Por Eduardo Martínez
En el Siglo XX, la izquierda comunista recorría el Mundo llevando en cada mano las banderas rojas y negras del socialismo y la anarquía. Hoy en día, un siglo después, los sobrevivientes del Muro y otras bellaquerías se han venido apoderando del tema del cambio del clima.
Sin embargo, siguen teniendo en común los postulados básicos: satanización de la empresa y propiedad privada, odio a la idea del mercado y un rechazo profundo por las libertades personales, entre otros detalles.
Resulta curioso que a pesar de haberse redefinido como “progresistas”, todo lo que signifique o provenga del progreso, es satanizado y por consiguiente adversado. Lo que tiene varias vertientes que apuntan al mismo objetivo: mantener a grandes conglomerados humanos -esos que tiene pocas cosas en la vida- viviendo en la miseria y lejos de las oportunidades que el progreso les puede proporcionar. Porque sin mayores demostraciones, el progreso es el mal que ocasiona las calamidades naturales.
Así es, como el tema del cambio climático, les ha calzado como anillo al dedo.
Países que necesitan explotar sus recursos naturales, para financiar el avance económico y social de sus habitantes, en cuanto a darles de comer, educarlos, y que tengan acceso a la salud, son los principales afectados por el cerco político que genera la lucha del cambio climático.
Esta lucha, que se presenta noble, toma características radicales. Busca eliminar los combustibles fósiles, que en el caso de Venezuela, lo es todo para los venezolanos.
Siendo verdad que el petróleo es contaminante, esta ola que recorre el Mundo no habla de una explotación y utilización no contaminante de los hidrocarburos. Eso sería lo lógico.
Sin embargo, lo que se propone es lo radical: eliminar la explotación y uso del petróleo. Lo que sumiría en la pobreza a los venezolanos.
Ahogados en la miseria, se induciría en el país a revueltas sociales que serían aprovechadas por la izquierda insepulta para obtener el poder y luego aferrarse a ese poder. Lo que ha sido y es una característica histórica del comunismo original.
Lo que está planteado, es que con el petróleo, al igual que con otros recursos naturales, la ciencia busque soluciones que no dañen el medio ambiente. Eso sería lo justo para los países productores de materias primas.
Sobre los cambios
El planeta tierra tiene miles de años evolucionando. Evolución que no son otra cosa que cambios que de forma cíclica afectan los reinos animales, vegetales y minerales.
Los científicos estiman que esa evolución es de millones de años. Algunos ciclos climáticos han sido de corta duración, y otros de larga duración. Así hemos tenido temporadas de calor, temporadas de fríos, épocas de terremotos, huracanes, inundaciones, erupciones volcánicas, que en su conjunto han producido cambios en la geografía de la Tierra.
Corregir el curso de contaminaciones, o de mal uso de los recursos, es la tarea. No el utilizar el tema del Cambio Climático con fines políticos.
@ermartinezd