Cuando los hombres callan …

Por Eduardo Martínez

En el Domingo de Ramos del 2001, encontrándome en La Habana, pude asistir a la Santa Misa en la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen en las cercanías del campus de la Universidad de La Habana.

Como señala la tradición católica, nuestro interés fue asistir a la Misa para obtener los ramos benditos de Palma, que en Cuba se denominan “Guanos Benditos”.

Ese domingo, la Iglesia estaba de bote en bote. Los feligreses copaban todos los espacios del recinto.

A la hora prevista, entró el sacerdote acompañado de otros sacerdotes, seminaristas y monaguillos, dando inicio a la Misa.

Llegado el momento de la Homilía, el sacerdote observó detenidamente a los feligreses sin decir una sola palabra. Lo que impregnó el ánimo de los asistentes, quienes comenzaron a guardar un estricto respeto.

Capturada la atención por el oficiante,  a continuación pronunció unas cortas palabras en un tono duro y fuerte: Cuando los hombres callan, las piedras hablan.

El silencio se hizo más pronunciado. Ni siquiera el aire se sentía entrar por las puertas y ventanales del templo. Los feligreses, acostumbrados al estado de cosas en Cuba, parecía que ni siquiera respiraban. No volteaban a ver hacia ninguna parte. Tampoco movían sus ojos, que habían quedado petrificados en la figura del sacerdote. Quien tampoco se movía, pareciendo una imagen más del decorado del Altar Mayor.

Los segundos dieron paso a los minutos. El tiempo se había detenido, y parecieron horas. Fue entonces cuando el sacerdote reinició el oficio, pero esta vez con una voz suave, sus facciones también se suavizaron, para relatarnos el episodio de Jesucristo con los niños, pronunciando las milenarias palabras: Dejad que los niños vengan a mí.

Entonces, la gente pudo volver a respirar, ver hacia los lados con nerviosas sonrisas y secarse el sudor que esas pocas palabras les habían provocado.

No es Semana Santa, pero la crónica y las palabras son apropiadas. Quien calla, otorga. Pero aún en silencio, las piedras hablan.

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@ermartinezd

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