Editorial: La revolución entre una TV de 100 mil dólares y el Foro de Sao Paulo
Venezuela es hoy un país de contrastes, pobreza y protuberantes desigualdades. Así lo señaló hace una semana la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida (ENCOVI).
“Venezuela está en el continente más desigual del mundo y, para 2022, es el país más desigual de América. Nuestro nivel de desigualdad se compara con la de Namibia, Mozambique y Angola”, revelaron los investigadores de ENCOVI.
Una semana después de conocida la encuesta, se dieron en Caracas dos eventos que demostraron lo señalado.
Se reunió el Grupo de Trabajo del Foro de Sao Paulo. En el así auto denominado se encuentran partidos que van del centro izquierda a la extrema izquierda, y que agrupa un coctel de ideologías socialistas, ecologistas, antiimperialistas, progresismo (pero anti progreso), los sintierra e incluso los retazos de los partidos comunistas sobrevivientes en Latinoamérica.
Todos estos movimientos dicen abogar por el empoderamiento de quienes menos tienen que, por supuesto, son más y también más fácil convertir en clientela.
Frente a esta poblada de izquierdistas supuestamente pobres, durante los mismos días se inauguró en el este de la ciudad una super tienda con las más exclusivas y lujosas marcas del usualmente llamado capitalismo salvaje por los reunidos foristas de São Paulo. Todo un homenaje al contraste. Ambos extremos, por supuesto, con el beneplácito de quienes desde hace rato toman las decisiones en esta tierra ahora no tan nuestra.
Para resaltar más aún las desigualdades, los asistentes coinciden en sus relatos. Cuentan, por ejemplo, sobre un televisor cuyo precio ronda los 100.000 dólares.
Tal joya de la electrónica habría encontrado más de un comprador entre los selectos invitados, en pleno ágape de inauguración y habrían quedado pendientes los demás aspirantes a comprador, no favorecidos con el único disponible.¿Cierto o exageración? ¿Estrategia publicitaria para atraer probables clientes?
En todo caso, cuesta creer que los revolucionarios del Foro de Sao Paulo -reunidos en Caracas- no hayan apartado un tiempito para conocer un lugar de tan exquisitas ofertas. Podría aceptarse que la curiosidad no rompe la lealtad revolucionaria.
Además de la demostración de los contrastes en la Venezuela actual, ojalá quienes están atrapados en la miseria que afecta los pueblos latinoamericanos, alcancen a entender las bofetadas a los pobres y las burlas a quienes creen estar defendidos por el Socialismo del Siglo XXI.
Eduardo Martínez, Editor
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