Editorial: No deben tener hijos

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Hoy vimos la frialdad con la que un efectivo militar disparó repetidamente contra el joven David Vallenilla, causándole la muerte.

Según informó el diputado José Manuel Olivares, diputado a la Asamblea Nacional por la Unidad, “David Vallenilla perdió la vida por impactos de tres perdigones en el pecho que le destrozaron el corazón”.

El parlamentario, quien además es médico, relató que los proyectiles perforaron las aurículas y los ventrículos del joven,

“Le disparan a quemarropa detrás de una reja, ¿Qué peligro representaba David Vallenilla para que tomaran la decisión de quitarle la vida? (…) Este joven no estaba haciendo absolutamente nada que justificara que le quitaran la vida”, añadió.

Con la muerte de ayer en las rejas del aeropuerto de La Carlota, se establece un patrón de conducta de los efectivos militares y policiales imposible de desmentir: los efectivos disparan a matar, no para disuadir a manifestantes, sino para asesinarlos.

En el caso de Vallenilla, quien además era enfermero, le dispararon varias veces como pueden advertirse en los distintos videos que de manera inmediata fueron cargados en las redes sociales.

La responsabilidad no recae solo en el criminal que presionó el gatillo en forma repetida. Sus jefes, esos que aparecen fotografiados en orden jerárquico en las carteleras de su unidad militar, también tienen culpabilidad. Es hora que respondan por su crímenes.

Por lo visto, la acción de estos efectivos y sus jefes evidencia que no deben tener hijos. Si los tuvieran, no actuarían como lo vienen haciendo.

Eduardo Martínez

Editor

www.eastwebside.com

 

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