Por David Morán Bohórquez
Venezuela lleva más de un siglo extrayendo petróleo, pero la historia de su industria es una de dominio extranjero y estatal, con escasa presencia de empresas petroleras venezolanas.
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Desde que el Zumaque I brotó en 1914, las grandes transnacionales —Creole, Shell, Gulf— controlaron el juego aguas arriba (Exploración y producción). Antes de la nacionalización de 1976, las privadas venezolanas, como Mito Juan o Compañía Anónima Petrolera del Zulia
(CAPEZU) o Las Mercedes, eran excepciones marginales, operando en campos pequeños frente a gigantes extranjeros que sacaban millones de barriles diarios.
Mito Juan, fundada en 1965 por Humberto Peñaloza, fue un destello de esperanza: con más de mil socios nacionales, mostró que los venezolanos podían participar directamente en su riqueza.
Pero la estatización de 1976, aunque nacida de un impulso soberanista, aplastó esas iniciativas. Todo pasó a PDVSA, y desde entonces el sector privado venezolano quedó reducido a contratista o espectador, mientras el Estado se convertía en amo y señor de un recurso que manejó con creciente ineficiencia hasta llegar a la ruinosa situación actual.
Hoy, con la producción en mínimos históricos —apenas 850 mil barriles diarios (Opep FS) frente a los 3 millones de los años 70— y PDVSA asfixiada por deudas y politización, venezolanizar la producción petrolera no es solo una idea romántica, es una necesidad. No se trata de repetir el estatismo que nos llevó a la ruina, sino de abrir espacio a empresas venezolanas que recuperen el control práctico de nuestro recurso más valioso.
Imaginen un modelo donde privados nacionales exploten campos marginales, se asocien en grandes proyectos o provean servicios upstream con tecnología propia. No es entregar el petróleo a transnacionales, sino priorizar al talento y al capital local, con reglas claras que no permitan la corrupción del pasado.
Los beneficios trascienden lo económico
Primero, reactivaríamos una industria moribunda: empresas venezolanas, con conocimiento del terreno y menos burocracia, podrían recuperar campos que PDVSA abandona por falta de recursos.
Segundo, generaríamos empleo real y bien remunerado, no nóminas infladas para clientelismo.
Tercero, diversificaríamos el ingreso petrolero: menos dependencia de un ente estatal que reparte migajas a su antojo y más flujo directo a comunidades y emprendedores locales.
Pero hay un beneficio mayor: poder soberano.
Un país que depende de un monopolio estatal o de socios extranjeros para extraer su petróleo no es plenamente soberano; está atado a decisiones externas o a la ineficiencia interna. Si empresas venezolanas toman las riendas, con innovación y competencia, reducimos esa dependencia. No solo producimos más barriles, sino que controlamos cómo, dónde y para quién. Eso es soberanía práctica: la que se ejerce con trabajo, no con discursos.
Un sector petrolero venezolano fuerte también nos daría más peso geopolítico. En vez de mendigar socios que nos impongan condiciones, negociaríamos desde una posición de fuerza, con una industria diversificada y resiliente.
Claro, que hay riesgos. Sin transparencia, esto podría derivar en oligarquías o una nueva élite extractiva. La clave está en licitaciones abiertas, supervisión independiente y un sistema tributario que fomente reinversión local, no fuga de capitales.
También necesitamos financiamiento accesible para que el empresario venezolano no sea aplastado por gigantes extranjeros.
Si lo logramos, venezolanizar el petróleo no será nostalgia, sino sentido común. La ausencia histórica de empresas petroleras venezolanas nos dejó vulnerables; construirlas ahora es un acto de autonomía. La industria petrolera de Venezuela fue estatizada y desnacionalizada.
Démosle una oportunidad a nuestra gente antes de que el último barril se lo lleven otros. Algunos ejemplos de capitales privados nacionales en la industria petrolera venezolana Aguas arriba (upstream)
Petrolera Mito Juan
Fundada el 26 de noviembre de 1965, Petrolera Mito Juan C.A. fue la primera empresa petrolera venezolana por acciones desde la Petrolia. Su creación permitió que cualquier ciudadano pudiera invertir en la industria petrolera nacional, democratizando la participación en este sector.
Concesionaria desde el 21 de febrero de 1967; operó en los estados Monagas y Anzoátegui el campo Bella Vista adquirido el 12 de junio de 1968 de la Phillips, y las áreas Muri, Santa Bárbara y Travieso del campo Jusepín, y los campos Juanita y Güere por adquisición de la Sinclair el 10 de junio de 1969; operó el campo Mara Oeste en el estado Zulia desde el 1° de diciembre de 1973
Hizo su primera exportación el 28 de noviembre de 1968. logrando una producción marginal pero significativa hasta 1975.
Con la estatización de la industria petrolera el 1 de enero de 1976, Mito Juan fue transformada en Vistaven, una filial de Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA)
Sociedad Anónima Petrolera Las Mercedes
Su creación se centró en la exploración y explotación de hidrocarburos en el estado Guárico.
El 25 de noviembre de 1941, la empresa descubrió el campo petrolero Las Mercedes, considerado un yacimiento de gran magnitud. Además de este, identificó otros 15 campos menores en la región. Para facilitar el transporte del petróleo extraído, construyó un oleoducto de 250 kilómetros hasta Pamatacual. También contribuyó al suministro de gas natural al mercado doméstico y obtuvo permisos de exploración en la República Dominicana y Surinam.
En el área de Las Mercedes, la empresa desarrolló campamentos residenciales para sus trabajadores y sus familias, como los de El Sombrero, Roblecito y Tucupido. Estas instalaciones incluían viviendas, escuelas, áreas de recreación y servicios básicos, proporcionando una infraestructura integral para sus empleados.
En 1972, un grupo de inversionistas venezolanos adquirió Petrolera Las Mercedes. Posteriormente, con la nacionalización de la industria petrolera en Venezuela en 1975, los derechos de la empresa fueron cancelados el 31 de diciembre de ese año y traspasados a Guariven, una filial de la recién creada Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA).
Aguas abajo (downstream)
Elaboración de grasas, lubricantes y productos químicos Industrias Venoco (Lubricantes Venoco y Química Venoco) Lubricantes Venoco
Fundada en junio de 1960 por Julio Sosa Rodríguez, Lubricantes Venoco, C.A. Se convirtió en la primera empresa venezolana en mezclar y envasar una línea completa de aceites automotrices e industriales. Para 1963, Venoco ya personalizaba mezclas para reconocidas marcas como Valvoline, Esso, Shell, Mobil, Phillips 66 y Amalie, alcanzando el 5% del mercado de lubricantes en Venezuela para ese entonces. Desde 1976 le produjo las grasas lubricantes a la estatal Pdvsa con su marca PDV
Lubricantes Venoco, por medio de su filial Aditivos Orinoco, en sociedad con Exxon, producía en su planta en Guacara, estado Carabobo, aditivos para la fabricación de lubricantes y grasas, como antiespumantes, mejoradores de índice de viscosidad, etc.
Los lubricantes, minerales y sintéticos, y las grasas Venoco superaban los normas SAE, API y Fondonorma aplicables. Su laboratorio de Tribología era considerado el más avanzado de América Latina.
Los lubricantes y las grasas Venoco eran exportados a Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile, Honduras, Brasil, países del Caribe como Jamaica y República Dominicana.
A partir del año 1976 Lubricantes Venoco comenzó su proceso de internacionalización, con la instalación de plantas de producción de grasas y lubricantes en Puerto Cortez en Honduras y Guayaquil en Ecuador.
En 2010, el gobierno venezolano anunció la estatización de Lubricantes Venoco, argumentando la necesidad de garantizar la soberanía en la producción de lubricantes y productos químicos. En ese momento, Venoco tenía la capacidad de producir 10,000 toneladas métricas de grasas lubricantes y 90,000 toneladas métricas de aceites lubricantes al año, representando el 85% del mercado de grasas y el 16% del mercado de aceites en el país.
Química Venoco
Química Venoco, C.A., como filial de Industrias Venoco, fue una empresa venezolana especializada en la producción de productos petroquímicos, entre los que se destacaba la producción de alquilbenceno lineal (LAB).
La planta de Química Venoco en Guacara, se encargaba de producir alquilbenceno lineal de alta calidad, asegurando el abastecimiento del mercado interno y su exportación a países del Pacto Andino y Europa. El LAB producido era utilizado no solo en la industria de detergentes, sino también en otros productos químicos, como plastificantes, y algunos productos farmacéuticos y cosméticos.
La planta de alquilación, originalmente de tecnología de Phillips Petroleum, con el paso de tiempo sufrió mejoras importantes con aportes de ingenieros venezolanos y del Instituto Francés del Petroleo (IFP), tantas, que desembocaron en el registro de una tecnología propia de alquilación Vecino-IFP. El proceso desarrollado por Venoco en conjunto con el IFP, evidencia que esta colaboración reflejó un esfuerzo significativo por parte de Venoco para innovar y mejorar los procesos petroquímicos en Venezuela. La asociación con el IFP, una institución reconocida mundialmente por su investigación en el ámbito energético, destaca la importancia de este desarrollo tecnológico.
Durante la época en la que Venoco y sus filiales operaban de manera privada, la producción de LAB fue parte de la estrategia de la empresa para diversificar su portafolio de productos, siempre en alineación con la necesidad de fortalecer la industria petroquímica nacional. Sin embargo, tras la nacionalización de Venoco en 2010, la planta y la producción de alquilbenceno lineal pasaron a ser parte de la estatal Petroquímica de Venezuela (Pequiven)
Puramin C.A.
Establecida el 22 de abril de 1974, por un grupo de venezolanos liderados por Jesus Rafael Cabello y acompañado por Ricardo Guzmán y los hermanos Álvaro, Antonio y Luis José Silva Calderón.
Puramin C.A. fue la primera empresa privada en Venezuela dedicada a la fabricación de aceites para transformadores eléctricos y aceites blancos medicinales.
Posteriormente y como parte del proceso de crecimiento de la empresa, en 1982 adquiere la representación de los aditivos para lubricantes y combustibles de Chevron Oronite y simultáneamente inicia la producción de solventes alifáticos.
En 1992 se asocia con PDVSA y la empresa Pennzoil para la formación de la empresa VASSA, Venezolana de Aceites y Solventes S.A. para la producción en mayor escala de los aceites blancos grado medicinal y los solventes alifáticos de baja toxicidad.
Para suplir la transferencia de estas dos importantes lineas de Puramin, en 1997 se inicia con la producción de lubricantes para una importante marca transnacional de lubricantes, entre otras que fue incorporando.
Hoy día, Puramin esta concentrada en la producción y comercialización de aceites dieléctricos o aceites para transformadores eléctricos certificados bajo las normas FONDONORMA® 1128 e ISO 9001-2008, destinados a transformadores y interruptores de potencia con su Producto Aceite Dielectrico Puramin AD-66 y en la producción de lubricantes con su marca Zenith Oíl.
Con más de 50 años en el mercado, la empresa ofrece una amplia gama de lubricantes para líneas automotrices e industriales.
Distribución y venta de combustibles
A finales de la década de 1990, se permitió la participación de empresas privadas en ciertas áreas del sector, lo que llevó al surgimiento de compañías de capital privado venezolano. A continuación, destaco algunas de ellas:
Trébol Gas
La Corporación Trébol Gas, con sede en Caracas, fue la primera empresa privada autorizada para operar en Venezuela desde la nacionalización petrolera de 1976, registrándose en 1998 con el número 001. La empresa implementó estrategias para diversificar sus ingresos, incluyendo la fabricación de lubricantes y el establecimiento de tiendas de conveniencia en sus estaciones de servicio. Para 2008, Trébol Gas controlaba el 17% del mercado de distribución de combustibles en Venezuela, operando una red de 320 estaciones de servicio. Sin embargo, ese mismo año, debido a políticas gubernamentales que limitaron la participación privada en la distribución de combustibles, Durante las expropiaciones realizadas por el gobierno de Hugo Chávez en el sector de hidrocarburos, Trébol Gas fue estatizada y sus activos pasaron a ser controlados por PDVSA
Llano Petrol
Fundada el 4 de mayo de 1998 en Araure, Estado Portuguesa, Llano Petrol se dedicó a la comercialización de combustibles a través de una red de estaciones de servicio que llegó a contar con 150 establecimientos. Además, comercializaba una variedad de lubricantes en colaboración con Industrias Venoco. Sin embargo, en 2008, debido a cambios en las políticas gubernamentales que afectaron a las mayoristas privadas, las estaciones de servicio de Llano Petrol fueron absorbidas por Deltaven, una filial de PDVSA que maneja la marca PDV
Betapetrol
Constituida en 1998 y con sede en Caracas, Betapetrol fue una compañía petrolera privada que operó en la distribución de combustibles y productos energéticos. En 2000, comenzó a operar estaciones de servicio y, en 2002, obtuvo una licencia para construir una refinería privada en Caripito, Estado Monagas, con una capacidad inicia proyectada de 100,000 barriles diarios, proyecto que no se concretó. Al igual que otras mayoristas privadas, en 2008, las estaciones de servicio de Betapetrol fueron estatizadas por Deltaven debido a cambios en la política gubernamental hacia la participación privada en el sector.
Algunos ejemplos de petroleras privadas independientes operando en países de América Latina:
Colombia:
PetroSantander: Empresa colombiana dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas. Opera principalmente en el departamento de Santander y se enfoca en la optimización de campos maduros.
PetroColombia: Compañía nacional que participa en actividades de exploración y producción en varias regiones del país, con énfasis en la implementación de tecnologías para mejorar la eficiencia en la extracción de hidrocarburos.
ColCan Energy: Empresa colombiana que se centra en la exploración de nuevas reservas de petróleo y gas, buscando oportunidades en áreas subexploradas del territorio nacional.
PetroNova: Compañía local que desarrolla proyectos de exploración y producción en colaboración con otras empresas, enfocándose en la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.
Argentina:
Tecpetrol: Parte del Grupo Techint, es una empresa argentina dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas. Tiene una presencia significativa en la formación de Vaca Muerta y participa en proyectos de infraestructura energética en el país.
Pan American Energy (PAE): Aunque es una empresa con participación internacional, tiene una fuerte presencia argentina, especialmente tras la adquisición de activos de la familia Bulgheroni. PAE es uno de los principales productores de petróleo y gas en el país y opera en diversas cuencas hidrocarburíferas.
Pluspetrol: Fundada en Argentina, es una empresa privada que se ha expandido internacionalmente. En el ámbito local, Pluspetrol ha sido un actor relevante en la industria petrolera, operando en diversas regiones del país.
Brasil:
PretoRio: Es una de las principales empresas petroleras independientes de Brasil. PetroRio ha incrementado su producción mediante la adquisición y optimización de campos maduros, consolidándose como una compañía destacada en el sector.
Eneva: Esta empresa se especializa en la exploración y producción de gas natural, así como en la generación de energía térmica. Eneva ha invertido significativamente en campos terrestres, buscando extender su vida útil y aumentar la producción.
Petro Reconcavo: Dedicada a la exploración y producción de petróleo y gas en tierra firme, Pero Reconcavo ha adquirido campos terrestres de Petrobras y planea invertir en su desarrollo para aumentar la producción en los próximos años.
México
Grupo Carso: El conglomerado del empresario mexicano Carlos Slim ha incursionado en el sector energético a través de diversas subsidiarias. Recientemente, Pemex está en conversaciones con empresas de Slim para invertir en el campo de gas natural Ixachi, el más importante del país. Se está considerando un contrato mixto para Ixachi y un acuerdo de operación conjunta para el campo Zama en aguas profundas del Golfo de México. Grupo Carso ya participa en la perforación de pozos en Ixachi.
Diavaz: Esta empresa mexicana ha colaborado con Pemex en diversos proyectos. Por ejemplo, la Operadora de Campos DWF, S.A. de C.V., una empresa conjunta entre Diavaz y Weatherford International, opera el campo terrestre Miquetla, ubicado entre Veracruz y Puebla. En abril de 2020, este campo produjo un promedio de 1,076 barriles de crudo al día y 4.3 millones de pies cúbicos diarios de gas.
Petrolera Cárdenas Mora: Esta empresa es una asociación entre Cheiron Holdings Limited y Pemex. Opera los campos terrestres Cárdenas y Mora en Tabasco, con una inversión autorizada de 1.242 millones de dólares. En abril de 2020, la producción de estos campos ascendió a 5.431 barriles diarios de petróleo.
Lecciones aprendidas y aplicación para una nueva etapa de desestatización y venezolanización
La industria petrolera venezolana ha experimentado diversas fases de intervención estatal y apertura al sector privado.
En el pasado, como vimos, la participación de empresas privadas en los segmentos de upstream y downstream demostró ser una estrategia efectiva para incrementar la producción, mejorar la eficiencia operativa y atraer inversiones. Ya muchos países de la región lo hacen con éxito.
Los antecedentes de éxito de la participación privada en la industria petrolera venezolana confirman que la desestatización y privatización bien estructuradas pueden generar beneficios significativos en términos de inversión, producción y eficiencia operativa.
Para que esta nueva etapa sea efectiva, es fundamental establecer un marco regulatorio claro, brindar seguridad jurídica a los inversionistas y garantizar un entorno competitivo
Venezuela lo merece.
* Ingeniero industrial. Miembro de la Comisión de Energía de la Academia de Ingeniería y Hábitat de Venezuela y del Consejo Directivo de Cedice Libertad.
Editado por los Papeles del CREM a cargo de Raúl Ochoa Cuenca.
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