Por Eduardo Martínez
En estos días llamé a un gran amigo, católico residente en Beirut. Le pregunté cómo hacia con los bombardeos a la ciudad. Me indicó que, como las zonas están muy claramente delimitadas entre cristianos, árabes y drusos, las operaciones israelitas eran “quirúrgicas”. No les afectaba a los drusos ni a los cristianos, y ni siquiera a los árabes libaneses. Solo a los palestinos de Hezbollah.
Además, me indicó que ya van tantos años de conflictos, que la población ha construido sótanos; y que en el caso de los cristianos, se han preocupado de tener casas de veraneos en las colinas cercanas a Beirut. Que son zonas cristianas.
Los orígenes
El Medio Oriente siempre ha sido un escenario de conflictos y guerras. Probablemente desde épocas ancestrales. Su ubicación, a medio camino entre el Imperio Persa (hoy Irán) y el Mediterráneo, de ida y de vuelta, lo hizo la ruta de los ejércitos de los imperios reinantes.
Los romanos, los otomanos y el Imperio Turco, las revueltas musulmanas de Mahoma desde el siglo octavo, las cruzadas, y luego vendrían el Imperio Francés, la Alemania Nazi, y la Italia Fascista, atravesarían siempre el Medio Oriente.
Hay dos detalles que deben servirnos para los análisis, y que no podemos dejarlos al margen. Y de eso tienen experiencia los periodistas. El primer asunto, es que en las redacciones de los periódicos, cuando se está al cerrar y los responsables de guardia creen que ya terminaron de redactar sus notas, siempre hay un palestino que hizo algo en la redacción. Lo que amerita sea incluido en las noticias a publicar al día siguiente.
Esos acontecimientos de última hora, obliga a parar la rotativa, y rediseñar las páginas de internacionales.
La religión
El otro detalle, de bastante profundidad, es que la región no es homogénea y compacta en cuanto a los musulmanes. Es un archipiélago de creencias, sectas, historia, gobiernos, tradiciones y etnias. Naciones donde priva lo tribal, y el odio mutuo entre todas esas variantes.
En cuanto a lo religioso, los muslmanes están divididos en chiítas, sunitas, alauitas, y otras tantas sectas menos conocidas.
Basta citar como ejemplo tres grandes naciones de religión musulmana que se ofenden si se les califica erroneamente: los árabes, los persas y los turcos, que son racialmente distintos. Cada uno no tiene nada que ver con los otros.
Por ello, si no se conoce esa variedad de habitantes de la región, se corre el riesgo de hacer el rídiculo al tratar de analizar cualquier suceso, evento, crisis, desarrollo y conclusión de una escaramuza, conflicto o guerra.
Eso es algo que sucede desde hace poco más de un año (octubre, 8) cuando Hamas emprendió sus actos terroristas al sur de Israel.
El factor Israel
No vamos a analizar los orígenes milenarios de la región. Es una historia de nunca acabar, y que lo visto, todavía no se ha acabado.
Hay que tener un sentido más reciente. Hay que entender que desde 1948 Israel rompió la continuidad geográfica en el Mediterráneo árabe. Y entre Israel hacia el oeste, y hacia el este, el factor común de los conflictos han sido principalmente los palestinos. Una población que reclama los territorios -el 100%- que pertenecen hoy en día a Israel.
El estado de Israel no tiene mucho espacio para moverse. Hacia el sur, tienen países árabes. Hacia el norte, el mediterráneo. Entre ambas fronteras, unos pocos kilómetros. Solo les queda luchar.
Para tener una mejor idea de las dimensiones, basta señalar que tiene 470 kilómetros de largo y 135 kilómetros en su parte más ancha. Y en su parte menos ancha, tan solo unos pocos kilómetros.
Sin embargo, Israel se convirtió en menos de un siglo en una potencia regional. “Pequeña, pero potencia al fin y al cabo”, solía decir un diplomático israelí acreditado en Caracas a finales de los años 90.
Luego del 8 de octubre pasado, Israel demostró que es una potencia. Capaz de enfrentar siete frentes de guerra a la vez. Y cuyas operaciones de guerra, ha dejado significativas consecuencias en los interno de los países que se le enfrentaron.
Las consecuencias
Las consecuencias en el Mundo Árabe, hasta el momento son muy claras:
* Hamas ha sido destruído y bloqueadas las vías de aprovisionamiento de material bélico. Sus principales dirigentes están muertos, o en desbandada sin líneas de comunicación con lo que queda de sus tropas.
* Hezbollah está siendo desalojada del sur del Líbano. Su dirigencia, eliminada en una proporción importante. Sus arsenales destruidos. Y sin posibilidades a la vista de tener nuevos canales de aprovisionamiento bélico.
* Líbano, y que oculta el mundo extremo, no controlaba sus fronteras. Hezbollah reinaba en amplias zonas. Inclusive, irrespetando las resoluciones de la ONU que obligaban a una zona desmilitarizada con Israel. La pérdida de poder militar de Hezbollah, permitirá al ejército libanés comenzar a tomar control de todo su territorio.
* Siria, como consecuencia indirecta del conflicto Israel-Hamas-Hezbollah, ha provocado la caída de Bashar al Assad. Los rebeldes, que luchan desde hace 14 años, desarrollaron una arremetida sin parar hasta ocupar Damasco. Rusia no lo pudo ayudar, más allá de ofrecerle un asilo “humanitario”. Turquía, tampoco pudo ayudarle. Irán, también fue tomada por sorpresa, su otro gran aliado. Y los de Hezbollah, que siempre contaron con el apoyo de Al Assad, más allá de vociferar, están los suficientemente disminuídos para ser un factor de ayuda. Además, con la caída del régimen Sirio, Irán perdió su canal para hacer llegar misiles para bombardear a Israel, así como todo tipo de armamento.
* Irán, el gran financista de la guerra en contra de Israel, ha sacado -tal vez- la peor parte para sus objetivos geoestratégicos en la región. Parte de su complejo e infraestructura bélica ha sido destruída o afectada por la reacción de Israel. Perdió su vía para llegar al Mediterráneo a través de Siria y el Líbano, y su influencia política en la región se presenta muy disminuída.
* Turquía, que sostiene una guerra permanente en contra de la población Kurda, debe ahora calcular muy bien sus movimientos y relaciones con el nuevo régimen que surgirá en Siria. El presidente Erdogan no la tendrá fácil.
* Israel, que sale victorioso de este conflicto, también ha tenido sus pérdidas. Le queda todavía lograr un armisticio con Hamas, y que le devuelvan el centenar de secuestrados.
Por el momento, y aprovechando la caída de Bashar y la desbandada del ejército sirio, en las últimas horas ha desarrollado una intensa arremetida en contra de las instalaciones militares sirias, y su industria bélica.
Y por ahora …
Todo eso que ha ocurrido, y que es consecuencia de los ataques de Hamas del 8 de octubre del 2023, obligará a los gobiernos árabes a pensar mejor.
De momento, los rebeldes que están tomando el poder en Siria, han lanzado ofertas de entendimiento con Israel. Habrá que esperar.
Con el apaciguamiento de las conflagraciones, y acabados los tiros, hay que esperar a ver cómo llega la paz a la región.
@ermartinezd
Excelente análisis!!!