Invertir en materias primas (commodities) ha sido un buen negocio en el último año. Tan buen negocio, que es más fácil recordar las únicas que han bajado de precio: la soya y sus preparados, que perdieron -1,98% y -7,5%, respectivamente.
En Latinoamérica, los inversionistas no está acostumbrados de invertir en materias primas, a menos que la almacenen para alimentar procesos fabriles. Sin embargo, en los EEUU y la Unión Europea, se negocian inversiones en las diversas materias primas, de la misma manera que se hace con bonos, acciones y monedas.
Es así, que de haberse invertido en casi cualquiera de las materias primas negociables en los principales centros bursátiles del mundo, el inversionista, en promedio, hubiera obtenido ganancias por encima de las tasas de interés que ofrece la banca comercial y hasta la de inversión.
El sector metales sigue teniendo las mayores ganancias. El precio de paladio se incremento en +73,56%, la plata en +30,94%, el platino en +26,74%, el cobre en +26,24% y el oro en +24,56%
El sector energético, que siempre asusta por el incremento de los combustibles, ha tenido más bien un crecimiento de precios moderados, si se compara con las otras materias primas. El barril de petróleo se incrementó +10% para el Brent del Mar del Norte y +15,67 para el West Texas Intermediate-WTI; la gasolina +10,1%; el gas natural +23,4%, el combustible para calefacción +14,8% y el etanol tan sólo aumentó su precio en +1,64%.
Los productos agrícolas han tenido incrementos moderados en su conjunto, aunque tres productos se dispararon de precio: el jugo de naranja +51,25%, la carne sin grasa +41,54%, y la panza de cerdo congelado en +85,27%.
Luego el cacao, el café arábica y el algodón aumentaron su precio como los metales: +26,55%, +32,28% y +35,74%, respectivamente.
El azúcar blanco y el maíz aumentaron su precio por encima del +16%; el trigo en +14,8%; ganado en pié +12,5% y la madera aserrada +10%.
En todo caso, este aumento de precios es preocupante para Venezuela. Buena parte de los alimentos que se consumen, son importados. Los precios en Venezuela están regulados por el gobierno, por lo que en la mayor parte de los casos los precios a nivel del consumidor están por debajo de los precios en los mercados internacionales. No es sostenible esta situación en el mediano plazo.
Fuente: FT, Redacción