Por Eduardo Martínez
Este martes, a las 24 horas que se diera inicio a una huelga de hambre de los reclusos en 19 cárceles y 14 sitios de detención en comisarías policiales, el presidente destituyó a quien se desempeñaba como ministra de asuntos Penitenciarios -la vicealmiranta Celsa Bautista. Acto seguido, designó al parlamentario del PSUV Julio García Zerpa como nuevo ministro.
En la trayectoria ministerial del régimen, son muchas la cruces de ex ministros que han quedado en el camino. Un cementerio al que se recurre cada tanto, para proceder a enroques y rescates del olvido con el fin de que se presten como especie de apagafuegos.
Lo que sorprende en esta ocasión es la velocidad con la cual se produce el cambio, al transcurrir tan solo unas pocas horas.
El manual de uso del régimen, a la mejor usanza soviética, ha procedido en el último cuarto de siglo a empujar a la caída en desgracia a cientos de colaboradores. Resucitando a algunos de ellos para encargarlos en otros ministerios, embajadas o como encargados de tareas de todo tipo y cualquier nivel.
Esta estrategia no es otra cosa que el uso de una cesta de basura para botar en una cesta de basura a los que caen en desgracia. Para luego de tanto, buscar en dicha cesta algún comodín, que a título del “mono de la baraja”, le sirva para tapar algún hueco de alguien que lo hizo peor como ministro.
En algunos casos, y para resguardar el honor de ellos, también hay que señalar que es probable que hayan sido removidos por las típicas conspiraciones palaciegas. Sobre todo, cuando han pisado los callos de algunos enchufados, asociados o funcionarios de menor jerarquía que andan tras contratos negados o una posición ministerial.
En esta ocasión, la huelga de hambre en las cárceles es siempre un asunto serio. Dado que se está en el desarrollo de un proceso electoral, es más grave. Y, en los tiempos de un proceso judicial en la Corte Internacional de Justicia, mucho más que grave.
El fracaso es grande, notorio e innegable. El régimen, con su presidente a la cabeza no han podido controlar los recintos carcelarios. Sobre todo, cuando le protestan hasta los presos.
@ermartinezd