El presidente del Tribunal Supremo Popular (TSP) de la República de Cuba, magistrado Rubén Remigio Ferro, aseguró este martes que tanto la revolución cubana como la revolución bolivariana que vive Venezuela tienen como característica común una vocación jurídica esencial, ya que son procesos políticos que se basan siempre en la generación de los cuerpos legales que le den cauce y cabida a las transformaciones y el fortalecimiento de la institucionalidad que se proponen y luego dan la batalla por el cumplimiento estricto de esas normas.
Así lo expresó luego de sostener un encuentro, junto al resto de integrantes del Consejo de Gobierno del Alto Juzgado cubano, con el presidente de la Asamblea Nacional, diputado Fernando Soto Rojas, y el primer vicepresidente, Aristóbulo Istúriz, cita en la que también participó la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, y un grupo de magistrados del Máximo Tribunal de la República.
Dicho encuentro se enmarcó en la visita que realizara a los espacios del Palacio Federal Legislativo la delegación cubana, como parte de las actividades incluidas en su visita oficial a Venezuela, que se inició el pasado lunes y se extenderá por el resto de la semana.
El máximo representante del Poder Judicial cubano se refirió también al carácter ético de los procesos que viven Cuba y Venezuela. “Es esa vocación ética jurídica esencial de estos procesos revolucionarios la que le da esa legitimidad ante aquellos que nos adversan y tratan de negar esa realidad”.
Constituciones para el progreso
El magistrado cubano indicó también las coincidencias que existen entre los textos constitucionales de ambas naciones, y cómo la participación popular siempre ha estado ligada a los mismos, desde su propia aprobación por referendos populares que contaron en su momento con un amplio respaldo de las mayorías.
“Ambas constituciones, la cubana y la venezolana, constituyen una expresión concreta de la voluntad mayoritaria y determinante de la población. Lo fueron desde su gesta, en la manera en que se concibieron los principios, enunciados y postulados que las contienen, los fueron en su promulgación por aprobación mayoritaria del pueblo y lo son en el propósito de los distintos cuerpos del Estado en velar por su aplicación y cumplimiento”.
Dijo que especialmente la Carta Magna venezolana merece atención por los avances que contiene, que son considerados referencia y ejemplo. “Los juristas progresistas de América Latina consideramos la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela un texto vanguardista, que contiene unos enunciados muy bien estructurados y orientados hacia la consecución de una sociedad que funcione con mejor armonía, que tenga al ser humano en el centro de los problemas y a la realización de la dignidad plena del hombre y la mujer como su fundamento esencial programático”.
Durante la visita al Palacio Federal Legislativo, el Consejo de Gobierno del Tribunal Supremo Popular de la República de Cuba, integrado además de su presidente por los magistrados Eduardo René Rodríguez (Vicepresidente), Maricela Sosa Ravelo (Presidenta de la Sala de lo Penal), Vivian Aguilar Pascaud (Presidenta de la Sala de lo Laboral), e Isabel Arredondo (Jueza de la Sala de lo Civil y Administrativo), pudo conocer los principales espacios históricos del recinto, tales como el Salón de los Escudos, el Salón Elíptico y el Salón del Triptico.
Además, apreciaron obras de arte y tesoros históricos como la imponente pintura alusiva a la Batalla de Carabobo, de Martín Tovar y Tovar, el arca que contiene el Libro de Actas del Primer Congreso Nacional de Venezuela, donde se conserva el Acta de Declaración de la Independencia firmada el 5 de julio de 1811, el cuadro del Tríptico, de Tito Salas, que refleja tres momentos estelares en la vida del Libertador Simón Bolívar, los cuadros sobre las batallas de Ayacucho y Junín de Antonio Herrera Toro, numerosos cuadros de los próceres civiles y militares de Venezuela y el lienzo que retrata al Padre de la Patria realizado en 1825 por el pintor peruano José de Gil Castro, conocido como el único cuadro para el que posó el Libertador.
Fuente: Prensa TSJ