09 de julio de 1962.
El complejo siderúrgico, ubicado en la zona industrial de Matanzas, en el estado Bolívar, inicia su proceso productivo con la fabricación de Pellas y lo culmina con la entrega de productos finales largos (cabillas y alambrón) y planos (láminas en caliente, láminas en Frío y recubiertos).
A lo largo de 50 años Sidor ha enfrentado diversos cambios, entre los que resalta un proceso de privatización, entre 1997 y 2008, y una nueva etapa de nacionalización, a partir de 2008.
De acuerdo con el presidente de la siderúrgica, Carlos D´Oliveira este proceso ha permitido reorientar las estrategias comerciales «hacia el abastecimiento en primer término del mercado nacional y, posteriormente, colocar los excedentes en el mercado de exportación, principalmente de países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), del Mercado Común del Sur (Mercosur) y de los países andinos y caribeños».
A través de una nota de prensa, señaló que, entre 2008 y 2011, se despacharon 10 millones de toneladas de productos siderúrgicos (laminados en caliente y frío, alambrón y cabillas), de las cuales el 75% (7,5 millones de toneladas) se destinaron a abastecer el mercado nacional.
Por su parte, el 25% restante (2,5 millones de toneladas) fue empleado en la exportación de laminados en caliente y laminados en frío.
D´Oliveira destacó que como medida para apoyar el desarrollo de la Gran Misión Vivienda Venezuela, en 2011 se despacharon 281,2 miles de toneladas de cabilla, de las cuales 134,6 miles de toneladas fueron destinadas a este programa social y el resto (146,5 miles de toneladas) fue implementado en la construcción de las obras de infraestructura que ejecuta el gobierno nacional.
Asimismo, recordó que para 1996 la nómina de Sidor era de 16.000 trabajadores, pero a raíz de la privatización se despidieron más de 9.500 trabajadores, por lo que desde 2008, cuando se produjo la nacionalización, se han incorporado más de 6.200 trabajadores a la siderúrgica, para contar actualmente con una fuerza laboral de 11.695 personas.
Subrayó que a estos trabajadores «se les ha garantizado la estabilidad y sus reivindicaciones con los ingresos económicos generados de la comercialización de sus propios productos. Somos orgullosamente una de las empresas que no dependimos de los recursos extraordinarios para cubrir gastos que han surgido».