Por Eddie A. Ramírez S.
Disparar apuntando con un ojo en la mira está pasado de moda. Lamentablemente, nos inclinamos por disparar desde la cintura. No lo practicamos para imitar a los famosos pistoleros Doc Holliday o a Hickok y tener más probabilidad de liquidar al enemigo, sino para adelantarnos en dar una noticia no comprobada o para interpretar determinado suceso sin disponer de toda la información. Solo la lectura de un titular, que frecuentemente no refleja el contenido, dispara la adrenalina y a nuestros dedos sobre el teclado. Con esto creamos confusión y pasamos de la euforia a la depresión. Del lado positivo, debe complacernos que el venezolano se interese cada vez más en opinar sobre política.
El internet y los celulares son parcialmente responsables de que la digestión de la información sea defectuosa al secretar más bilis de la necesaria. Quizá deberíamos rumiar como las vacas, que tienen cuatro estómagos. En cambio, procedemos como los pajaritos, ingerimos y evacuamos casi de inmediato. A veces, los medios modernos son más peligrosos que un fusil AK 47. Desde luego, respetamos el derecho a opinar, aunque no todas las opiniones puedan ser confiables, incluidas las de quien esto escribe. La censura es inadmisible. Así como criticamos que Maduro cierre medios de comunicación, el último Victoria FM 103.9, o presione a los dueños para que se autocensuren e inclusive despidan a valientes periodistas, igualmente no podemos convertirnos en censores. Solo nos permitimos recomendar prudencia para evitar desbarrancarnos.
Hay dos puntos de atención, uno es la tendencia a creer y divulgar cualquier información que nos llega sin comparar con otras fuentes para intentar aproximarnos a la verdad. El otro es la tendencia a descalificar a cualquier político o ciudadano de a pie, venezolano o extranjero, que declare puntualmente en términos con los que no simpatizamos. Quizá un punto de partida es analizar si esa información beneficia o no en el esfuerzo que se hace para salir de Maduro.
Por ejemplo, rueda por las redes que el grupo llamado Blackwater, del mercenario Erik Prince, va a realizar una operación quirúrgica para extraer a Maduro y que ayer 16 de septiembre se iniciaría esa acción. Al respecto, lo primero a considerar es que nunca se debe confiar en mercenarios y que esa supuesta acción no está en línea con la estrategia electoral divulgada por María Corina y Edmundo y que compartimos. Evidentemente, es solo una oferta engañosa y, además, perjudicial. Se asemeja a una película del Agente 007, con la diferencia de que James Bond no le ponía fecha a sus acciones. Hoy estamos ganando y nadie debe desviarnos de la ruta establecida.
El trabajo que debe realizar nuestra dirigencia es lograr más apoyo internacional para conseguir un acuerdo que permita la salida de Maduro y de su camarilla. El que reconozcan a Edmundo como presidente electo es necesario, pero no suficiente. Hay que vencer importantes obstáculos. Muchos nos están ayudando. Es de vital importancia seguir contando con Petro, Lula y Pedro Sánchez. Puede que simpaticemos o no con ellos, pero no reconocen a Maduro y están convencidos de que Edmundo ganó por amplísimo margen. Eso debería ser suficiente para no descalificarlos. Como simple opinador escribidor de cuartillas puede que esté equivocado, pero cumplo con exteriorizar lo que pienso.
Tengamos paciencia y confianza en Edmundo y en María Corina. No disparemos desde la cintura.
Como (había) en botica: El Papa Francisco declaró que “las dictaduras no funcionan y acaban mal, tarde o temprano”. Ojalá opine pronto sobre el golpe de Estado electoral, reconozca a Edmundo como presidente electo o, por lo menos, no reconozca a Maduro. El Vaticano debe ser más contundente ante tantas violaciones a los derechos humanos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos condenó las detenciones arbitrarias de niñas, niños y adolescentes en el contexto poselectoral. Todavía hay 58 menores de edad detenidos y diez trabajadores de la hidroeléctrica de Guri están bajo desaparición forzosa. El que Diosdado acuse a la CIA de planificar actos terroristas en Venezuela es rutina, lo nuevo e inaudito es que ahora también acusa al Centro Nacional de Inteligencia de España. El Centro de Investigación y Pensamiento Bruno Leoni otorgó su premio anual a María Corina Machado por su coraje en defensa de la democracia¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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